Limamou Mbengue fue un futbolista más conocido en nuestro país por cómo Jesús Gil le arruinó la vida que por sus goles. Fue uno de los cuatro jugadores que el Atlético simuló fichar en 1998 por 2.700 millones de pesetas con el objetivo de blanquear dinero. Tras intentar triunfar en el fútbol sin éxito en nuestro país, regresó a su Senegal natal, donde ha pasado de ser un apestado a convertirse en una auténtica institución gracias a 'La Roja de Senegal', el equipo nacido en su escuela de fútbol muy vinculada con nuestro balompié.
'Lima', como le conocen sus allegados, fue tratado como un "fracasado", como él mismo reconoce, a su regreso a su ciudad natal, Dakar. "Me acusaron incluso de falsificar documentos", cuenta a Vozpópuli. Para liberarse de ese enfado y frustración, comenzó a ir a la playa a correr y jugar al fútbol. Allí jugaba con niños y cada día que pasaba, llegaban más. Ahí, se le ocurrió formar a estos chicos. "Les enseño todo lo que pude aprender en España", cuenta.
Ahora, la escuela tiene entre 110 y 120 niños de todas las categorías, aunque para lograrlo ha habido mucho trabajo de por medio. No ha sido fácil montar "la única escuela de Senegal donde los niños no pagan un céntimo", como el mismo la califica. La clave para llegar hasta donde está no es solo su propia ambición, también un contacto en España muy conocido: Vicente del Bosque, exseleccionador nacional y campeón del Mundial de 2010.
Ambos se conocieron cuando Lima era canterano del Atlético de Madrid y Del Bosque director técnico de la cantera del Real Madrid. El senegalés estuvo cerca de vestir de blanco, pero finalmente no sucedió. "Estuvimos varios años sin contacto hasta que me llamó para hablar de la escuela", cuenta el exseleccionador a Vozpópuli en una conversación telefónica.
"Trabajo con ellos a través de varios colaboradores, como Virginia Ródenas de la ONG Grupo Envera. La verdad es que lo necesitan mucho", relata el exseleccionador. Esta fundación ya ha hecho tres envíos con cientos de kilos de material deportivo. Todo por ayudar a la Escuela Vicente del Bosque, que ha permitido que muchos niños puedan salir de las calles, ya que la mayoría ni están escolarizados. "Hemos sacado a gente de las calles, de vender droga", cuenta Lima, mientras que otros jóvenes "que juegan muy bien al fútbol" ni siquiera tenían unas botas para jugar.
Tras ese primer encuentro, todo fue rodado. "Vicente nos envió de todo", nos cuenta. El nombre del equipo, 'La Roja de Senegal', nace porque el material que recibieron era de la selección española. "No había visto unos niños tan felices en toda mi vida", relata Lima sobre el momento en el que los pequeños recibieron sus primeras camisetas.
Desde entonces, el proyecto no ha hecho más que crecer, hasta el punto que 'La Roja de Senegal' es invitada a muchos torneos del país e incluso del extranjero. El problema, una vez más, es la falta de medios. "Necesitamos un autobús para poder desplazarnos", dice. Hasta hace tres años, un español llamado Agustín, que tenía una empresa de alquiler de vehículos, les cedía el transporte, pero abandonó el país y desde entonces no pueden viajar. "Los torneos nos dan comida y alojamiento, pero no cómo ir", se lamenta Lima.
Sería el primer paso para hacer crecer la escuela. "Estamos intentando que tengan un sitio de entrenamiento", nos cuenta Vicente del Bosque. Lima nos desvela que ya tienen un terreno que ha sido comprado por la asociación del exselecccionador. "En cuanto construyan la autopista, será posible llegar en apenas 40 minutos", afirma el senegalés. El objetivo es levantar un campo y unos vestuarios para que los niños se formen.
"Mi sueño es convertirme en el embajador del fútbol español en Senegal", afirma Lima, cuya ambición no tiene límites. Dice que para él sería un orgullo que sus niños pudiesen ir a España para probar en algún equipo. Vicente del Bosque nos cuenta que ya ha habido una experiencia así, con un joven senegalés que estuvo entrenando en la International Soccer Academy de Alcobendas. La idea es que más jóvenes puedan hacerlo.
Una vida de sinsabores en España
Lima afirma que ante todo, se siente español y que siempre estará agradecido a nuestro país. "Los españoles son los únicos que me han ayudado", dice. En su etapa aquí como futbolista en ciernes, Limamou vivió la cara más fea del ser humano. Nos cuenta que el Atlético no le pagó "un céntimo" y que no tenía "ni para unas botas". Durante esa etapa, vivió en un piso patera de Puente de Vallecas y ganaba dinero como mantero.
Su madre hizo un esfuerzo para que pudiese viajar a España con 15 años para poder jugar en las categorías inferiores del Atlético de Madrid. Salió de Dakar como una futura estrella, pero con el tiempo, se dio de frente con la realidad: fue protagonista del llamado 'caso negritos' por ser utilizado por la familia Gil para blanquear dinero del club colchonero.
"Estuve cinco años sin cobrar y ellos se llevaron tres millones de euros", relata Lima. Denuncia que tampoco le ayudaron cuando pidió a su madre para ser tratada. "Tenía cáncer de mama y murió dos años después", afirma. Tampoco pudo asistir al funeral de su madre: "Los billetes costaban 500 euros y yo no tenía dinero. Se lo pedí al Atleti pero tampoco me lo dieron".
Llegó a denunciar al Atlético, pero perdió el juicio. Fue entonces cuando volvió a Senegal. Nos cuenta que en su época como canterano atlético, coincidió con el chef Dabiz Muñoz, que también militó en las categorías inferiores del club. "Siempre me acordaré de su madre, que me traía a las convocatorias un refresco y un bocadillo", nos dice. También vivió la parte más amarga del racismo: "Estaba vendiendo collares en Moncloa y cuatro 'rapados' se me acercaron. Pensaba que querían comprar, pero no fue así. Me dieron la peor paliza de mi vida".
Pese a todo esto, es un enamorado de nuestro país y del fútbol "tiki-taka", que fue el que aprendió durante su estancia aquí. Sus malas experiencias las acusa a "personas malas", de las que hay "en todos lados". Ahora, Lima mira hacia el futuro, que tiene intención de educar y formar a cientos de niños.
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