Las grandes cadenas de restauración o comida rápida como Burger King o McDonald's tendrán que irse preparando para decir adiós a los tan míticos sobrecitos de kétchup y mayonesa a partir del 2030. Y es que, para esas fechas, la Unión Europea pretende que todos los supermercados, hoteles y restaurantes se deshagan de estos productos unidosis de salsas y champús. Además, deberán también permitir a sus clientes el poder rellenarse su propio café para llevar.
El principal objetivo es reducir su alto consumo que se hace a diario, siendo encima envases plásticos. Según Eurostat, se estima que entre los años 2009 y 2020 hubo un incremento de su consumo de casi un 20%, haciendo que estos envases generen varios millones de toneladas de basura, siendo gran parte de ella de plástico.
Mediante la prohibición de que se ofrezcan algunos de estos tipos de envases desechables más generalizados y recurriendo más a la reutilización y la recarga de envases propios, lo que se trata de buscar es una desescalada en su consumo, tratando de conseguir una rebaja del 5% para 2030, del 10% para 2035 y del 15% para 2040.
Estos son los principales productos cotidianos que la UE quiere que desaparezcan
Los envases de frutas y verduras frescas sin procesar, como por ejemplo son las clásicas bandejas de tomates o zanahorias que vemos en todos los supermercados son uno de esos productos. Los alimentos y/o bebidas que se sirven en las restaurantes y cafeterías que "no necesitan más elaboración y suelen consumirse en el propio envase” como una ensalada rápida o un plato de pasta, también tienen las horas contadas. Las porciones individuales o monodosis de kétchup, mayonesas y otras salsas, así como los azucarillos, tampoco deberían estar presentes en nuestras actividades cotidianas de los años venideros. A esto habrá que sumarle también los pequeños envases de plástico de productos de higiene personal como pueden ser geles y champús. Y, como no podía ser de otro modo, las bolsas pequeñas de plástico de los supermercados también son un producto objetivo a eliminar.
Además de sacar de la circulación envases, las nuevas normas europeas indican que “los distribuidores finales de bebidas y comida para llevar tendrán que ofrecer a los consumidores la opción de aportar su propio recipiente”, como hemos indicado ya. Eso implica que el cliente tendrá el derecho a que le rellenen un envase propio (adecuadamente limpio) para llevarse un refresco o una bebida caliente, pero también comida.
La negociación definitiva sobre estas medidas entre países miembros de la UE y otros estados internacionales será en Corea del Sur del 25 de noviembre al 2 de diciembre.
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