En los últimos meses, la Organización Mundial de la Salud -OMS- ha lanzado numerosos anuncios y advertencias sobre diversos peligros a nivel internacional. Ahora, y tras analizar la situación de los más jóvenes, la organización lanza un importante mensaje: un problema de salud podría afectar a más de 500 millones de personas en el año 2030 en el caso de no cambiar el rumbo y su situación actual. Así, y tras celebrarse el Día Minimalismo de la Audición, es necesario hablar de cómo las nuevas tecnologías y formas de ocio ponen en riesgo su salud auditiva.
Tras analizar la situación y comprobar los riesgos, la organización plantea un grave desafío, ya que lo que ahora supone un problema a futuro podría convertirse en un gran aumento de personas con discapacidad auditiva y sordera. Así, no solo supone un desafío a nivel de salud pública, sino también para el bienestar emocional y social de las personas afectadas. En esta línea, la audióloga Daiana Martínez -de la Clínica Coda- pone el foco en los hábitos y en la importancia de cuidar la salud auditiva antes de que comiencen a aparecer los primeros signos y dificultades.
"Nuestra capacidad auditiva en el futuro depende de cómo cuidemos nuestros oídos hoy. Muchos casos de pérdida de audición pueden evitarse adoptando modos de escucha segura y buenas prácticas de cuidado de la audición”, ha señalado la profesional. Además, hace énfasis en la importancia de distinguir entre oír bien y comprender el mensaje. “Nos encontramos con mucha gente que oye lo que le están diciendo, pero no entiende”, manifiesta, y es aquí cuando es el momento de hablar de bienestar emocional, ya que el problema afecta tanto a relaciones interpersonales como a la calidad de vida en términos generales.
Cuatro recomendaciones de la experta
Finalmente, Martínez habla de cuatro formas de prevenir la pérdida auditiva. Seguir estos hábitos y tomarlos por costumbre será clave para evitar problemas de salud en el futuro. Así, el primero de ellos es evitar la exposición prolongada a ruidos fuertes, y en el caso de tener que hacerlo, proteger los oídos con tapones o cascos. Esta práctica es cada vez más común en conciertos, donde es sencillo ver a personas con ellos, sobre todo en aquellos de más larga duración.
El segundo ‘tip’ a seguir es mantener el volumen bajo al escuchar música o ver la televisión. Para medirlo, los profesionales ponen el límite en una cifra: el 60% de la capacidad de cada dispositivo. Asimismo, realizar revisiones auditivas periódicas para obtener un diagnóstico temprano puede suponer una gran diferencia al recibir tratamiento, así como adoptar hábitos de escucha segura, como limitar el tiempo de exposición a sonidos fuertes y tomar descansos para reducir la fatiga auditiva.
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