Andalucía ha sido tradicionalmente territorio del Partido Socialista. Tras 40 años en el Gobierno andaluz, el PSOE podría perder el próximo domingo, 19 de junio, las elecciones autonómicas. A pesar de que los resultados de las elecciones del 2018 posicionaron a la candidatura de Susana Díaz como la fuerza más votada, el Partido Socialista andaluz no consiguió recabar los suficientes apoyos para constituir un gobierno.
Durante nueve elecciones autonómicas consecutivas, el partido de la izquierda tradicional andaluza se había alzado como el ganador indiscutible. En el año 2012, fue la primera vez que el PP consiguió ganar las elecciones en Andalucía, pero no fue hasta el año 2018 cuando la derecha llegó a presidir el Palacio de San Telmo.
El fin de la hegemonía del PSOE
Pero qué ha llevado al electorado andaluz a cambiar su tendencia de voto, ¿significa que ahora los andaluces son más derechas que hace 10 años? La tendencia cambió en el año 2012, cuando el Partido Popular Andaluz consiguió ganar las elecciones con un 40,66% de los votos, traducido en 50 escaños. El PSOE, liderado por el expresidente andaluz José Antonio Griñán, bajo hasta los 47 escaños, con un 39,52% de los votos.
La candidatura de Griñán consiguió los suficientes apoyos parlamentarios, por parte de Izquierda Unida -que contaba con 12 escaños-, y constituyó un gobierno durante cuatro años más. La primera caída considerable del PSOE coincidió con la salida del Gobierno del expresidente andaluz Manuel Chaves. Tres años antes, en el año 2009, salió a la luz el caso de los ERE en Andalucía, que salpicó directamente al expresidente y algunos de sus consejeros.
El caso de corrupción empezó a extenderse a más cargos del PSOE y emborronó la imagen del por entonces presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán. Tan solo un año después de tomar su cargo en el Parlamento Andaluz, el sucesor de Chaves, empezó a ser investigado por el caso de corrupción de los ERE.
Efecto Susanna Díaz
En el 2015, llegó el efecto Susana Díaz, la andaluza supuso para PSOE-A una bocanada de aire fresco -cuando tomó las riendas del gobierno en 2013 en sustitución de Griñán- y se presentó como la líder del regeneracionismo de su partido capaz de limpiar las cloacas de la formación de izquierdas en Andalucía. En estos comicios, el partido de Díaz consiguió peores resultados, pero consiguió ser la fuerza más votada con el 35,41% de los votos.
Irrupción de Podemos y C's
Dos nuevas fuerzas políticas irrumpen en el esquema político español. Podemos llega a las elecciones de Andalucía apropiándose del espacio que le había correspondido hasta la fecha a Izquierda Unida y Ciudadanos empieza a hacerse un hueco en los votantes de centro. Los resultados otorgaron a Podemos un 14,80% de los votos y a Ciudadanos un 9,4%, por encima del 6,86% que consiguió IU. Díaz repitió como presidenta de la Junta de Andalucía hasta 2018 gracias al apoyo de Ciudadanos y sus 9 escaños.
El PP llega al Gobierno
Las últimas elecciones a la Junta de Andalucía se celebraron en plena polémica por el caso de los ERE. Manuel Chaves y José Antonio Griñán se sentaban en el banquillo en el 2018. El hartazgo por una economía cada vez en más en caída, cotas de paro elevadas y los casos de corrupción del PSOE andaluz pudieron ser la causa principal de los malos resultados de la formación de Susanna Díaz.
Los expertos apuntan a que los resultados de las elecciones autonómicas del 2018, fueron consecuencia de la desmovilización por parte de una izquierda andaluza descontenta y altos niveles de abstención. Ni siquiera el intento de unificación entre Podemos e Izquierda Unida, consiguió contener el ascenso de Vox y Ciudadanos, que lograron buenos resultados, 21 y 17 escaños, respectivamente.
Juanma Moreno se estrenó como presidente de la Junta de Andalucía en el mes de enero. El pasado mes de abril, el candidato del PP decidió convocar elecciones adelantadas tras romper su acuerdo con Vox. En las lecciones del próximo 19 de junio, el actual dirigente andaluz busca mejorar los últimos resultados y alcanzar la mayoría absoluta para no tener que pactar con Vox.