El Gobierno de Pedro Sánchez está acabando poco a poco con la política de dispersión de presos de ETA. Los datos no engañan. En diciembre de 2020 había 46 reclusos etarras en prisiones de Andalucía y solo quince en centros penitenciarios del País Vasco. Ahora, justo un año después, no quedan reos de la banda en tierras andaluzas y 58 están en las tres cárceles vascas.
El mapa de los miembros de la organización terrorista encarcelados ha variado ostensiblemente en estos doce meses debido a la política de acercamientos que lleva a cabo el Ministerio del Interior. Según datos de Etxerat, el colectivo de familiares de presos de ETA, ahora mismo cumplen condena en España 175 reclusos de la banda. De ellos, 58 están en cárceles de Euskadi: 26 en Nanclares de Oca (Álava), 17 en Basauri (Vizcaya) y 15 en Martutene (Guipúzcoa). Como ya se ha dicho, hace un año había 15 etarras entre las tres prisiones.
Además, cada vez hay más reos terroristas en las comunidades limítrofes o cercanas al País Vasco. Así, 11 etarras están enrejados en Pamplona (Navarra), 20 pernoctan en la cárcel cántabra de El Dueso y otros 20 en la riojana de Logroño. Por el contrario, no quedan reclusos de ETA en cárceles de Andalucía ni de la Comunidad Valenciana ni de Murcia.
Contraste de cifras
El contraste entre los datos de diciembre de 2021 y los de diciembre de 2020 es evidente precisamente si se tienen en cuenta las cifras de las tres últimas comunidades mencionadas. Porque hace un año había 75 reclusos etarras en los centros penitenciarios de Andalucía (46), Comunidad Valenciana (21) y Murcia (8). Igualmente, el cambio es notorio si se observan los datos de las comunidades cercanas, ya que doce meses atrás solo había dos reclusos terroristas en Navarra, 5 en Cantabria y 13 en La Rioja.
Los datos expuestos por Etxerat coinciden en gran medida, aunque desde distinto ángulo, con los que habitualmente denuncia la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Según contabiliza este colectivo de víctimas, en los últimos años el Ejecutivo de PSOE y Podemos ha trasladado a 98 presos de ETA a cárceles vascas y navarras: "15 por tercer grado, 7 por enfermedad y 76 porque sí". De ellos, algunos están ya en regímenes de libertad o semilibertad.
¿Presupuestos por presos?
Los movimientos de Interior son públicos y, como demuestran las cifras citadas, pueden contabilizarse. El propio titular de dicho Ministerio, Fernando Grande-Marlaska, admitió el pasado noviembre que "ya no hay política de dispersión" de los presos etarras. La duda estriba en si todos los traslados y acercamientos a cárceles vascas forman parte o no de un acuerdo de "presos por Presupuestos" con Bildu, socio presupuestario del Ejecutivo.
Para Bildu el asunto de los presos de ETA es estratégico. Así lo admitió el propio coordinador general de la coalición, Arnaldo Otegi, durante un encuentro privado con militantes del pasado octubre. Interior niega que exista un pacto pero es innegable que el cambio en las cárceles coincide temporalmente con la alianza presupuestaria de ambos.
El fin de la dispersión y los consiguientes acercamientos de presos no gustan a las principales asociaciones de víctimas de ETA. Desde hace años la AVT denuncia ese trato de "presupuestos por presos", señala que el siguiente paso son "los terceros grados y las libertades condicionales" y reclama que solo se acerque a los reos etarras que colaboren con la justicia.
Hace unos días Covite remitió una carta a Instituciones Penitenciarias para exponer que "sería mucho más beneficioso para todos, no solo para las víctimas, sino para toda la sociedad que se trasladase a cárceles vascas solamente a aquellos presos de ETA que hayan dado un mínimo signo de querer iniciar este camino de la reinserción" y no a los que "siguen plenamente orgullosos de su pasado criminal y felizmente adheridos a la disciplina mafiosa de la izquierda abertzale".
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