La entrada en vigor de la nueva normativa europea sobre envases de plástico ha supuesto un cambio radical en el sector, obligando a las empresas a diseñar botellas con tapones integrados para reducir la generación de residuos.
Este pasado 3 de julio del 2024 entró en vigor la norma que obliga a las marcas a garantizar que las tapas no se separan del envase durante toda la vida útil del producto, que ya había sido aprobada también en el Real Decreto de Envases y Suelos Contaminantes. Algunas ya llevan meses usando este sistema que no gusta mucho a los consumidores, pero desde esa fecha ya no se pueden fabricar más botellas sin ese nuevo diseño de tapón.
Aún así, todavía quedan algunas marcas que todavía fabricaban sus envases con los tapones de siempre y que, al tenerlas en almacén, las están comercializando todavía, pese a haber pasado ya más de un mes.
Naturis, el último bastión de los tapones de toda la vida
Naturis, una conocida marca de agua embotellada, ha sido 'señalada' por seguir comercializando botellas con tapones convencionales, es decir, que se pueden separar de la botella. Esta práctica contraviene directamente la legislación europea, que busca fomentar la economía circular y disminuir la contaminación por plásticos en los océanos, aunque no se está saltando la ley ya que hay una prórroga para seguir comercializando los envases que tengan todavía ese tapón.
Los consumidores cada vez son más conscientes de la importancia de elegir productos respetuosos con el medio ambiente, pero también son muchos los usuarios que se quejan de los nuevos tapones. Por eso, la decisión de Naturis de continuar con este tipo de envases ha generado un gran revuelo en las redes sociales, donde algunos han expresado su indignación y han llamado a boicotear la marca, mientras que otros lo aplauden y celebran que todavía queden ese tipo de tapones.
Los expertos se mojan y se contradicen
Algunos expertos creen que esto que hace esta marca de agua de continuar comercializando botellas con tapones separables, a pesar de la nueva legislación, tiene implicaciones significativas tanto para el medio ambiente como para la sociedad en general, como por ejemplo:
- Aumento de residuos plásticos. Los tapones convencionales se separan fácilmente de la botella, lo que genera una mayor cantidad de residuos plásticos. Estos residuos tardan cientos de años en descomponerse y pueden fragmentarse en microplásticos, contaminando los océanos y afectando a la vida marina.
- Dificultad en el reciclaje. Suelen perderse en las instalaciones de reciclaje, lo que dificulta su separación y procesamiento. Esto reduce la eficiencia del reciclaje y aumenta la cantidad de plástico que termina en vertederos.
- Mayor huella de carbono. La producción de plástico virgen requiere una gran cantidad de energía y libera gases de efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático. Al no adoptar soluciones más sostenibles, como los tapones integrados, Naturis contribuye a aumentar su huella de carbono.
Según estos expertos, es fundamental que las empresas adopten prácticas más sostenibles y cumplan con la normativa vigente para proteger nuestro planeta y las futuras generaciones.
Pero luego también hay algún punto de vista alternativo sobre este aspecto. Algunos expertos creen también que, si bien la intención de la normativa sobre los tapones integrados es loable, es importante considerar algunos puntos que podrían cuestionar su impacto directo y a corto plazo en la reducción de la contaminación por plásticos:
- Otros factores contaminantes. La contaminación por plásticos es un problema complejo con múltiples factores causantes, como el vertido de residuos plásticos en los océanos, la producción excesiva de plásticos de un solo uso y la gestión inadecuada de los residuos. Si bien los tapones son una parte del problema, centrarse únicamente en ellos podría desviar la atención de otros factores más importantes.
- Impacto limitado en la cantidad total de plástico. Aunque esta medida puede reducir ligeramente la cantidad de plástico que termina en el medio ambiente, su impacto en la cantidad total de plástico producido y consumido es relativamente pequeño.
- Dificultades en la implementación. La implementación de esta normativa puede enfrentar desafíos técnicos y económicos, especialmente para las pequeñas y medianas empresas. Además, la efectividad de la medida dependerá en gran medida de la capacidad de los consumidores para separar correctamente los residuos y de la eficiencia de las instalaciones de reciclaje.
- Posibles consecuencias no deseadas. La introducción de los tapones integrados podría llevar a un aumento en el uso de otros materiales de envasado, como el aluminio o el vidrio, que también tienen su propio impacto ambiental.
En conclusión, que, si bien la normativa sobre los tapones integrados es un paso en la dirección correcta, es importante reconocer que no es una solución mágica para el problema de la contaminación por plásticos. Para lograr un impacto real y duradero, es necesario adoptar un enfoque más amplio y holístico que aborde las causas profundas de este problema.