Las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo y sobre todo, en buenas aliadas para que los criminales capten y exploten a víctimas de trata. Un tema bastante presente a pie de calle que no deja de dar noticias a la prensa. De hecho, la Policía Nacional ha logrado desarticular una organización dedicada a la explotación sexual de mujeres en Madrid, Málaga y Toledo. Dicha operación ha culminado con 32 víctimas de trata, que se suman al total de 600 mujeres que han tenido que estar conviviendo en condiciones insalubres y abusivas, siendo completamente explotadas.
Hay que tener en cuenta que se trata de la primera cooperación de un cuerpo policial europeo con el Centro Especializado para la Lucha contra el Tráfico de Migrantes y Trata de Personas que la agencia Ameripol ha establecido en Río de Janeiro (Brasil), que se ha saldado con nueve arrestados en Madrid, doce en Toledo y cinco en Málaga. Entre los detenidos se encuentran los cabecillas de la organización, para los que ha sido decretado su ingreso en prisión provisional.
Para llevar formalizar la detención, se han llevado a cabo once registros domiciliarios desde que se inició la investigación, en 2023, y el cierre de cuatro casas utilizadas a modo de clubes de prostitución, en los que se han intervenido 40.000 euros en efectivo, un arma de fuego con munición, diversas cantidades de cocaína, marihuana, hachís y tusi, 500 pastillas para la disfunción eréctil, tres vehículos, dispositivos electrónicos y documentación.
Normas para las víctimas: sanciones de 40 euros y disponibles las 24 horas del día
En las cuatro casas en las que se ha llevado a cabo el operativo, se han intervenido numerosos contratos laborales firmados por las víctimas que han permitido a los investigadores hacer una estimación: cerca de 600 mujeres habrían sido explotadas en el último año en dichas casas pertenecientes a la red. Las zonas comunes donde residían las víctimas no dejan lugar a dudas de las condiciones insalubres y abusivas a las que estaban sometidas. Numerosos carteles pegados en zonas visibles estipulaban estrictas normas que, en caso de incumplimiento, suponía para las víctimas sanciones económicas que iban de 30 a 40 euros. Entre otras obligaciones, las mujeres debían estar disponibles y arregladas las 24 horas del día, todos los días de la semana, y cuando aparecía algún cliente disponían de cinco minutos para acudir. Además, tenían prohibido engordar siendo expulsadas de la casa en caso de no cumplir con los cánones de belleza y exigencias precisadas por los líderes de la organización criminal.
Generalmente, vivían en los sótanos de las casas prostíbulo hacinadas en habitaciones de pequeñas dimensiones, con las camas separadas por cortinas, poca ventilación y en condiciones de insalubridad, mientras la parte de la casa destinada al ejercicio de la prostitución contaba con todo lujo de detalles.
Distribuidas por todas las estancias, había cámaras de seguridad que vigilaban a las víctimas que estaban obligadas a ofrecerle a los clientes diversas sustancias estupefacientes como cocaína, 'tusi', cristal y medicamentos para la disfunción eréctil.
Promesas de 500 euros a la semana y buenas condiciones
La organización captaba a mujeres en su mayoría colombianas y venezolanas que atravesaban situaciones personales y económicas muy comprometidas para aprovecharse de su vulnerabilidad y engañarlas, prometiéndoles unas ganancias de 5.000 euros a la semana, con unas buenas condiciones de trabajo y con habitación propia para descansar, si iban a trabajar a España.
Los delincuentes llegaban a ellas a través de empresas localizadas en el país de origen o de las propias encargadas de las casas, conocidas como las 'mamis', que contactaban con ellas. Una vez las mujeres llegaban a España contraían una deuda de entre 3.000 y 4.000 euros con la organización y debían ceder sus derechos de imagen, para que posteriormente pudiesen ser publicadas en varios portales web de contenido para adultos.
Día Mundial contra la Trata de Personas: 30 de julio
En su inmensa mayoría, las personas víctimas de esta lacra son mujeres migrantes, de las cuales se aprovechan utilizando las redes sociales de por medio. Por ello, la Organización de las Naciones Unidas denuncia que "la proliferación de plataformas en línea supone más riesgos para los menores porque tienden a conectarse a estos sitios sin las protecciones adecuadas". Los traficantes, por su parte, suelen utilizar las plataformas digitales para reclutar a sus víctimas y atraer tanto a clientes como a menores, que buscan en la red aceptación, atención o amistad y por ello son susceptibles de caer en estratagemas engañosas, por lo que a menudo son "cortejados" por los criminales, según la ONU.
Cruz Roja, por su parte, subraya que la captación de víctimas de trata a través de las redes sociales se ha convertido en una "realidad creciente" y que estas plataformas "suponen una herramienta muy poderosa para los traficantes, que se aprovechan de la accesibilidad y el anonimato que proporcionan". Con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas, la ONU ha querido dedicar este año a sensibilizar sobre las causas y vulnerabilidades asociadas al tráfico de menores. Bajo el lema "no podemos dejar a ningún niño o niña atrás en la lucha contra la trata de personas", la organización destaca la "necesidad crítica" de prestar un apoyo específico a estas víctimas e insta a los gobiernos a "abordar las deficiencias actuales y agilizar las medidas".
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