Mientras las incidencias en Renfe Cercanías se acumulan en las distintas comunidades autónomas y crece el malestar entre los usuarios del servicio ferroviario, las líneas de alta velocidad tampoco queda exentas de complicaciones. El último de los incidentes se producía el pasado sábado 19 de octubre, cuando un tren de alta velocidad descarrilaba en el túnel entre Atocha y Chamartín. Afortunadamente, el vehículo no llevaba viajeros y nadie ha resultado herido, pero el accidente sí ha provocado miles de afectados: concretamente alrededor de 17.000 personas ha sufrido las consecuencias.
El hecho de que el accidente haya ocurrido entre dos de las estaciones más céntricas y concurridas de la capital ha agravado la situación. Atocha y Chamartín son dos de las arterias de la ciudad, capaces de conectar numerosas líneas, y donde miles de personas acuden cada día para llegar a sus hogares y trabajos. En esta situación, Óscar Gómez Barbero -director general de Negocios y Operaciones de Renfe- ha cifrado los afectados en 3.200 durante la jornada del accidente, números que llegaron a 13.700 el siguiente domingo día 20. Esto es debido a que la circulación de la mitad de los trenes previstos durante este última día fueron suprimidos, mientras que otros 26 han visto alterado su horario y recorrido normal, ya que no podía llegar hasta Chamartín y finalizaban su trayecto en Atocha.
Indemnizaciones y consecuencias
Mientras que Gómez Barbero afirmaba que la cancelación de la venta de billetes fue necesaria a la espera de la retirada del tren descarrilado, miles de personas y usuarios de la red ferroviaria han sufrido los retrasos y las cancelaciones. Además, este no fue el único incedente que complicaba la prestación del servicio de transporte: un hombre entraba en una zona de acceso no permitido y amenazaba con lanzarse desde una pasarela. La activación del protocolo de emergencia obligó a realizar un corte total de la tensión de la estación hasta que el individuo fue socorrido alrededor de las 21.20 horas de la noche. Mientras, a la entrada de Atocha quedaban detenidos cinco trenes de larga distancia, a la vez que se suspendía el servicio de Cercanías y Media Distancia en estaciones anteriores.
Pero, ¿qué pueden hacer todos aquellos usuarios que se hayan visto afectados por el incidente? El reglamento europeo y los códicos de conducta de las compañías establecen que no solo tienen derecho a reclamar el importe del billete de viaje, sino también los costes de alojamiento y dietas. Renfe, en concreto, señala en su página web que devolverá el 100% del billete cuando haya un retraso superior a 90 minutos, y el coste de la mitad del viaje si el retraso ha sido igual o superior a una hora. Pero esto no es aplicable a todos los servicios, aunque sí en este caso: los criterios son aplicables a AVE, Avlo, Alvia, Euromed, Intercity y trenes de Larga Distancia. Además, Renfe ha anunciado indemnizaciones: se entregarán el doble de puntos por el billete adquirido.
¿Qué dice la normativa europea?
La normativa europea hace referencia al alojamiento, y defiende los derechos del usuario en este tipo de situaciones. Según informan, la empresa está obligada a ofrecer transporte y alojamiento a los viajeros afectados durante un máximo de tres noches. Además, si el retraso supera la hora deberá ofrecer dietas y bebidas gratuitas en una medida adecuada al tiempo de espera y retraso del servicio.
El incidente ha obligado a Renfe, Ouigo e Iryo a cancelar servicios y a reubicar los que prestan desde Chamartín en Atocha. Los usarios del servicio pueden reclamar una indemnización y devolución del importe de sus billetes en la página web oficial de la empresa. Para ello tan solo tendrán que rellenar un breve formulario, o si lo prefieren, llamar al número de teléfono que el grupo reserva para este tipo de situaciones.
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