Días cruciales para desatascar la nueva cúpula de Unicaja. El banco ya ha pactado una salida amistosa de Manuel Menéndez, consejero delegado procedente de Liberbank, antes incluso del informe de reevaluación que preparaba la firma Spencer Stuart para cumplir con las obligaciones del Banco Central Europeo (BCE), según distintas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
El cese ya se ha comunicado internamente y se prevé hacerlo público hoy mismo, tras la celebración de un consejo extraordinario esta misma tarde.
El pacto de fusión entre Unicaja y Liberbank exige que antes del 31 de julio, cuando se cumplen dos años de la integración legal, el presidente, Manuel Azuaga, debe dejar todas sus funciones ejecutivas, y Menéndez tenía que ser reevaluado por el consejo como nuevo CEO con plenos poderes. Pero la entidad ha acelerado la sustitución de Menéndez por la pérdida de confianza de la Fundación Unicaja, que controla el 30,2% del banco.
El bloque andaluz, liderado por el máximo accionista y los dueños de Mayoral (con un 8,5%), ya se planteó exigir la dimisión directamente en un consejo, pero los recelos del BCE y del Banco de España aplacaron estas intenciones.
Ahora, se ha optado por la vía pacífica. "Menéndez está amortizado", se repetía en el seno de Unicaja desde hace meses. Y cada vez eran más las voces que reproducían esta expresión, según fuentes próximas al supervisor.
Conversaciones al más alto nivel
En los últimos días se intensificaron los acercamientos al más alto nivel para sondear al actual consejero delegado bajo qué condiciones económicas estaría dispuesto a aceptar una salida "honrada", como trasladan fuentes conocedoras.
Hay que tener en cuenta que el equilibrio de fuerzas en el consejo se volcó a favor del bloque andaluz después de que la junta de finales de marzo tumbara la elección de dos independientes próximos a Liberbank y tras la renuncia de Jorge Delclaux. De los once consejeros actuales, el bando malagueño tendría al menos siete de su lado, incluido Azuaga.
Evitar un rapapolvo
Con una salida amistosa, el actual consejero delegado evitará un rapapolvo a su gestión con el previsible rechazo de la mayoría del máximo órgano de gobernanza en el informe de reevalución. En caso de cese, Menéndez tendría derecho a una indemnización de medio millón de euros por un pacto de no competencia de un año y de otros 500.000 euros en caso de salir de la entidad por "circunstancias no imputables" a su persona, como recoge el contrato del segundo ejecutivo del banco. Está última cantidad estaría en juego en caso de que presentara su dimisión, un extremo que parece que se ha descartado por la presión de los supervisores.
En el seno de la entidad se percibe que la lucha de poder en la cúpula se estaba "amainando" en los últimos días, como indican fuentes conocedoras. De hecho, en las últimas reuniones del consejo, en el que se han convocado varias extraordinarias para tratar de acelerar la designación de los nuevos independientes, no se han planteado confrontaciones directas entre el bando asturiano y el malagueño, e incluso se había percibido un cambio de actitud en Menéndez, según las fuentes.
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