El templete de acceso a la estación de Metro de Gran Vía, en Madrid, diseñado originalmente por Antonio Palacios, ya está custodiado por dos grandes leones de granito. Se trata una réplica idéntica de los que hubo en su día, cuando se realizó la marquesina en 1920.
Con 2.000 kilos de peso cada uno y una altura de 1.60 metros, para su instalación ha sido necesaria la ayuda de una grúa para instalarlos en cada extremo del tejado de la marquesina del templete, cuyas obras de reconstrucción forman parte del proyecto de ampliación y modernización de la estación situada en pleno centro de la capital.
Estos dos nuevos leones se suman a Daoíz y Velarde, los emblemáticos felinos de bronce que vigilan la entrada al Congreso de los Diputados; a Hipómenes y Atalanta, situados en el carro de la diosa Cibeles; a los que lucen en la sede del Ayuntamiento de Madrid, y a los cuatro de la Plaza de Oriente.
Reconstrucción
Para llevar a cabo la reconstrucción del templete, ubicado entre la calle Montera y Gran Vía, se ha llevado a cabo una labor de investigación histórica que ha permitido analizar las diferentes fases por las que pasó el original desde su construcción, estudiando desde la remodelación realizada en 1950 para incluir dos ascensores, hasta su desmantelamiento en 1970, cuando se trasladó a Porriño, localidad de origen del arquitecto y donde permanece parte de lo que queda de él.
Para la reconstrucción del proyecto original diseñado por Palacios se han recuperado las espectaculares proporciones de la marquesina. Construida con vidrio y acero, será completamente traslúcida permitiendo la entrada de luz a través del hueco del ascensor.
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