Los miembros de la Comisión Internacional de Verificación (CIV) entregarán la documentación con la localización de los zulos de ETA a Francia en próximas horas, en todo caso antes de que se inicien los actos convocados, a partir de las 10.30 horas, en Bayona por el denominado 'grupo de Luhuso' y Bake Bidea.
La entrega será privada, sin luz y taquígrafos, y está previsto que, una vez culminado el desarme, se haga público un listado con el armamento que ETA ha entregado, según han informado a Europa Press fuentes conocedoras del proceso.
Los verificadores internacionales han estado gestionando directamente con el Ejecutivo galo la entrega de los documentos, que ETA ha trasladado al 'grupo de Luhuso'. En un comunicado, hecho público este viernes de madrugada, ETA ha afirmado que ya es una organización desarmada porque ha dejado su arsenal en manos de "la sociedad civil".
El proceso se está llevando con absoluta discreción, por lo que no se conocen los tiempos exactos en los que la banda ha puesto a disposición del 'grupo de Luhuso' la geolocalización de los arsenales y éstos los pondrán en manos de los verificadores para su entrega a las autoridades francesas.
ETA habría "movido" las armas de los zulos que no estaban controlados por la Fuerzas de Seguridad para trasladarlas a sitios seguros con el fin de poner en manos de los verificadores el documento con la geolocalización. La banda también habría trasladado el armamento que tenía en casas de particulares para no comprometer a sus propietarios.
En todo caso, el número de armas a entregar, gran parte de las cuales estarán en desuso, no será importante, dadas las incautaciones realizadas en los últimos años por las autoridades francesas y españolas, y el hecho de que la banda haya perdido el control de arsenales antiguos, de los que desconoce su ubicación.
Tampoco se espera que las armas faciliten el esclarecimiento de los 350 crímenes que quedan por resolver, ya que se baraja la posibilidad de que éstas hayan sido manipuladas para evitar que se abran nuevas causas contra miembros o presos de la banda, o simplemente ETA se haya deshecho de ellas.
Sellado
ETA comenzó el proceso de sellado del armamento a principios de 2014. A finales del pasado año, antes de la operación de Luhuso, a través de cartas remitidas a Michel Tubiana, Michel Berhockoirigoin y Jean Nöel Etxcheverry, la banda aceptó delegar en "la sociedad civil la responsabilidad política del desarme".
Para entonces, según admitió, había concluido el inventariado y sellado de las armas, y anunció que solicitaría a la Comisión Internacional de Verificación (CIV) que procediera a la fase del desarme.
El 16 de diciembre de 2016 el 'grupo de Luhuso' fue detenido cuando se encontraba manipulando lo que aseguró que era el primer lote de armas que ETA ponía en manos de "la sociedad civil" para su destrucción, y que suponía el 15% del material que estaba todavía en posesión de las armas.
A finales del pasado mes de enero, el Foro Social Permanente, impulsado por Bake Bidea, que organiza el acto del sábado en Bayona junto con los autodenominados 'artesanos de la paz', aseguró que se iba a entrar "en la fase final" del desarme "en un plazo razonable".
Aunque se preveía una entrega de armas en no muy largo espacio de tiempo, ésta se ha precipitado, por un lado, por las elecciones francesas, de las que podría salir un Gobierno que impidiera el desarme, y por otro, por el peligro de nuevas operaciones de las Fuerzas de Seguridad que acabaran en más detenciones y la incautación de más armas.
Los últimos operativos desarrollados contra ETA y el descubrimiento de zulos y armamento han perjudicado a la banda y a sus intenciones de escenificación de un desarme.
Ante la imposibilidad de realizar una entrega del armamento y explosivo de acuerdo con los Gobiernos español y francés, que le exigían que simplemente facilitara la localización de los arsenales sin ningún tipo de acto propagandístico, ETA decidió dejarlo en manos de "miembros de la sociedad civil", y accedió finalmente, a que el Ejecutivo vasco se involucrara, algo que, en un principio, rechazaba.
Su intención era poder desembarazarse de una vez de las armas, algo que, además, reclamaba hace tiempo la izquierda abertzale, que pretende realizar sus planteamientos políticos "sin mochilas" en sus espaldas como la existencia de armamento procedente de ETA, aunque la disolución de la banda sigue siendo una asignatura pendiente.