La próxima temporada de Juego de Tronos y la segunda entrega de Stranger Things son obligadas para cualquier seriéfilo. A ellas se suman, quizá, la tercera andadura de Fear The Walking Dead, la quinta de Prison Break y el debut de Star Trek: Discovery. Sin olvidar algunos episodios clásicos de Los Simpsons o The Big Bang Theory.
Pero, ¿de dónde sacar el tiempo? ¿Cómo se puede estar al día con las series de moda además de trabajar, hacer la compra, comer y dormir? La respuesta, al menos para algunos devoradores de series en Estados Unidos, es 'speed watching': consumir series duplicando la velocidad de reproducción. Así, afirman, en el mismo tiempo se pueden ver el doble de capítulos.
Según los entendidos, el cerebro se va acostumbrando poco a poco a esta doble velocidad de preproducción. Viendo Así, si uno empieza viendo las Gilmore Girls o Westworld a una velocidad de 1,2, pronto puede pasar a 1,5 y de ahí, a duplicar la velocidad o incluso más. Algo a lo que ayudan reproductores como VLC. "La vida es corta. No la malgaste viendo videos a velocidad normal", escribía un usuario en una extensión para Google Chrome.
Y es que los productores de cadenas de televisión como HBO, CBS y Fox o de plataformas de streaming como Netflix, Amazon y Hulo no pasan horas viendo series, sino días y semanas. Aunque también los más seriéfagos tienen problemas para dar abasto con semejante oferta. Según un estudio de FX, sólo en 2016 se lanzaron en Estados Unidos 455 series, cuando en 2010 no eran ni la mitad. Y aún no se ha alcanzado el pico a partir del cual el mercado, saturado de producciones, vuelva a bajar.
El inventor, un estudiante de Derecho que no quería perder tiempo de estudio
Aunque el placer de ver una serie tranquilamente, tomándose las pausas previstas por su director y guionistas para degustar las elipsis o los planos más largos pueda perderse con el "speed watching", la vida es más eficiente, escribía hace ya meses The Washington Post. Así, en una hora da tiempo a ver cuatro capítulos de Unbreakable Kimmy Schmidt. Y es que actualmente "hay más oferta que nunca".
El inventor de este método a imagen del 'speed reading' para libros o el 'speed listening' para podcasts es, al parecer, el entonces estudiante de Derecho Alexander Theoharis. Hace un par de años pulsó por error una tecla que aceleraba la velocidad de reproducción de un video, contó ya en 2014 a the Seattle Times. Ahora, ve Breaking Bad a velocidad 1,6 y The Office, a 2,4 y subtitulada. Según contó, quería seguir las series pero sentía culpable por el tiempo que le robaba de estudiar.
El método podría resultar práctico para videos de aprendizaje o cursos online. Y según The Washington Post, series como Modern Family al doble de su velocidad de reproducción son incluso más divertidas, pues los chistes "son más rápidos y tienen más impacto". Además, ¿quién puede permitirse dos días y medio para ver cinco temporadas de The Wire? No sorprende, por tanto, que extensiones como el Video Speed Controller de Google Chrome sumen ya más de 235.000 descargas.
Si continúa la tendencia, podría suceder que el cerebro llegara a un punto en el que no soportara más el ritmo narrativo lento. Así, la capacidad de disfrutar de una serie a velocidad de reproducción normal quedaría arruinada, probablemente para siempre. Y, se pregunta la revista New York Magazine, si supone tanto esfuerzo seguir la serie preferida de uno, ¿para qué hacerlo?
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