Terminar de trabajar a las seis de la tarde para permitir mejorar la conciliación laboral y familiar es uno de los objetivos anunciados por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, lo comunicó el pasado lunes durante su comparecencia en la comisión de empleo en el Congreso de los Diputados. Y aunque no fue más allá ni concretó nada, la polvareda que ha levantado el debate tiene pinta de ser de las que va a durar toda una legislatura. Por un lado, están los favorables a la medida, que de hecho es la gran mayoría. Porque, ¿quién no quiere disponer de más y mejor tiempo libre? Pero, por otro lado, están aquellos que aun queriendo mejorar la vida de los trabajadores, piden a la ministra un baño de realidad y un ejercicio de concreción y coherencia.
Razones para dudar de la eficacia de la medida hay muchas. Sin entrar en que la tecnología será un factor clave en el trabajo dentro de menos tiempo del que pensamos y que la robótica el teletrabajo acabarán imponiéndose en varios sectores, España es un país de costumbres y necesidades que hacen muy complicada la tarea de conciliar, y más si es por decreto (o por titular de prensa).
Además, es un tanto extraño que el partido que ha liberado los horarios comerciales y que permite, por ejemplo que en Madrid las tiendas y grandes superficies abran 24 horas y 365 días se convierta, de la noche a la mañana, en adalid de la conciliación. Ante esto cual surgen las preguntas: ¿conciliación de quién y para quién? ¿qué sectores pueden dejar de trabajar a las seis de la tarde?, ¿cómo afectaría esta medida al primer sector empleador de España relacionado con la hostelería y el turismo? Demasiadas incógnitas que, para que la propuesta prospere, se deben resolver cuanto antes.
"No es para todo el mundo"
Para empezar, gran parte de la industria, la hostelería, el comercio y el sector servicios en general además de la sanidad quedarían fuera de esta propuesta horaria. En este sentido, José Luis Calero, presidente de la Asociación para la Regulación de Horarios en España (ARHOE), considera que "esta medida no es para todo el mundo dada la multiplicidad del tejido empresarial y de horarios en España". Aunque apunta a que "los no beneficiarios son una parte importante, pero no una gran parte".
"La medida de terminar a las seis de la tarde no es para todo el mundo"
Calero, aplaude la medida y enumera a los grandes beneficiaros: "la Administración Pública, los bancos y las empresas privadas que se dediquen a consultoría, ingeniería o arquitectura además de las grandes empresas de este país".
La propuesta de la ministra también concuerda en su enunciado con la tesis de José María Fernández-Crehuet, doctor de la Universidad Politécnica de Madrid. En su libro, La conciliación de la vida profesional, familiar y personal. España en el contexto europeo, Fernández-Crehuet plasma su propuesta de horario en función del sector en el que se trabaje.
Recalca que aquéllos que trabajen en la empresa privada y en los colegios saldrían a las seis de la tarde con la condición de que la jornada comenzase a las nueve e hiciesen un parón de una a dos horas para comer. Tal y como explica el autor, "aquí la idea es que padres e hijos tengan los mismos horarios".
"El nuevo horario laboral favorecería a que los padres tengan los mismos horarios que sus hijos"
Los funcionarios y demás personal de la Administración Pública mantendrían su estatus horario, ya que como muestra el gráfico, entrarían en la oficina entre las siete y media y las ocho de la mañana para salir a las tres de la tarde.
Abiertos cuando otros cierren
No ocurre lo mismo en otros sectores. Desde la Confederación Española de Comercio (AECC), explican que "tiene difícil implantación el horario laboral de la ministra Báñez. Dada la idiosincrasia del sector, el pequeño y mediano comercio tienen que estar abierto cuando acabe de trabajar el resto, así que ellos nos se pueden regir por el horario homogéneo de terminar a las seis".
Fernández-Crehuet matiza que "si nosotros salimos antes, los horarios comerciales se reducirían. En economía esto se conoce como teoría de juegos por la que si todos lo hacemos a la vez, todos salimos ganando". El autor muestra en su ilustración que al salir a las seis de la tarde, el comercio podría cerrar a las ocho.
Calero va más allá y remarca que "el nuevo horario permitiría hacer la compra a las 7 de la tarde y no a las 10 de la noche, aunque no podrán evitar el todo vale" en referencia a los grandes supermercados que en algunas zonas de Madrid abren las 24 horas.
La patronal de las grandes superficies (Anged) también defiende, al igual que AECC, "la flexibilidad de horarios, ya que somos una actividad de servicios de hostelería, restauración, ocio y transportes que atiende a diferentes perfiles y preferencias de consumo y para ello la flexibilidad es básica".
Para algunos agentes del sector, la flexibilidad y libertad de horarios es fundamental tanto en la hostelería como en el comercio.
Otro sector que queda al margen de la propuesta ministerial es de la hostelería. Emilio Gallego, secretario general de la Federación Española de Hostelería (FEHR) estima que "el horario laboral de la ministra no tiene aplicación ninguna en un sector como el nuestro. Considera la propuesta es una llamada de atención para racionalizar horarios y, por lo tanto, es bienvenida, pero aboga por la absoluta libertad para la distribución de las horas empresa a empresa y sector a sector".
Además de la hostelería y del comercio, tampoco podrán entrar en la rueda horaria de las 18 horas las personas que se dedican al transporte y a la sanidad al ser sectores que han de estar las 24 horas operativos.
Mismas horas, diferentes horarios
José María Fernández-Crehuet aboga por "trabajar por objetivos y no por postureo a la vez que defiende el teletrabajo y la incorporación de las nuevas tecnologías". En esta misma línea se ha postulado José Luis Calero quien afirma que "queremos horas productivas y no calentar sillas".
Según los datos de Eurostat 2015, España con 41,4 horas está dentro de la media de la Unión Europea en cuanto al número de horas semanales que corresponden a un contrato a tiempo completo. Alemania y Bélgica también se ajustan a la media. No obstante, según Fernández-Crehuet estos países hacen una mejor distribución de las horas que España.
Otro ejemplo que deja en evidencia a España es el caso de Reino Unido. Aquí se trabajan 42,9 horas a la semana. Sin embargo, de acuerdo al análisis de Fernández-Crehuet, los británicos aprovechan mejor el tiempo que nosotros, al menos, en lo que concierne a la conciliación familiar.
De hecho, tal y como se puede observar en la imagen, España es de los países de su entorno que dedica menos tiempo a la conciliación familiar al igual que a descansar. Una situación que podría cambiar de implantarse la jornada laboral hasta las seis de la tarde.
Fátima Báñez se ha propuesto conseguirlo y lograr un pacto nacional. Solo el tiempo dirá si modificar los horarios y las costumbre características de los españoles es posible. Tiempo que habrá que invertir en plantear medidas concretas, dialogar con todos los agentes y sectores y medir las consecuencias para sectores tan importantes como el turismo y la hostelería.
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