La purga de Pablo Iglesias en Podemos no solo ha sido política. No solo ha habido una "reestructuración" de cargos y responsabilidades, como defienden los oficialistas. También ha supuesto ceses y despedidos, que han tenido una repercusión negativa en el bolsillo de los afectados. Desde que el pasado otoño se lanzara la pugna por la dirección de Podemos en la Comunidad de Madrid, antesala del cónclave de Vistalegre II, la madre de todas las batallas, medio centenar de afines a Íñigo Errejón, representante del sector moderado del partido y doblemente derrotado, han sido ya depurados por el núcleo duro de Iglesias.
Los últimos en engrosar la lista negra han sido cinco asesores del grupo parlamentario de Unidos Podemos-En Comú-En Marea en el Congreso de los Diputados. El Boletín Oficial de las Cortes Generales (BOCG) recogió el pasado jueves estos ceses, ejecutados a instancia de la portavoz de Podemos en la Cámara baja, Irene Montero. Entre tales asistentes, contratados en su día como personal eventual, figura Emilia Sánchez-Pantoja, socia fundadora de +Democracia, la plataforma de regeneración que impulsaron los exministros Jordi Sevilla (PSOE) y Josep Piqué (PP), y candidata de Podemos al Senado en las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015.
En la recta final hacia Vistalegre II, donde midieron sus fuerzas pablistas, errejonistas y anticapitalistas, Sánchez-Pantoja hizo campaña a favor del proyecto del exnúmero dos, representando a esta corriente incluso en algún debate público. Así, se le pudo ver el sábado 28 de enero como delegada de la candidatura 'Recuperar la ilusión', enfrentando su documento político, el de un Podemos aperturista y transversal, con los del resto de equipos en liza.
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También ha sido cesada en esta tanda Violeta Martín, que venía trabajando como asesora del portavoz de Exteriores de Podemos en el Congreso, Pablo Bustinduy, uno de los principales colaboradores de Errejón. Bustinduy es uno de los tres errejonistas que siguen teniendo presencia en el Consejo de Coordinación de Podemos, esto es, en la Ejecutiva de Iglesias. Además, también forma parte del grupo Pensar el Gobierno creado por el secretario general.
El horizonte de Madrid
A estos cinco asesores cesados hay que sumar otros tres que corrieron la misma suerte hace tres semanas. Según las fuentes internas consultadas, alguno de ellos han sido repescados por el partido dentro de la secretaría de Errejón, es decir, la de Análisis Estratégico y Cambio Político, aunque en ningún caso percibirán el sueldo que tenían asignado como personal eventual en el Congreso.
Esta cuestión formó parte del pacto alcanzado por Iglesias y el exnúmero dos tras el resultado de la última Asamblea estatal. Errejón dejó de ser portavoz parlamentario y secretario Político a cambio de encabezar la lista de Podemos a la Comunidad de Madrid en 2019 y disputar la Presidencia regional a Cristina Cifuentes (PP). La pérdida de la condición de portavoz en el Congreso también le ha hecho que deje de percibir el plus correspondiente. Los supervivientes del equipo de Errejón han quedado confinados a la futura pelea por la Comunidad de Madrid.
El gerente del partido seleccionó a medio de centenar de asalariados afines a Errejón y 'salvó' a cerca de una veintena con la vista puesta en las autonómicas
Por otro lado, de la sede central de Podemos ha sido despedida una treintena de trabajadores, tal y como ha publicado el diario Expansión. Según los afectados, el departamento de recursos humanos, gestionado por Pablo Fernández Alarcón, gerente del partido, seleccionó a medio centenar de asalariados (de un total de 120) considerados próximos a Errejón y de ahí fueron salvados cerca de una veintena, con la vista puesta en esa eventual candidatura del exnúmero dos a las autonómicas de la Comunidad de Madrid. Del resto, en torno, a la treintena, se ha prescindido de sus servicios con la consiguiente cláusula de confidencialidad.
Tras las primarias de Madrid, también fue cesado el entonces portavoz de Podemos en la Asamblea, José Manuel López, y otros tres asesores errejonistas. Un patrón que luego se ha repetido en el Congreso de los Diputados a raíz de Vistalegre II. Además, justo en el arranque de la pugna por Madrid, el propio Iglesias dejó de contar en su equipo con la asesora Paz Vaello -colaboradora de la diputada Tania Sánchez- por su cercanía a los errejonistas, según argumentaron entonces fuentes internas. Vaello era personal eventual del grupo de Unidos Podemos en la Cámara baja.
La vertiente andaluza
En Andalucía, donde los anticapitalistas de Teresa Rodríguez fueron de la mano de los pablistas a las primarias de noviembre, la purga se cobró a la que era presidenta del grupo en el Parlamento andaluz y candidata errejonista, Carmen Lizárraga. Junto a ello, un despido (por burofax) que causó profundo malestar en las bases fue el de Antonio Castellano, exresponsable del área política de Podemos Huelva que formó parte de la lista crítica de la diputada Begona Gutiérrez. La indignación fue tal que la etiqueta #YoSoyCaste generó numerosas adhesiones en Twitter. El errejonismo concurrió aquí dividido entre esta candidatura y la de Lizárraga. No obstante, la depuración se dio en ambos casos.
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