La jubilación es una de las mayores preocupaciones de muchos españoles. Tras toda una vida trabajando, toca descansar y disfrutar del tiempo de ocio, aunque los elevados precios, la inflación, el encarecimiento de la vivienda y la precariedad de los salarios cada vez lo ponen más difícil. Pero, además de esto, muchos españoles tienen otro problema: no haber cotizado lo suficiente es todo un hándicap, para el que se crearon las pensiones no contributivas.
Las pensiones no contributivas son prestaciones económicas dirigidas a aquellos que no han cotizado lo suficiente a lo largo de su vida laboral, y que ya se encuentran en edad de acceder a la jubilación. No haber cotizado no significa no haber trabajado lo suficiente: la irregularidad ha afectado a millones de personas a la hora de desarrollar su actividad laboral, sobre todo hace años, cuando la situación y norma eran completamente diferentes a la actualidad.
Requisitos para acceder a la pensión no contributiva
Para poder acceder a una pensión no contributiva, las autoridades establecen distintos requisitos que se deben cumplir. El más básico y principal es no poder acceder a una pensión contributiva. Además, se deben tener 65 años o más, haber residido en España durante al menos 10 años -y poder demostrarlo- de los cuales los dos últimos deben ser anteriores a la fecha de solicitud, es decir, haber vivido en el país los dos últimos años.
Además de esto, para acceder a la pensión no contributiva por invalidez es necesario cumplir otras condiciones.
- Edad: entre 18 y 65 años.
- Haber vivido en España un mínimo de 5 años y poder demostrarlo.
- Grado de discapacidad superior al 65%.
Finalmente, poder acceder a una pensión no contributiva no garantiza que no pueda perderse este tipo de ayuda. Cumplir los requisitos acreditados para poder acceder a la ayuda de forma continuada es imprescindible para no perderla. Para poder demostrarlo, el beneficiario deberá presentar una declaración anual de ingresos y rentas de la unidad de convivencia el primer trimestre de cada año.
El ingreso máximo anual
Para poder acceder a la pensión no contributiva, las autoridades establecen un umbral de ingresos que no se debe superar, cuantía que cambia cada año. Este 2024, la cantidad se sitúa en 7.250,60 euros anuales. Pero, además, si los ingresos son superiores y se convive con familiares, el IMSERSO -Instituto de Mayores y Servicios Sociales- establece sumas que no se pueden superar por parte de los integrantes de toda la unidad económica.
Para la convivencia con cónyuge o parientes consanguíneos de segundo grado:
- 2 convivientes: 12.326,02 euros por año.
- 3 convivientes: 17.401,44 euros por año.
- 4 convivientes: 22.476,86 euros por año.
Si entre los convivientes se encuentra alguno de sus padres o hijos:
- 2 convivientes: 30.815,05 euros por año.
- 3 convivientes: 43.503,60 euros por año.
- 4 convivientes: 56.192,15 euros por año.
Así, aquellos que cumplan estos requisitos podrán solicitar una pensión no contributiva. Las comunidades autónomas son las encargadas de gestionar este tipo de prestaciones, a las que el propio IMSERSO transfiere las funciones y servicios regulados.