Jesús Merino y Pedro Gómez de la Serna tienen mucho en común. Ambos son abogados, ambos fueron diputados del PP y ambos, además, por la misma provincia, Segovia. Pero sus semejanzas no acaban ahí. Los dos tuvieron que dejar sus cargos públicos por sus problemas con la Justicia. El primero se sienta desde octubre en el banquillo del juicio por la primera etapa del 'caso Gürtel' acusado de cohecho y blanqueo con falsedad documental por su relación con la trama en su época de parlamentario. Le piden 3 años y 9 meses de cárcel por ello. El segundo está siendo investigado por el juez José de la Mata por su más que sospechosa actividad de 'lobbysta'. En ambos casos, por tanto, por haber entremezclado presuntamente sus actividades privadas con la condición de parlamentarios. Nada como un despacho en la Carrera de San Jerónimo para abrir puertas en los negocios.
El exdiputado Merino ha tildado de "cuestiones sin transcendenciaq" algunas de las gestiones supuestamente irregulares que hizo para la trama
En el caso de Merino, el interrogatorio al que le ha sometido este jueves la Fiscalía Anticorrupción ha dejado claro que tuvo mucho tiempo libre durante los diez años que ocupó su escaño con más pena que gloria a la vista de la escasa huella que ha dejado en la vida parlamentaria. De hecho, durante esa década dedicó buena parte de su actividad diaria a la abogacía... con permiso del propio Congreso, como ha recalcado durante la vista. Así, hemos sabido, que entre intervención parlamentaria e intervención parlamentaria, que debían ser bastante espaciadas, le envió el borrador de un concurso público de la Junta de Castilla y León que aún no era público a Pablo Crespo, considera el 'lugarteniente' de Francisco Correa; asesoraba a una empresa catalana de tratamiento de purines para instalarse en la provincia por la que había sido elegido; montaba una sociedad con su amigo y correligionario Luis Bárcenas para dar un pelotazo urbanístico con chalés de lujo en Baqueira e, incluso, sondeaba mercados africanos y chilenos en busca de negocios para sus "clientes"... que está claro que no eran los ciudadanos que le eligieron.
Actividades a las que él ha quitado importancia y cuyos indicios de irregularidades ha considerado "cuestiones sin trascendencia". Así, ha asegurado que el borrador lo consiguió "sin más" y que la trama se lo pidió a él porque era "más cómodo" que reclamárselo a la Junta. De sus tratos con la empresa residuos, que eran un "cliente" de su despacho con los que entró en contacto a instancias de Bárcenas y a la que simplemente asesoraba en sus negocios. De sus aventuras con el ladrillo de lujo en Baqueria, un simple negocio frustrado. Y de la operación en Mozambique para hacerse con un contrato de 6 millones de dólares, otra frustración empresarial, como su mediación en Chile para conseguir una empresa constructora para una mercantil con la que le había puesto en contacto, precisamente, Pablo Crespo. Eso sí, de tratos con Correa y sus empresas nada de nada. De hecho, se ha 'quejado' de que debía ser el único procesado que no salía en la lista de regalos, viajes y 'sobres' de 'Don Vito'. "Debo ser de inferior categoría", ha ironizado' antes de recalcar que no recibió los 63.000 euros en comisiones que le adjudican. Sobre si le dio tiempo a trabajar de diputado no le han preguntado.
A vueltas con los limones
Tras él, le ha tocado el turno de declarar a otro exdiputado del PP. En este caso, Ángel Sanchis Perales, el septuagenario empresario al que la Fiscalía Anticorrupción pide seis años de cárcel por ayudar supuestamente a Bárcenas a sacar 3 millones de dólares de sus cuentas suizas tras estallar el 'caso Gürtel', Sanchis, que fue tesorero de Alianza Popular en la época de Manuel Fraga, no ha ahorrado detalles sobre su exitoso negocio de limones en Argentina y su relación con el "hombre de los 48 millones de euros", al que ha asegurado conocer desde que éste tenía seis años por su gran amistad con el padre. El empresario se ha escudado en que él siempre pensó que aquel dinero que le prestaba su amigo de "bodas bautizos y comuniciones" era "bueno" porque cuando acudió en persona a los bancos suizos a tramitar las transferencias nadie le dijo que hubiera sospechas de su ilicitud. Y que si no preguntó a Bárcenas si lo tenía declarado al fisco fue porque "hubiera sido una falta de educación preguntar a un amigo si ha hecho la declaración de la Renta".
El también extesorero Ángel Sanchis asegura que no preguntó a Bárcenas por el origen de su dinero porque "hubiera sido una falta de educación"
Dicharachero, el que fuera hombre de confianza de Fraga en los inicios de AP ha asegurado incluso que las explicaciones que el extesorero le dio sobre la creación de una fundación fueron "convincentes" y que él "no iba a investigar" aunque en 2009 ya hubieran empezado a salir en prensa informaciones que relacionaban al entonces senador con la trama Gürtel. "No me fío de los periodistas", ha dicho. Sanchis también ha asegurado que desde hace bastante tiempo no tiene ninguna relación con el PP y que, de hecho, guarda de su paso por la política un recuerdo amargo ya que le costó "muchos disgustos". Tras dar una lección al tribunal sobre la comercialización de limones, producto del que presumió tener en Argentina la mayor explotación del mundo, el antiguo dirigente 'popular' ha afirmado que ni Correa ni Bárcenas han sido accionistas de este latifundio, aunque confirmó que el último fue contratado a través de la empresa Conosur Land para que comercializara sus productos en Europa.
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