La Policía Nacional ha detenido a dos veterinarios y rescatado de dos criaderos ilegales de Madrid a 270 perros chihuahuas con las cuerdas vocales diseccionadas para que no ladrasen y pudieran alertar a los vecinos, localizando incluso un par de crías muertas y congeladas envueltas en papel de periódico.
Los agentes descubrieron el principal criadero en Arganda del Rey (Madrid) siguiendo la pista de otro desarticulado antes en Meco. Entre los cinco detenidos se encuentran dos veterinarios profesionales que facilitaban la actividad ilegal aportando cartillas sanitarias, medicamentos e instrumental.
Una denuncia anónima en enero de 2019, hace ahora un año, alertó del criadero ilegal en Meco. Se actuó por primera vez cuando la propietaria trató de deshacerse de 12 animales maltratados, ya que habían sufrido una cordectomía.
En noviembre de 2019 se detectó un criadero en el centro de Arganda gestionado por una familia que era el verdadero criadero de perros, ya que gracias a internet se convirtió en uno de los principales distribuidores a nivel europeo, según han explicado los responsables policiales al frente de la investigación.
En esta vivienda de Arganda se descubrió un zulo construido en el sótano del chalet en unas pésimas condiciones higiénico-sanitarias y de habitabilidad repartidas en tres áreas: zona de cría, zona de venta y zona de animales listos para criar.
Registro desde 1990
Los perros chihuahuas y también de la raza pomerania, muy cotizados ambos y caracterizados por su pequeño tamaño, se vendían por un precio que oscilaba entre los 1.300 y los 3.000 euros. Los agentes han acreditado que en la Real Sociedad Canina consta que desde 1990 esta organización criminal, sin ningún tipo de licencia, registró unos 1.400 animales con pedigrí, calculando en unos dos millones de euros el volumen de negocio en este tiempo. Los 270 perros rescatados tendrían un valor de 300.000 euros.
Los veterinarios tenían sus clínicas en Leganés y Moratalaz. Los otros tres arrestados, sin otra profesión que este criadero ilegal, son el principal criador, un hombre de 56 años, y su esposa, de 59, así como el informático que montó la estructura informática para la venta y distribución de estos canes, que se producía en mano y algunas veces utilizando empresas de reparto.
De la investigación han dado cuenta este jueves en el Complejo Policial de Canillas (Madrid) el comisario jefe Enrique Juárez y el jefe de sección de Consumo, Medio Ambiente y Dopaje, Juan José Castro. Los cinco detenidos se enfrentan a delitos de maltrato animal, organización criminal y falsificación documental, así como a una investigación patrimonial y una posible sanción administrativa por vender perros sin ningún tipo de licencia.
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