El verano trae consigo el sol, las playas, las vacaciones... pero también un aumento preocupante de los accidentes de tráfico. Y es que según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en los últimos diez años, más de 3.300 personas han perdido la vida en las carreteras españolas durante los meses estivales.
Pero, ¿a qué se debe este incremento? La DGT lo tiene claro: el calor. Las altas temperaturas provocan fatiga, somnolencia y una disminución de los reflejos al volante, lo que nos hace más propensos a cometer errores que pueden tener consecuencias fatales.
Factores que incrementan el riesgo
Hay una serie de factores que se acrecientan con el calor y que hacen que aumente el riesgo de sufrir un accidente:
- Fatiga: Con el calor, nuestro cuerpo se deshidrata y se cansa más rápido. Esto, sumado a los viajes largos y las horas de conducción, puede provocar fatiga y somnolencia, reduciendo nuestra capacidad de concentración y reacción.
- Disminución de los reflejos: Las altas temperaturas también afectan a nuestro sistema nervioso, lo que puede provocar una disminución de los reflejos y la velocidad de reacción.
- Distracciones: El calor nos hace sentir más irritables e incómodos, lo que puede aumentar las distracciones al volante, como buscar el aire acondicionado o beber agua.
- Conducción temeraria: Algunos conductores, ansiosos por llegar a su destino vacacional, pueden incurrir en conductas temerarias al volante, como el exceso de velocidad o adelantamientos imprudentes.
Recomendaciones para una conducción segura
Para evitar accidentes en verano, la DGT recomienda seguir estas medidas:
- Bajar la temperatura del vehículo antes de salir: Es importante que el habitáculo del coche esté fresco antes de iniciar la marcha. Para ello, se recomienda abrir las ventanillas unos minutos y luego encender el aire acondicionado.
- Protegerse del sol: Utilizar gafas de sol y ropa ligera y transpirable nos ayudará a mantener una temperatura corporal adecuada y evitará deslumbramientos.
- Evitar conducir en horas centrales: Las horas con mayor intensidad solar son las más peligrosas para conducir. Si es posible, se recomienda evitar conducir entre las 12:00 y las 16:00 horas.
- No conducir después de comidas copiosas: La digestión requiere sangre, lo que puede provocar somnolencia y una disminución de los reflejos.
- Descansar bien y beber agua a menudo: La hidratación y el descanso son fundamentales para mantener una buena concentración al volante.
- Respetar los límites de velocidad: Conducir a una velocidad adecuada a las condiciones de la vía es esencial para evitar accidentes.
- No conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas: El alcohol y las drogas multiplican el riesgo de accidente.
La seguridad vial es responsabilidad de todos. Recordar estas recomendaciones y seguir las indicaciones de la DGT es fundamental para evitar accidentes de tráfico en verano. Disfrutar del verano sin poner en riesgo nuestra vida y la de los demás es posible si conducimos con responsabilidad y precaución.
