Terminaba Nunca, la última novela de Ken Follett, que consta de 839 páginas, ahí es nada, con una sensación agridulce, porque la obra me había entretenido mucho pero, al mismo tiempo, la contienda nuclear que cuenta me parecía peligrosamente real después de haber visto a Putin probando un misil intercontinental que puede transportar quince ojivas nucleares casi al mismo tiempo que Corea del Norte probaba otro misil de nueva creación. Y entonces llamó ella, que nunca falla.
- ¿Qué tal, Albertito? Imagino que anoche viste Supervivientes.
- Tuve que hacerlo, querida, sí.
- ¿Y qué te pareció? He leído que hemos tenido menos audiencia que otros años, casi nueve puntos menos, pero bueno, como tú dices, con estas mediciones nunca se sabe. Pero empezamos muy bien. ¿No te lo parece?
- Hablas en primera persona, como si fueras una de las que hacen el programa.
- Supervivientes lo hacemos también todos los que lo vemos religiosamente desde hace quince años pese a las críticas furibundas de gente como tú.
- Estás peor de lo que creía, pero sí tienes razón en que si no fuera por todos los que os lo tragáis, ya se habría acabado... En todo caso, corramos un tupido velo. Ya que lo preguntas, sí, tengo algo que decirte sobre esta nueva edición.
- Vamos al lío.
- Mira, lo de Anabel Pantoja antes de saltar al agua para participar en el reality debería emitirse más tarde, en horario propicio sólo para gente enloquecida. Qué momentos en el helicóptero. Primero santiguándose como una posesa. Luego diciendo que se quería tirar "ya". Después dedicándole el salto a sus padres "para que se sientan orgullosa de mí". Y finalmente con gesto desencajado, incluso amagando con no lanzarse al agua por temor a hacerse daño. No me lo podía creer.
- Jajaja. Fue uno de los mejores momentos de la noche. Yo a Anabel no la soporto, no voy a mentirte, pero estuvo tremenda. Yo me acordaba de cuando se tiró del helicóptero su tía, Isabel Pantoja. Cómo olvidarlo.
- Sí, imposible de olvidar. Y también de ver, claro.
- No empieces. Tengamos la fiesta en paz. Sin entrar en el contenido porque tan horrible te parece, no puedes negar que el programa es muy difícil de hacer bien y Telecinco lo borda, te pongas como te pongas. Y tampoco te quejarás del casting de este año, porque es buenísimo. Porque aparte de Anabel están Kiko Matamoros, el de Cruz y Raya, antiguos concursantes de La isla de las tentaciones... La cosa promete, querido.
Ya sabemos que no es caviar, pero es que otros preferimos las hamburguesas. Y a veces las hamburguesas apetecen a cualquiera. Para reír, para desconectar de este mundo de inflación por las nubes, de crímenes de guerra, de semejante panorama político, de espionaje a independentistas, de los manejos de Piqué y Rubi o de contratos mentirosos para mascarillas
- Ya que lo mencionas, tampoco estuvo mal lo de Matamoros discutiendo precisamente porque se quería tirar desde más arriba con el helicóptero. Es que todo es delirante, de verdad que no entiendo cómo te puede gustar ni cómo puede existir algo así. Ya te lo pregunté un día, pero quiero insistir. ¿Qué tiene de divertido o atrayente o medianamente interesante ver a esta gente haciendo el gamba de esa manera en las aguas del Caribe?
- Te repito lo mismo que te llevo diciendo años, pero vamos a hacerlo con metáfora. Ya sabemos que no es caviar, pero es que algunos preferimos las hamburguesas. Y a veces las hamburguesas apetecen a cualquiera, incluso a ti. Para reír, para desconectar de este mundo de inflación por las nubes, de crímenes de guerra, de semejante panorama político, de espionaje a independentistas, de los manejos de Piqué y Rubi o de contratos mentirosos para mascarillas.
- Viéndolo así, evadiéndome de mi deber de juzgar estos productos por su calidad, podría hasta decirte que sí, que el programa estuvo divertido... Pero ni por esas te lo digo. Lo increíble, para mí, es haber sobrevivido a Supervivientes. Y también que Supervivientes sobreviva, por supuesto.
- Sí, tú mucho juego de palabras, pero diría que te estás enganchando.
- Adiós.
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