En los últimos años, se ha observado un notable aumento en los trastornos de salud mental entre los jóvenes. Las razones detrás de este fenómeno son complejas y multifactoriales, involucrando aspectos sociales, tecnológicos, económicos, familiares y culturales. Además se trata de una generación que está expuesta a un ideal de perfección a través de los medios y las redes sociales. Esto no solo genera una necesidad constante de cumplir con expectativas inalcanzables, sino también de alcanzar el éxito de manera rápida y visible. Lo que parecía ser una crisis silenciosa ha salido a la luz.
En Vozpópuli hemos conversado con cuatro jóvenes que nos han compartido sus experiencias personales lidiando con la ansiedad.
Un problema generacional
Elena con 31 años se encuentra en el paro y viviendo con sus padres. Tras siete años trabajando en el mundo de la publicidad y cinco años de terapia privada decidió dejar su trabajo y reencontrarse consigo misma. Su punto de inflexión se dio en la pandemia cuando el trabajo comenzó a ahogarle hasta el punto de caer enferma. Inicialmente trató de cambiar de empresa, pensando que ese podía ser el problema de su malestar, hasta que comprendió que el problema real era la vorágine y el ritmo estresante del sector laboral en el que se encontraba. Actualmente Elena, tras vivir doce años en Madrid, ha vuelto a León a casa de sus padres y busca un trabajo que se ajuste a sus necesidades vitales.
"Cuando no tienes ganas de levantarte, vuelves llorando un domingo o simplemente crees que la vida es una mierda, una mierda porque el trabajo va mal, es la mayor alerta."Elena
Isabel tiene 38 años y se dedica a ilustrar libros infantiles como autónoma desde hace tres. Actualmente vive en un piso de protección social que le tocó hace trece años, y el que tuvo la oportunidad de comprar más adelante. Sin embargo, se encuentra en proceso de buscar una nueva vivienda y la inestabilidad económica que supone ser autónoma le preocupa. Anteriormente, Isabel trabajaba en el mundo de la publicidad. Un sector que interpreta como histérico y con jefes que no saben gestionar equipos, además de carecer de empatía.
“Muchas veces esa sensación se confunde con otra cosa. A mí misma me pasó la semana pasada. Acabé en el centro de salud pensando que lo que realmente tenía era un problema respiratorio de asma y fue la doctora la que me dijo que era ansiedad...hay un desconocimiento muy bestia”Isabel
Ailine, 20 años, vive actualmente en Madrid en un piso compartido con su pareja "Nano". Nano trabaja como autónomo de fotógrafo y Ailine le ayuda en ocasiones. Además, en su tiempo libre realiza cursos que alimenten su curiosidad creativa. Además de los ingresos económicos de la empresa de su pareja, Ailine recibe ayuda de su madre. Los inicios de su ansiedad se deben a problemas de violencia psicológica en el hogar cuando era joven, que posteriormente se han visto incrementados por otro tipo de problemas personales. Gracias a la ayuda de un profesional privado, con el que actualmente sigue trabajando, está aprendiendo a gestionar el problema que la acompaña desde su juventud.
La gente no entiende que tu cabeza va a mil siempre y no la puedes frenar, no te puedes enfocar en una sola cosa a la vez. Es muy raro porque es como que piensas que se soluciona si cambias el “chip”, pero no es tan fácil.Ailine
Carlota con 30 años es Community Associate y, actualmente, vive con su pareja en Madrid de alquiler. El estrés que le generaba su situación laboral derivó en una depresión y tuvo que pedir una baja. Carlota también tiene la sensación de “no tener un futuro”. Siente que en ocasiones le falta tiempo y vive, en cierta manera, frustrada.
“Una persona que sufre, o que ha sufrido una enfermedad mental, llega un punto en el que cree que ha fallado como persona, que se ha fallado a si mismo.”Carlota
'La pandemia' silenciosa
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales representarán la principal causa de discapacidad en el mundo para el año 2030. Además, 1 de cada 4 personas experimentará un trastorno mental a lo largo de su vida, concretamente, entre los 10 y los 19 años. Según nos explica la doctora Rocío Estébanez psicóloga y coach, en un articulo de la revista The Lancet Psychiatry se demuestra la prevalencia de problemas de salud mental en adolescentes y jóvenes adultos (de 15 a 24 años) destacando las mujeres jóvenes, que tienen el doble de probabilidades de padecer trastornos de ansiedad y depresión en comparación con los hombres jóvenes.
Actualmente, los trastornos mentales representan el 12,5% de todos los problemas de salud globales, una cifra superior a la del cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Buenaventura del Charco psicólogo sanitario, divulgador y director clínico del centro de psicología online 'Estar contigo terapia', nos explica que estas estadísticas se dan de una doble vertiente: "Por un lado es una realidad indiscutible el aumento de problemas de salud mental pero, por otro lado, también hay más conciencia y la gente también se pregunta más por ello y va más al especialista, por lo que se diagnostica más y mejor. Antes había gente que tenía problemas y no figuraban en las estadísticas”
La OMS afirma que detrás de los problemas psicológicos hay diversos factores: los determinantes individuales, sociales y estructurales que pueden combinarse para proteger o socavar nuestra salud mental. Uno de los factores estructurales es la exposición a circunstancias sociales o económicas desequilibradas, como la desigualdad y la pobreza, que aumentan el riesgo de sufrir afecciones de salud mental. Actualmente, entre la gente joven, los trastornos más comunes son la ansiedad y la depresión tal y como indica Pilar Conde, psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen. Además, cabe destacar que en España el suicidio es la segunda causa de muerte no natural entre personas jóvenes. La desesperanza, la soledad, la sensación de vacío, el miedo a no valer, a no ser suficientemente bueno, acompañado de una sensación de inestabilidad y de frustración por no poder desarrollar un proyecto de vida, apuntan a ser los motivos principales, según Charco.
"Llega una edad donde si no cumples lo que el sistema o sociedad espera estás fuera de todo, incluso de ti. Parece que todo avanza y tú estás congelada, porque no tienes: pareja, coche, casa e hijos. Es lo único que se espera de ti, no que seas feliz y estés tranquila. Supongo que las prioridades de cada uno son diferentes, pero las de la sociedad son claras. "Elena
Incertidumbre económica y laboral
Charco explica que los jóvenes ahora tienen mucho mejor nivel de vida que las generaciones anteriores en el sentido de poder viajar o tener más ocio. "Pero esto es algo accesorio. Es un lujo que simplemente es agradable. Lo que realmente influye en la salud mental de las personas es la estabilidad y poder desarrollar su proceso de vida". El placer ser convierte en consumo y el consumo a su vez en algo evitativo que se usa como refugio. Esta misma idea también la refuerza Estébanez argumentando que "los factores económicos como la precariedad económica, el desempleo juvenil y la dificultad real para acceder a una vivienda o una estabilidad financiera han generado una mayor incertidumbre y estrés entre los jóvenes".
Los factores sociales, como la intensa competencia entre jóvenes y la constante presión por destacar en un mundo hiperconectado, junto con la desintegración de las relaciones familiares, han desencadenado un aumento en los niveles de ansiedad, sentimientos de insuficiencia y falta de motivación. Esta constante presión por cumplir expectativas académicas, profesionales y sociales ha provocado que muchos jóvenes sientan que nunca logran estar a la altura, lo que ha llevado a esta generación al borde del colapso emocional.
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