"Les llamamos por su nombre y no por su 'chapa' o por su apelativo en la banda, con eso ya les personalizamos. Ven que son personas, que les han vendido mercancía averiada y ellos mismos en los centros se dan cuenta". Es una de las múltiples experiencias que cuenta a Vozpópuli Diego López Del Hierro, el director gerente de la Agencia de la Comunidad de Madrid para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor (Arrmi). En sus centros hay 1.497 menores infractores. Son el último salvavidas de estos jóvenes para que se integren en la sociedad. Lo consiguen un 90%.
A fecha del 28 de septiembre, el Arrmi de la Comunidad de Madrid atienda a un total de 1.497 jóvenes, de los cuales 1.221 (81,56%) están en régimen medio abierto y 276 (18,44%) se encuentran en internamiento. Éstos últimos casos, que llegan a ese punto por mandamiento judicial, son los casos más complicados a los que tienen que tratar por la gravedad de los delitos que llevan a sus espaldas.
La región tiene cuenta con 300 plazas disponibles para medidas judiciales de internamiento en los seis Centro de Ejecución de Medidas Judiciales. Son 280 plazas iniciales ampliables en 20 adicionales. De los cuales 162 están en régimen semiabierto (58,70%), 105 en cerrado (38,04%) y 9 en abierto (3,26%).
La distribución por sexo muestra una amplia mayoría de chicos que son 238 varones (86,23%) y 38 mujeres (13,77%). Del total de los infractores en régimen de internamiento 178 son españoles (64,49%) y 98 extranjeros (35,51%). Las nacionalidades son primordialmente Marruecos (39,80%) e Iberoamérica (33,76%), que incluye Colombia, Paraguay, República Dominicana, Venezuela, Honduras, Brasil, Perú y Bolivia. Estos dos grupos están seguidos de los rumanos (12,24%) y otras nacionalidades (14,29%), que incluyen Bulgaria, Nigeria, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Argelia, Portugal, Estados Unidos y Ucrania.
El 75 de los menores infractores son españoles
El perfil de los menores infractores es el de un hombre, con una edad muy cercana a la mayoría de edad (17,4) y de nacionalidad española. "El año pasado el 75% de todos los menores infractores eran españoles", explica el director gerente del Arrmi. Los principales delitos que cometen estos chicos son contra el patrimonio. Todo lo que incluye hurtos, robos con violencia, robos con fuerza, robos con intimidación y estafa. Representan el 49% de todos los delitos.
Esta tipología están seguidas de las lesiones que cometieron un 12% de ellos, el maltrato familiar con un 11% y en menor medida los delitos contra la salud pública y contra la autoridad. Existe un 4% de los infractores que cometen los delitos más graves como son los homicidios o los actos de carácter sexual. La gran mayoría de ellos se producen en grado de tentativa.
López del Hierro es el encargado de administrar los casi 40 millones que dedica al año el Gobierno regional en reinsertar a estos chicos. Los resultados avalan a este licenciado en Derecho, que fue el número 1 de la IX Promoción del Cuerpo de Técnicos Superiores de Administración General de la Comunidad de Madrid. Casi el 90% de los menores infractores no vuelven a cometer delitos en su etapa adulta.
Alcohol, drogas y redes sociales
Antes de tomar las riendas del Arrmi, en marzo de 2021, ya estuvo desde 2011 ocupando el puesto de subdirector General de Reeducación, Reinserción y Programas Institucionales. "Nuestro modelo de intervención se basa en la educación y la reinserción. Es genuino y está asentado. Trabajamos con programas específicos individualizados y con la implicación de las familias", explica sentado en su despacho en el distrito de Ciudad Lineal.
Recuerda que no solo trabaja con menores. "Si cometiste un delito antes de cumplir 18 años a pesar de ser mayor de edad te juzgan como un menor", explica y reconoce que "hay una cierta confusión en la sociedad" con este asunto. En "líneas generales" el ambiente en el interior de los seis centros de ejecución de medidas judiciales es bueno. Incluso en el siempre temido Teresa de Calcuta, en el municipio del Brea del Tajo, donde conviven los menores con infracciones más graves.
La clave de este éxito es que nada más llegar a estos recintos se acaba con el abuso del alcohol y las drogas y el "uso desproporcionado" de las redes sociales. El objetivo es "contrarrestar" todos estos factores de riesgo. Después se imponen unos hábitos diarios y el joven es más "permeable" para poder estudiar o trabajar con una programación.
Conviven juntos pandilleros de bandas rivales
López del Hierro es uno de esos expertos silenciosos en el problema de las bandas juveniles y reconoce que es un asunto multifactorial. "Tenemos que desvincular esos lazos violentos. Trabajamos con ellos y vuelven al mismo sitio pero no son las mismas personas. Ellos conviven con gente de otras bandas y no hay enfrentamientos les han estafado, les han dicho que tienen una familia pero no es así. Una familia te protege, no te expone, no te obliga a robar o incluso matar. Eso no es una familia es otra cosa", determina el director.
El director del Arrmi reconoce que en primavera se produjo un repunte de las medidas judiciales pero se ralentizó a lo largo del año. "Evidentemente pasan cosas pero no son muy distintas a las que ocurren en otras Comunidades Autónomas. Hubo cierto repunte pero habrá que esperar al final del año para analizar las cifras", reclama.
Y es que la amplia mayoría de estos jóvenes consumen sustancias tóxica, "no son plenamente conocedores" de los que hacen, y "banalizan la violencia y acaban bajando su umbra" por lo que ven en redes sociales. "Acaban perdiendo los filtros. Tenemos que desvincularles del entorno violento en el que se mueven", añade.
Casos de menores que fuman 12 porros al día
En el Arrmi se han encontrado con casos de jóvenes que con 13 ó 14 años consumen de 8 a 12 porros al día. Algo que evidentemente merma su rendimiento académico y dificulta la "atmósfera familiar". "A cualquier edad pero de forma temprana consumir alcohol y cannabis juntos es aniquilante", afirma.
Otra de las claves para el éxito con estos jóvenes es "reforzar los vínculos familiares". Con todos estos ingredientes los menores pasan a ser permeables. Muchos de ellos regresan a sus orígenes pero ya "son otra persona". "Ellos son los protagonistas de sus cambios", dice de forma orgullosa Del Hierro.
Durante el año 2021, 466 menores y jóvenes infractores participaron en acciones formativas de inserción sociolaboral, formalizándose 315 contratos de trabajo, cifra superior en un 47,20% a la registrada en 2020. Según los últimos datos disponibles publicados por el Instituto Nacional de Estadística relativos al ejercicio 2021 (los correspondientes a 2022 se publicarán en septiembre de 2023), la Comunidad de Madrid es la región con la tercera tasa más baja de menores condenados y de infracciones penales cometidas por cada 1.000 habitantes de 14 a 17 años. Dicha tasa es un 17,65% (menores condenados) y un 25,00% (infracciones penales cometidas) inferior a la media nacional.
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