A Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, se le multiplican los frentes. A su cruzada contra Iryo y Ouigo en defensa de los intereses de Renfe se suma ahora una demanda histórica del sector del transporte en autobús de media y larga distancia, que reclama la liberalización del mercado, tal y como sucedió en 2020 con el del ferrocarril, y que ha tenido como consecuencia una caída en los precios del billete de hasta el 40%, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Para aumentar la presión contra la cartera de Puente, las empresas y asociaciones con más peso del sector y varios organismos de representación ciudadana (ANETRA, Asociación Corredor Sudoeste Ibérico, CANAE, CONPYMES, Direbús, Equipo Europa, Federación Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), FlixBus, Fundación Renault, OIKOS, Talento para el Futuro...) han unido fuerzas para realizar una recogida de firmas y llevarla al Congreso de los Diputados. El objetivo es que la liberalización del transporte por carretera sea un hecho cuanto antes, y justificarlo con lo que la opinión pública piensa al respecto. En el caso de que sus demandas caigan en saco roto, no han dudado en asegurar que se pondrán en marcha nuevas acciones, sin especificar de qué tipo.
Alsa y Avanza acaparan un 75% del mercado del transporte de personas en media y larga distancia en nuestro país
Representantes de estas compañías han reclamado en la rueda de prensa de la presentación de la iniciativa que no entienden "cómo el sector del ferrocarril ha sido liberalizado pero no suceda lo mismo con el de los autocares". Además, han explicado que se trata de un transporte muy utilizado por las economías más débiles. Sin embargo, se da la circunstancia de que los precios son tan altos en los autocares, y han caído con tanta fuerza en el caso del tren, "que hay rutas en las que es más barato el ferrocarril que el autobús, cuando hablamos de que el tren es mucho más rápido y cómodo". Y han añadido que "en el caso de los autocares, tenemos los precios un 88% más caros que en Italia o en Francia, por poner un ejemplo". Además, según la CNMC, son un 41% más costosos que en Portugal, un 36% respecto a Alemania y un 28% si se comparan con Reino Unido.
Durante la presentación de la iniciativa se ha hecho referencia en varias ocasiones a Alsa y Avanza por su posición históricamente dominante en el mercado del transporte de personas por carretera. Hay que subrayar que estas dos compañías acaparan un 75% del mercado de los autobuses de media y larga distancia en nuestro país. También se aludió en varias ocasiones a la postura que mantienen la CNMC y Bruselas respecto a la liberalización del sector del autocar en España: ambas se muestran rotundamente a favor.
La plataforma #ViajaMásEnAutobús ha hecho un llamamiento para que se unan nuevas organizaciones a la iniciativa y ha lanzado una petición de firmas para que la ciudadanía participe en este cambio del sistema de autobuses que se presentará en el Congreso en las próximas semanas
Más presión a Puente si no hay respuesta
La alianza ha sido bautizada como #ViajaMásEnAutobús. La portavoz de la misma, Elsa Arnaiz, ha explicado el objetivo del proyecto: “Redefinir el modelo actual, obsoleto desde 1987, y adaptarlo a las necesidades actuales de movilidad de la población. Somos una alianza comprometida a romper barreras territoriales, fomentando la igualdad en la movilidad de toda la sociedad", teniendo en cuenta, ha añadido "las necesidades reales de los ciudadanos y promoviendo un sistema de transporte más accesible, eficiente y sostenible, bajo un modelo laboralmente responsable que respete las condiciones de los trabajadores”.
Arnaiz ha apuntado también que “la transformación del sistema de autobuses en los países europeos demuestra una reducción de tarifas, un aumento de las frecuencias y conexiones, mejor calidad de los servicios y una disminución de emisiones de CO2”.
Para Arnaiz, esta propuesta es “crucial” para que España deje de ser una excepción en Europa y se puedan incorporar nuevas empresas y pymes a la competencia del servicio. “La falta de competencia afecta a la eficiencia, y bloquea la participación de las miles de pymes que existen en España en la industria”, ha concluido.
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