La evolución en los servicios retrasados de los trenes de larga distancia y AVE de Renfe con Pedro Sánchez en el Gobierno ha sido catastrófica. Si en 2019 este indicador porcentual era del 17,3%, en 2022 -último periodo publicado- alcanzó el 24,3%, según el informe de resultados de la compañía de ese año. Es decir, uno de cada cuatro trenes sufre demoras. Se da la circunstancia de que Renfe empeoró hace unos días las condiciones establecidas para el cobro de indemnizaciones por retraso en las frecuencias.
Hasta ahora, era una empresa reconocida entre todos los operadores ferroviarios por ofrecer un compromiso con la puntualidad muy superior al mínimo exigido por la legislación. La corporación devolvía el 50% del billete en el caso de retrasos superiores a los 15 minutos y el 100% si el tren llegaba más de 30 minutos tarde.
Sin embargo, a partir del próximo 1 de julio, según informó la compañía hace unos días, para recibir el 50% del precio del billete la demora tendrá que ser igual o superior a 60 minutos, mientras que para recibir el 100% se tendrá que retrasar más de 90 minutos.
Puente defiende el tijeretazo
El controvertido Óscar Puente defendía hace díaslos ajustes en el compromiso de puntualidad y las nuevas condiciones para recibir las indemnizaciones por retrasos. "Suponían mermas muy importantes de ingresos" en referencia a Renfe. Puente cifró en 42 millones lo que el operador dejó de ingresar, solo el año pasado.
Durante una visita para supervisar las obras de la nueva estación intermodal de Lugo explicó que esta decisión implica "cumplir con la normativa española" que, ha defendido, "es más generosa que la europea" y actualizar unas indemnizaciones que "se remontan al año 92, cuando había una única línea de alta velocidad, Madrid-Sevilla" que "estaba encapsulada" y no "interrelacionada con el resto de la red".
Muchos de los retrasos se deben a problemas con las infraestructuras ferroviarias. La llegada de nuevos operadores -como Ouigo e Iryo- ha sobrecargado más las vías y provocan un mayor desgaste de los materiales
"Era muy fácil, era muy sencillo", manifestó, justificando el cambio en que la red actual de alta velocidad "multiplica por 10" la del 92, está "interconectada" y "sometida a muchas obras de renovación", además de a los "competidores que prestan servicio y que tienen un compromiso de puntualidad mucho más laxo".
Retrasos por franjas temporales
En el caso de los retrasos de los trenes de larga distancia y AVE, las demoras de menos de 60 minutos han crecido del 14,1% de 2019 al 19,4% de 2022. Solo en el último año registrado el porcentaje ascendió del 14,6% al 19,4%.
Las demoras de 60 minutos a 119 minutos han crecido del 0,73% al 0,91% mientras las de dos horas o más se encuentran prácticamente igual (han pasado del 0,32% al 0,31%).
Renfe seguirá distinguiéndose de la competencia de Iryo y Ouigo a la hora de elegir la forma de cobrar la indeminización. Si lo hace en efectivo o tarjeta, no habrá ventajas adicionales, pero si se escoge un vale de compra para otro billete, el reembolso será del 150%, y si el usuario se decanta por los nuevos puntos Renfe (Renfecitos), el reembolso llegará al 200%.
Para esta última opción, habrá que disponer de la tarjeta Más Renfe, su plan de fidelización. En ese caso, la empresa defiende que seguirá ofreciendo "las mejores condiciones de compensación del mercado".
Muchos de los retrasos se deben a problemas con las infraestructuras ferroviarias. Elementos como las catenarias -encargadas de transmitir la electricidad al tren- se encuentran muy desgastados por el uso, una circunstancia a la que no ayuda la llegada de los nuevos operadores tras la liberalización del sector, dado que han sobrecargado más las vías con el mayor desgaste de los materiales que esto supone.
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