Esta semana, se ha hablado mucho sobre la moda de la transcapacidad, aquellas personas que sin tener ningún tipo de limitación física ni de ningún otro tipo quieren tener alguna discapacidad por puro placer y porque "se sienten así". Algunos incluso han recurrido a ácidos o a la automutilación para alcanzar eso que tanto buscan. Los transcapacitados existen desde hace años, pero un reportaje de un medio español de hace apenas una semana ha traído el debate a la palestra. ¿La libertad de ser quienes queramos ser debe llegar a estos niveles? ¿Qué dicen las asociaciones de personas con discapacidad? ¿Cómo se afronta este problema desde el punto de vista legal?
El trastorno real de los transcapacitados se llama trastorno de identidad de integridad corporal y consiste en que el susodicho sufre una falta de coincidencia entre su cuerpo físico y mental y por ello se percibe como discapacitada. Ha llevado a que algunas personas vayan en silla de ruedas sin necesitarlo, a que se corten el brazo o a convencer a sus psicólogos para que les echen ácido en los ojos, porque eso es lo que les hará felices.
Distintas asociaciones de discapacitados han mostrado su recelo ante esta tendencia, que supone una injusticia, sobre todo moral, para quienes verdaderamente tienen que luchar contra ello.
Anxo Queiruga, presidente de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, COCEMFE, apunta en conversaciones con Vozpópuli que "la condición de discapacidad está ampliamente regulada en nuestro país y no es una cuestión de sentimiento, porque quizás podríamos tener en nuestro país 47 millones de personas con discapacidad, sino una cuestión objetiva amparada por tratados internacionales como la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de Naciones Unidas".
¿Qué es la transcapacidad?
Para comprender los motivos de esta moda de declararse transcapacitado, este periódico ha contactado con Jesús González Amago, experto en el tema y autor de varios libros que lo tratan como 'Re-inventarse.La doble exclusión: vivir siendo homosexual y discapacitado' y 'Sin barreras, sin armarios'.
Él explica que esta enfermedad se da en casos en los que una persona ha tenido una buena experiencia en el pasado con un discapacitado o cuando él mismo ha estado limitado físicamente por algún motivo e inconscientemente somatiza que la discapacidad le hará feliz. "Por ejemplo, son casos de personas que cuando fueron niños tuvieron alguna lesión y vieron con durante esa época le querían y le atendían más. Su cerebro, entre inseguridades, le hace creer que estar limitado le hace más feliz. Y el deseo se termina convirtiendo en trastorno".
Sin embargo, para el experto lo más llamativo es que la gran mayoría de veces la transcapacidad tiene su origen en experiencias sexuales agradables con personas con discapacidad, mayoritariamente en el colectivo LGTBI. "Y como disfrutaron en el pasado, se autoconvencen de que si ellos también lo son (discapacitados), pueden disfrutar igual siempre", explica el especialista.
Añade además que dentro del colectivo LGTBI (dónde mayoritariamente se dan los casos de transcapacidad por casos de buenas experiencias sexuales), hay muchos casos en este apartado que se salen de la norma. "Las desviaciones sexuales en las que se engloban el colectivo de homosexuales discapacitados hombres son las siguientes: los devotos (cuyo término original es "devotee"), son personas no discapacitadas a quienes les atraen las personas con discapacidad; los "pretenders", son no discapacitados que actúan como si tuvieran una discapacidad usando dispositivos, y los "wannabes" son aquellos que llegan a discapacitarse para desarrollar su vida sexual.
El recelo de las asociaciones
Las asociaciones de personas con discapacidad, aunque tratan de mantener distancia para no herir sensibilidades, sí sienten cierto rechazo a este trastorno porque les afecta de manera directa. "Desde COCEMFE respetamos los sentimientos que pueda tener cualquier persona, pero insistimos en que una situación de discapacidad es objetivable recurriendo a los instrumentos que disponemos en nuestro país y que recientemente se han actualizado (abril de 2023), para valorar la discapacidad de las personas con mayor acierto", se posicionan desde una de las principales asociaciones.
Eso sí, "aunque pueda resultar difícil de comprender, entendemos que el uso de conductas autolesivas en estos casos sirve como herramienta de gestión emocional y se emplean como una forma de reducir la tensión o los sentimientos negativos que tenga una persona en cuestión. Las autolesiones no están consideradas como un trastorno, sino como un síntoma de otras patologías y/o situaciones. En muchas ocasiones, son personas que se autolesionan para enmascarar el dolor emocional u otras situaciones a través del dolor físico o el cambio radical que supone en la vida de una persona el hecho de tener discapacidad en una sociedad donde encontramos múltiples barreras".
La legalidad en España
Actualmente la autolesión o el hecho de que una persona sienta que tiene discapacidad o aspire a ello no está recogido en nuestra normativa como una vulneración de derechos. En cambio, desde 1995 el Código Penal recoge penas de prisión de seis meses a tres años para la distribución o difusión pública a través de Internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información o de la comunicación de contenidos específicamente destinados a promover, fomentar o incitar a la autolesión de personas menores de edad o personas con discapacidad necesitadas de especial protección.
Por otro lado, el hecho de acceder al certificado de discapacidad es consecuencia de un proceso establecido en nuestra normativa, por lo que si los servicios sociales y sanitarios determinan que una persona tiene un porcentaje de discapacidad igual o superior al 33% podrá acceder al sistema de apoyos establecido en España para compensar la desigualdad de oportunidades a la que se enfrentan las personas con discapacidad.
"Los recursos son limitados y, de hecho, muchas personas no reciben los apoyos que necesitan para llevar una vida independiente, por lo que consideramos muy cuestionable y una irresponsabilidad hacia los recursos públicos el hecho de que una persona realmente no necesite estos apoyos, pero los busque llegando a situaciones extremas como la autolesión para acceder a estos apoyos", denuncia Queiruga.
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