Al final está ocurriendo lo que muchos en el PP temían: Pedro Sánchez va ganando la partida europea a Alberto Núñez Feijóo, porque es, junto al canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emanuel Macron, uno de los grandes negociadores del relevo en las instituciones comunitarias para el próximo quinquenio y eso le confiere un enorme poder de veto durante esta etapa de interinidad en la Comisión.
Ninguno de los actuales comisarios, menos quien ha venido siendo la gran aliada del presidente del Gobierno español, la presidenta de la Comisión, Úrsula Von der Leyen, que quiere continuar otros cinco años, va a indisponerse contra Sánchez ni contra Schölz o Macron, reconocen diversas fuentes comunitarias a Vozpópuli.
Y Von der Leyen está a punto de lograr su objetivo porque a todos ellos les interesa. Todos tienen prisa en confirmarla tras un importante ascenso de la ultraderecha en las elecciones europeas del 9J, que amenaza a medio y largo plazo el control que durante las últimas décadas han venido ejerciendo populares, socialistas y liberales en las instituciones comunitarias.
Elección en tres semanas
Las tres grandes formaciones y los Verdes, los grandes perdedores en las urnas tras haber sido cruciales en la pasada legislatura, no quieren dejar abierta muchas semanas más la elección de la nueva Comisión, de la presidencia del Consejo, la presidencia del EuroParlamento y el nombre del Alto Representante de la UE que sustituirá al español José Borrell; por si la ultraderecha gana las elecciones legislativas francesas del 7 de julio, Marine Le Pen se alía con la primera ministra italiana, la también ultraderechista Giorgia Meloni, y ambas exigen entrar en esa negociación.
Sánchez y Scholz, el líberal Macron y los negociadores del Partido Popular Europeo (PPE), los primeros ministros polaco, Donald Tusk, y griego, Kyriakos Mirsotakis, mantuvieron una primera cena informal el pasado lunes en Bruselas. No quisieron dar el visto bueno a la reelección de Von der Leyen hasta que el resto no esté acordado, pero todo parece indicar que se hará oficial en votación el 17 de julio en el Parlamento de Estrasburgo.
”Sin presupuesto este 2024, con los del año anterior prorrogados y con un Procedimiento por déficit excesivo que obliga a recortar gasto y aumentar ingresos, políticamente habría sido imposible aguantar todo este otoño sin siquiera trámite presupuestario. Ahora podemos ganar tiempo hasta ver qué ocurre en Cataluña”, admiten varias fuentes gubernamentales.
De momento, Pedro Sánchez ya está sacando tajada de esta interinidad europea. A pesar de que cerramos 2023 con un 3,6% de déficit público -el límite era un 3%-, ha conseguido que la Comisión perdone a España y no la sancione incluyéndola en el llamado Procedimiento de déficit excesivo en el que sí están Francia, Italia, Hungría, Malta, Polonia, Eslovaquia y Bélgica.
Algo que da oxígeno a un Gobierno español que no tiene garantizada, ni mucho menos, una mayoría parlamentaria que le permita sacar adelante los Presupuestos; precisamente por eso, ha llamado la atención en el resto de cancillerías y en el EuroParlamento recién elegido. “Es un escándalo”, resume un ex eurodiputado.
”Sin presupuesto este 2024, con los del año anterior prorrogados y con un Procedimiento por déficit excesivo que obliga a recortar gasto y aumentar ingresos, sí o sí, políticamente habría sido imposible aguantar todo este otoño sin siquiera trámite presupuestario para 2025. Ahora podemos ganar tiempo hasta ver qué ocurre en Cataluña”, admiten varias fuentes gubernamentales.
El PP achaca que España haya sido excluida del ‘Procedimiento de déficit excesivos, no tanto a Von der Leyen como a las maniobras vicepresidente económico de la comisión, el popular letón Valdis Dombrovsky, amigo de Nadia Calviño, que sabe que no va a repetir porque Núñez Feijóo lo ha vetado y el se ha cobrado cumplida venganza
El PP español lo ve de otra manera. Fuentes de ese partido señalan a Vozpópuli que lo único que ha hecho Sánchez es ganar tiempo porque “en otoño España va a ser reevaluada” e incurrirá en déficit excesivo porque lo que ha hecho la Comisión es rebajar el riesgo del déficit estructural amparándose en el fuerte aumento de los ingresos derivada del aumento de recaudación por el efecto inflación.
Achacan esa decisión no tanto a Von der Leyen, como al vicepresidente económico de la comisión saliente, el ex primer ministro letón Valdis Dombrovsky, que sabe que no va a repetir porque Núñez Feijóo lo ha vetado a pesar de ser del PPE; Dombrovsky, muy amigo e la ex vicepresidenta económica y hoy presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, se habría cobrado así cumplida venganza sobre Feijóo.
Amnistía: “Esperar” al TJUE
Lo cierto es que éste revés se une al silencio de Úrsula Von der Leyen sobre la Ley de Amnistia, el otro gran caballo de batalla de los populares contra Pedro Sánchez. El pasado uno de junio, Feijóo agasajó a la alemana llevándola a una romería del PP gallego con 4.000 asistentes, pero ella no habló directamente de amnistía; sí habló de “respeto al Estado de Derecho”, lo cual fue suficiente para que Feijóo presumiera de su apoyo. "No estamos solos, estamos con la presidenta de Europa y, por lo tanto, estamos con Europa defendiendo la democracia española", insistió el líder popular español, con ella delante.
No obstante, fuentes del partido admiten que la presidenta de la Comisión no está dispuesta a mojarse más y que “habrá que esperar” a que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) resuelva, dentro de año y medio, la cuestión prejudicial que va a presentar el Tribunal Supremo contra la Ley de Amnistía.
Reynders mantuvo varias reuniones en Bruselas y Madrid con el ministro Bolaños y el popular González Pons, pero cuando el PP ha reclamado otra para que Sánchez no imponga su ultimátum negociador a Feijóo, la vicepresidenta Jourova ha sido muy clara: solo les convocará si ambas partes van con “propuestas concretas” de desbloqueo del Poder Judicial
Y en el último asunto en el que el PP ha intentado implicar a la Unión Europea, la mediación de la Comisión en el espinoso asunto del bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la vicepresidenta saliente Vera Jourova, no ha querido seguir la línea de su predecesor, el dimitido ex comisario de Justicia Didier Reynders, y se ha lavado las manos.
Reynders mantuvo varias reuniones en Bruselas y Madrid con los negociadores, el ministro socialista Félix Bolaños, y el popular Esteban González Pons, pero cuando el PP ha reclamado a Jourova una nueva reunión para que Sánchez no imponga su ultimátum negociador a Feijóo, la vicepresidenta de la Comisión Europea saliente ha sido muy clara: solo les convocará si ambas partes van con “propuestas concretas” de desbloqueo del Poder Judicial, no solo a ganar tiempo.
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