El cantautor y diputado de JxSí en el Parlament Lluís Llach vio cómo se abría este martes un nuevo frente por unas afirmaciones que hizo en diversas charlas organizadas recientemente por las entidades soberanistas, en las que advertía de que los funcionarios que no acaten la principal ley de desconexión de Cataluña "sufrirán" y serán "sancionados".
Minutos antes del inicio del pleno, Llach ha llegado al hemiciclo, donde inmediatamente ha recibido muestras de cariño por parte de el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, así como de otros consellers, como Raül Romeva, Josep Rull o Antoni Comín.
Forcadell ha bajado de la tribuna donde se sitúan los miembros de la Mesa del Parlament para abrazar a Llach, y hacia él también se ha dirigido Puigdemont cuando ha irrumpido en el salón de plenos, en una muestra de apoyo y cariño después del revuelo político de ayer.
La portavoz del Govern, Neus Munté, afirmó ayer que los funcionarios "están obligados a cumplir las leyes vigentes en cada momento" y, aunque evitó suscribir las "sanciones" de las que hablaba Llach, tampoco lo desautorizó.
A las diez de la mañana, Forcadell ha dado inicio a la sesión plenaria recordando y condenando la muerte "por violencia machista" de una mujer el pasado 21 de abril, "tercera víctima mortal" por esta causa en lo que va de año en Cataluña.
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