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Un intento de motín en una prisión de Córdoba desencadena denuncias por las condiciones laborales

La reyerta en Alcolea deja un funcionario herido y cinco presos en aislamiento

La tarde del martes en el Centro Penitenciario de Alcolea (Córdoba) estuvo marcada por momentos de gran tensión tras registrarse un intento de motín por parte de varios internos. Este suceso, que culminó con cinco presos en aislamiento y un funcionario herido, pone de manifiesto problemas de seguridad en los centros penitenciarios

El hecho ha salido a la luz a raíz de las denuncias del sindicato CSIF, que señala -además de los hechos que agravan la inseguridad-  a las precarias condiciones laborales que vienen denunciando desde hace meses los trabajadores de los centros, no solo en Córdoba. 

Los hechos comenzaron sobre las 18:00 horas en el patio del módulo 5, cuando dos internos agredieron a otro, provocándole lesiones que requirieron atención médica. Los funcionarios intervinieron rápidamente, separando a los agresores, quienes fueron trasladados al módulo de aislamiento. El interno agredido fue trasladado a Enfermería para pasar posteriormente también a reclusión en aislamiento por seguridad. 

Esta reyerta derivó en un episodio más grave aún. El intento de motín liderado por otros cuatro internos trataba, según los funcionarios del centro, de agitar al resto de la población reclusa con frases amenazantes como “Vamos a llevarnos a estos hijos de puta por delante” o “de aquí no sale nadie”. Los reclusos internos golpearon las puertas acristaladas, se intercambiaron ropa para dificultar su identificación y arremetieron verbal y físicamente contra los funcionarios presentes al grito de "vamos a reventar esto”. 

Una intervención más habitual de la cuenta 

Gracias a la rápida intervención de refuerzos, el motín fue controlado antes de que escalara a un nivel más crítico. No obstante, un funcionario resultó lesionado durante la operación, lo que requirió su traslado primero a la Enfermería del centro y posteriormente a un hospital de la ciudad.  

Los cinco internos implicados en el intento de motín han sido colocados en aislamiento provisional, una medida que los mantiene incomunicados en sus celdas mientras se evalúa su situación disciplinaria. Fuentes penitenciarias han asegurado que “en ningún momento se perdió el control del módulo”, aunque reconocen la gravedad del episodio. Las lesiones sufridas por el trabajador del Centro fueron contusiones leves.  

Por su parte, desde CSIF aclaran que estos sucesos “tristemente” son más frecuentes de lo que se suele saber. El sindicato ha condenado enérgicamente los hechos y ha reiterado las demandas que vienen planteando en centros penitenciarios de toda España.  

El sindicato reivindica el reconocimiento del personal penitenciario como agentes de la autoridad, lo que les proporcionaría mayor protección legal en situaciones de agresión. Que los funcionarios de prisiones reciban una formación para estos incidentes es otra exigencia, además, destacan de una dotación de medios materiales adecuados para garantizar su seguridad. 

En un comunicado, CSIF también criticó la “política buenista” de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que, según el sindicato, fomenta una clasificación interna desacertada de los reclusos y agrava situaciones de riesgo. 

Una situación laboral insostenible 

Los trabajadores penitenciarios llevan tiempo denunciando las condiciones precarias en las que desempeñan su labor. La falta de personal, combinada con un aumento de la conflictividad entre reclusos, genera un entorno laboral que consideran inseguro e insostenible.  

CSIF enfatiza que estos incidentes son un claro ejemplo de la necesidad urgente de atender sus reivindicaciones. El sindicato ha solicitado a la dirección del Centro Penitenciario el traslado definitivo de los internos del motín, una medida habitual pero que depende de instancias superiores.  

El sindicato lleva meses cargando las tintas contra el Ministerio de Hacienda y Función Pública. De hecho, en septiembre, iniciaron un distanciamiento de la mesa de negociación por el incumplimiento de los acuerdos laborales, “el desprecio es casi a diario, las agresiones aumentan todos los días en número y gravedad, nos eliminan o reducen el transporte, se paraliza la campaña de vigilancia de la salud, el uniforme no ha llegado y donde lo ha hecho presenta deficiencias, y así un largo etcétera", denuncia un comunicado interno del sindicato. 

“Todo lo que pasa por las manos de la administración penitenciaria se estropea”, concluye el sindicato. El motín, a pesar de haberse resuelto con éxito, evidencia carencias estructurales y laborales que tiene el sistema.

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