El "nuevo ciclo", como llaman en Podemos a la etapa que se abre tras recomponer puentes con el PSOE (la moción de censura ha servido para escenificarlo, afirman) trae consigo una redistribución de roles en la cúpula morada. Con un Pablo Iglesias, secretario general del partido, centrado desde ya en cortejar al líder socialista, Pedro Sánchez, será Irene Montero, quien asuma el papel de azote del PP y del Gobierno. La portavoz parlamentaria de Unidos Podemos y secretaría estatal de Acción en el Congreso estrechará el cerco tanto en los casos que corrupción que afectan a los populares como en las sospechas de injerencias en la Justicia desde el poder ejecutivo.
Según fuentes internas consultadas por Vozpópuli, Montero será a partir de ahora quien lance los principales ataques de Podemos, los mensajes más directos, contundentes y afilados, contra la dirección popular y los ministros. De este modo, señalan las fuentes citadas, la portavoz parlamentaria descargará a Iglesias de dedicar permanentes esfuerzos a esa tarea, que ahora, precisamente, será más intensa que nunca en tanto la formación morada considera que "la situación de excepción que vive este país no puede normalizarse".
Hasta el pasado martes, día en que Montero defendió frente a Rajoy la moción de censura (antes de que interviniera el candidato Iglesias), no había emergido con fuerza ningún número dos en el partido morado. Una figura que había quedado vacante tras Vistalegre II con la derrota de Íñigo Errejón. Tanto Montero como el secretario de Organización, Pablo Echenique, y el diputado y responsable de la Secretaría de Sociedad Civil, Rafael Mayoral, venían alternándose en ese perfil, que queda a partir de este momento en manos de la portavoz parlamentaria. Su intervención desde la tribuna para justificar la tercera moción de censura de la democracia, encadenando algunos pasajes con un brío y carácter que sorprendieron al hemiciclo, le confirmó y consolidó como el activo de más peso en Podemos por detrás del jefe de filas.
Por su parte, Iglesias centrará su energía en buscar que la relación con el PSOE de Pedro Sánchez camine hacia la construcción de una mayoría alternativa al PP, pero no únicamente parlamentaria, sino de Gobierno. Por ello, el líder de Podemos sostiene que el PP no puede seguir ni un minuto más en el Ejecutivo, por lo que ha abogado por presentar una segunda moción de censura "antes de Navidades". Sin embargo, en los planes de Sánchez, como ha revelado este diario, no figura encabezar al corto plazo una moción de censura sin el apoyo de Ciudadanos. Y es que, tal y como él mismo afirmó en una carta publicada esta semana en el diario El Mundo, si Podemos y Ciudadanos no se levantan los vetos, "buscaré decididamente ese apoyo mayoritario al cambio en las urnas", esto es, esperará a la convocatoria de elecciones generales.
El líder morado ha terminado por abandonar esa actitud de confrontación con el PSOE para inclinarse hacia las tesis de los errejonistas
Sin embargo, ese horizonte queda muy lejano para Iglesias, pues sostiene que "no se puede normalizar la corrupción del PP". El líder morado se ha fijado el reto de explorar todas las vías posibles e ir mostrándoselas al PSOE para "echar" a los populares del Gobierno en esta legislatura, "cuanto antes mejor". El viernes ya emplazó a los socialistas a aparcar las "diferencias" con ERC, esto es, las relativas a la independencia de Cataluña, para buscar un acuerdo "progresista" con dicha formación que permita desbancar al PP. Iglesias cree que los números dan para ello.
"Cómodo y útil"
Así, con esa estrategia de desbrozar el terreno a Sánchez para "conformar un gobierno alternativo" (Podemos mantiene que debe entrar en ese eventual Ejecutivo), el líder morado ha terminado por abandonar esa actitud de confrontación con el PSOE para inclinarse hacia las tesis de los errejonistas. Conjugar un Podemos amable en el Parlamento con otro de reivindicación y lucha constante en la calle. Las fuentes consultadas apuntan, en este sentido, que Iglesias está escuchando muy atentamente cada impresión de Errejón y que "hay sintonía". Una posición de consejero, también nueva para él tras el distanciamiento de Vistalegre II, en la que el exnúmero dos se siente "cómodo y útil para el partido", a la espera de las autonómicas de 2019. No obstante, Errejón ya está implicado en el proyecto de Madrid y viene plantando cara, con especial interés, a Cristina Cifuentes (PP) y su entorno desde que salió su nombre como posible candidato a la Comunidad de Madrid en las siguientes elecciones.