El domingo 30 de enero tuvieron lugar las elecciones parlamentarias de Portugal. Si bien estos comicios han otorgado una amplia mayoría al Partido Socialista (117 de los 230 escaños), que ya no tendrá que depender de ningún pacto para formar gobierno, esto no es lo único reseñable. Este adelanto electoral también ha supuesto la caída del resto de partidos que formaban parte del gobierno (Bloque de Izquierda y Coalición Democrática Unitaria), el crecimiento de Chega! (¡Basta!, en español), el homólogo luso de Vox y de Iniciativa Liberal (IL), el homólogo luso de Ciudadanos.
Sobre este último es sobre quien quiero hablar. Iniciativa Liberal es el primer partido netamente liberal que consigue representación en la Asamblea portuguesa y que, en apenas dos años, ha cosechado un crecimiento del 286%. Pero, ¿en qué se parece el partido liberal portugués a los "liberales" españoles de Ciudadanos?
Origen y evolución
El origen de ambos partidos es algo parecido. Tanto Ciudadanos como Iniciativa Liberal surgieron de plataformas de la sociedad civil: Ciutadans de Catalunya, en el caso del primero, y Associação Iniciativa Liberal, en el caso del segundo. Mientras los de Albert Rivera nacieron como un partido de ámbito regional, aunque con vocación nacional, que pretendía luchar contra los nacionalismos periféricos (principalmente el catalán) y sustituir a estos partidos en los pactos con PP y PSOE; IL lo hizo como un partido de ámbito nacional (huelga decir que, pese a que Portugal celebra elecciones regionales en Madeira y las Azores, es un Estado unitario que no tiene parlamentos regionales) y con la voluntad de testar si una alternativa netamente liberal tenía futuro en su país.
Ambos partidos han crecido de forma paulatina. No obstante, el partido español, que nació en Cataluña, Comunidad Autónoma en la que consiguió implantarse rápidamente, tardó más en obtener representación en el Congreso de los Diputados de lo que ha tardado IL, que consiguió hacerse con un diputado en las primeras elecciones a las que se presentó.
Si echamos la vista atrás, en 2008, año en que Ciudadanos se presentaba por primera vez a las elecciones, únicamente obtuvo un 0,18% de los votos, un porcentaje que no le permitió obtener representación. Y no sería hasta 2015, nueve años después de su fundación, en las que el partido irrumpiría con fuerza, consiguiendo 40 escaños. IL, en cambio, tiene apenas 5 años de vida y unas pocas elecciones a sus espaldas: las europeas, las elecciones regionales de Madeira y las elecciones al Parlamento nacional de 2019, las regionales de las Azores y las elecciones locales en 2020 y, por último, las del pasado 30 de enero. Pero en estos escasos años de vida ha experimentado un importante crecimiento, pasando del 1,29% y un solo escaño en la asamblea nacional que consiguió en 2019, a un 4,98 % y 8 escaños en 2022.
Diferencias ideológicas
Las diferencias entre Ciudadanos e Iniciativa Liberal no solo tienen que ver con sus orígenes, sino también, y por raro que parezca, importantes matices ideológicos y programáticos les separan. Pese a que ambos partidos forman parte de la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos (aunque IL todavía no tiene eurodiputados), Iniciativa Liberal es un partido que abraza el liberalismo desde sus orígenes y de una forma mucho más desacomplejada y decidida que Ciudadanos.
Es importante señalar que Ciudadanos no nació como un partido liberal, sino como un partido que reivindicaba la confluencia entre el socialismo democrático y el liberalismo progresista (Ciudadanos, 2006). Una suerte de tercera vía. De hecho no fue hasta 2017 cuando eliminó la referencia a la socialdemocracia de su ideario y empezó a reivindicarse como un partido “liberal progresista, demócrata y constitucionalista” (Ciudadanos, 2017).
comparten unos principios básicos que les permiten formar parte del mismo grupo europeo: defienden un ambiente favorable al emprendimiento, bajos impuestos, y unas cuentas públicas saneadas
Iniciativa Liberal ha hecho gala de su liberalismo desde la fundación. El partido luso se declara liberal en todos los ámbitos: económico, social y político. En el apartado de su web dedicado a sus valores encontramos una defensa de la libertad individual (el derecho de todo individuo a dirigir su propia vida), la responsabilidad (la asunción de los costes y las consecuencias del ejercicio de la libertad), la civilidad (la convivencia pacífica en sociedad), la comunidad y la igualdad política.
No obstante, podemos decir que comparten unos principios básicos que les permiten formar parte del mismo grupo europeo: ambos defienden un ambiente favorable al emprendimiento, un marco fiscal caracterizado por bajos impuestos, y unas cuentas públicas saneadas. Así como un compromiso con la transparencia y la tolerancia 0 con la corrupción. Pero si entramos a analizar las propuestas concretas, IL es, sin lugar a dudas, mucho más ambicioso que Ciudadanos. Ambicioso en lo que a la defensa de la libertad individual se refiere.
Si acudimos al programa electoral de los liberales portugueses, estos proponen cuestiones tan atrevidas como la introducción de una flat tax del 15% en el impuesto sobre la renta, la implantación de un sistema de libre elección de escuela a través de un cheque escolar, la introducción de un pilar de capitalización en el sistema nacional de pensiones o la liberalización del sector de la vivienda (reduciendo o eliminando tasas o impuestas que suponen trabas a la construcción y simplificando y reduciendo trámites).
Sería injusto no reconocer que Ciudadanos aboga por los impuestos bajos (en el programa con el que se presentaron a las elecciones generales en 2019 proponía diversas rebajas del IRPF y la eliminación del Impuestos de Sucesiones y Donaciones, por ejemplo). Sin embargo, si hablamos de educación, pensiones o sanidad, entre otros aspectos, no encontraremos medidas enfocadas a reducir el gasto estatal y otorgar mayor libertad a los ciudadanos para elegir.
Mientras los portugueses defienden un liberalismo amplio, en Ciudadanos se centran mucho más en la defensa de la “libertad social” o libertades civiles. Esto es, la regulación del uso de la marihuana recreativa, de la gestación subrogada o de la prostitución, aspectos también compartidos por sus homólogos portugueses, pero los liberales ibéricos (sic.) son mucho menos ambicioso en lo que a la libertad económica se refiere.
Ahora podemos preguntarnos: ¿Sería posible que Ciudadanos abrazase un liberalismo mucho más desacomplejado? ¿Podría esto hacerle recuperar votos, o significaría su muerte definitiva?
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