La tormenta perfecta se cierne sobre la agricultura valenciana. Las lluvias extremas y persistentes de la primavera, así como las heladas, afectaron a la fase de floración y al cuajado de los frutos por lo que la campaña citrícola, que comenzará el próximo mes de octubre, tendrá una disminución de la producción que se estima en un 10%. Mientras, en el sector del almendro y del olivar esa caída de la producción se situará entre un 70% y un 90% a nivel autonómico.
El desorbitado precio de la energía, además, obliga a subir los costes de producción que se han elevado hasta un 30% por encima del año pasado y los agricultores lanzan un SOS.
Los representantes de los principales sindicatos agrarios en la Comunidad Valenciana –la Asociación Valenciana de Agricultura y la Unió de Llauradors i Ramaders– se afanan en pedir medidas urgentes de ayuda a las Administraciones para hacer que este tipo de cultivo siga siendo viable y no suponga una ruina que obligue a muchos propietarios a abandonar los campos.
159.248 hectáreas
La citricultura es el principal cultivo de la agricultura valenciana, con el 41,4 % de la producción, y ocupa una superficie de 159.248 hectáreas, que representa el 53,7 % del total de la superficie citrícola española. Y los precios que se están pagando a pie de campo no dan para paliar la estratosférica subida de los costes.
Según los propios datos del Ministerio de Agricultura los costes de producción se han disparado un 29,42% en un año. Los insumos que más se han encarecido son: la electricidad (+161%), los carburantes (+44%), los fertilizantes nitrogenados (+146%), los piensos para alimentación animal (+23%), y los productos fitosanitarios (+18%). A esta subida hay que añadir que la persistente sequía estival está obligando a regar más los campos con el consiguiente incremento de costes de energía y del elevado precio del agua.
Entre las demandas que exige el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, considera "urgente la aplicación del tipo superreducido del 4% del IVA a las compras realizadas por los productores agrarios de aquellos medios de producción necesarios para el desarrollo de su actividad, como inputs agrarios y materias primas".
Los primeros indicios del escaso precio a pagar por los cítricos ya se han podido registrar en varios comercios privados que ofrecen 0,21 euros por kilogramo de la naranja de la variedad Navelina, cuando los gastos que supone el cultivo son de 0,32 euros. Así, los agricultores valencianos están perdiendo aproximadamente 0,11 euros por kilogramo.
Ante esta situación, Aguado ha recordado que "los agricultores están cansados de trabajar duro y perder dinero, los mayores dejarán de gastar su exigua pensión para mantener los campos y los pocos jóvenes que quedan huirán en busca de una actividad profesional viable".
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