El paso de la DANA por Valencia ya deja 214 víctimas mortales, a la vez que las autoridades sanitarias tratan de identificar más de 60 cadáveres. Las labores de rescate continúan, a la vez que las llamadas de auxilio. Ahora, aquellos que no pueden salir de sus domicilios colocan un pañuelo blanco en sus balcones y ventanas, y cientos de protectoras de animales piden ayuda para hacer frente a una de las mayores catástrofes de la historia de España. Pero los médicos advierten que el paso de la DANA no solo tiene como efecto la destrucción inmediata, sino la aparación de muchos otros problemas de salud como consecuencia de las condiciones en las que se encuentran todos estos vecinos y pueblos desde hace ya seis días.
La Leptospirosis es una infección provocada por una bacteria que prolifera en aguas estancadas. Desde el pasado martes 29, numerosos pueblos de la provincia de Castellón y Valencia se encuentran sumergidos en el barro, fango y aguas residuales. La suciedad se acumula, y en muchas zonas aún no han sido recogidos todos los cadáveres, tanto humanos como animales. En este contexto, la proliferación de bacterias es inmediata, y el riesgo de contraer enfermedades aumenta con el paso del tiempo. Ante ello, protegerse es fundamental: el uso de mascarillas -preferiblemente FPP2- al igual que ponerse guantes es imprescindible. Al hablar de estos últimos, los más adecuados son los guantes de trabajo, robustos y de tela, pero en situaciones de emergencia cualquier cosa es mejor que nada.
Síntomas de la Leptospirosis
Conocer los síntomas de la infección puede ser clave para recibir un diagnóstico y tratamiento temprano. En caso de experimentar algunas de estas señales, es muy importante acudir al médico lo antes posible: en algunas poblaciones, su centro de salud habitual; y en aquellas en que esta opción no está disponible, acudir al puesto sanitario de emergencia situado en la localidad. Los síntomas tardan en aparecer entre 2 y 30 días, y pueden incluir:
- Tos seca.
- Fiebre.
- Dolor de Cabeza.
- Dolor muscular.
- Náuseas, vómitos y diarrea.
- Escalofríos.
Entre otras señales menos habituales se puede encontrar el dolor abdominal, ruidos pulmonares anormales, enrojecimiento de la superficiente blanca de los ojos, inflamación de los ganglios linfáticos, dolos de hueso, agrandamiento del bazo o hígado. También la rigidez y sensibilidad muscular, erupciones cutáneas y dolores de garganta. Muchos de estos síntomas pueden estar relacionados con otro tipo de patologías y males menores, pero en situaciones como esta es imprescindible acudir al médico cuanto antes para descartar problemas mayores.
Factores de riesgo y precauciones
La leptospira -bacteria causante de la infección- puede enontrarse en aguas dulces ensuciadas por la orina de animales. Aquellos que se encuentran en contacto con animales: veterinarios, voluntarios y trabajadores de protectoras de animales que continúan con las labores de rescate y acogida, y todos aquellos que se encuentran rodeados de estas aguas que podrían estar contaminadas deben extremar la precaución.
Entre las recomendaciones de los expertos se encuentra no consumir ninguna bebida o alimento que haya podido estar en contacto con barro o agua residual -no solo por esta infección, sino por muchas otras enfermedades que esto puede conllevar-. El uso de ropa impermeable y botas altas también es vital. Además, es importante destacar que por lo general el diagnóstico no es grave, pero sí puede ser mortal si la infección no es tratada a tiempo. Los medicamentos utilizados para paliar sus efectos son la Ampicilina, Azitromicina o Cefriaxona, entre otros, aunque la automedicación no es la solución: acudir al médico cuanto antes, tomar precauciones y estar atento a todo síntoma es la clave para mantener un buen estado de salud y detectar estos problemas a tiempo.
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