La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) ya es una realidad, y lo ha hecho para quedarse. La nueva tecnología es capaz de aportar agilidad a profesionales y empresas, así como ayudar y facilitar tareas que para el ser humano son todo un reto -como conseguir una mayor precisión en intervenciones quirúrgicas-.
Algunas de las aplicaciones y programas de esta naturaleza ya se han popularizado entre empresas y el público general. Prueba de ello son Chat GPT; capaz de dar respuesta y contexto a todo tipo de preguntas, o Grammarly; un programa que se encarga de revisar y corregir grandes cantidades de texto. Pero todo esto tiene su parte negativa: actividades que antes desarrollaba el ser humano, ahora ya no necesita hacerlo. Esto se traduce en una bajada de la demanda de empleo y en la reestructuración del modelo laboral, cada vez más cercana e inminente.
Un 30% menos de horas trabajadas
La incorporación de la IA en las empresas podría automatizar el 30 % de las horas trabajadas en el año 2030. Según un informe publicado por McKinsey Global Institute (MGI), la reducción de jornada recaerá, en su mayor parte y con la mayor dureza, en tres sectores laborales: el sector de ventas, producción y servicio al cliente.
Los datos no quedarían ahí, sino que el porcentaje irá en aumento. Las predicciones indican que para 2035 la automatización puede llegar al 45% en la Unión Europea (UE) y al 48% en Estados Unidos. Mientras, la nueva tecnología también aumentará la demanda de otro tipo de expertos, como profesionales de ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y salud.
Los puestos de trabajo más perjudicados
Según los ingenieros encargados de desarrollar la IA más popular en la actualidad: GPT -abreviatura de 'Generative Pre-trained Transformer'-, algunos de los oficios más expuestos a la llegada de la nueva tecnología son los siguientes.
- Gestores, contables y auditores
- Diseñadores gráficos y fotógrafos
- Periodistas y analistas de noticias
- Correctores
- Asistentes administrativos
- Traductores
Y la lista continúa. Además de esto, el socio de McKinsey & Company, Carlos Fernández Naveira, ha afirmado que "las compañías necesitarán enfocarse en la capacitación y el reciclaje de sus empleados para mantenerse competitivas".
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