El temporal de viento que azota Madrid ha tenido este sábado un curioso damnificado, la céntrica administración de lotería de Doña Manolita, una de las que más décimos vende en toda España, que ha tenido que cerrar el día antes del sorteo de Navidad.
Donde normalmente hacen cola los compradores de lotería este sábado hay tres dotaciones de bomberos del Ayuntamiento de Madrid que han acudido a la zona para evitar que la cornisa que adorna el tejado del edificio cayese sobre los transeúntes y han acordonado esta zona.
Quienes han esperado al último momento para tentar a la suerte siguen haciendo cola en la mañana de este sábado a la espera de que reabra la administración situada en el número 22 de la calle del Carmen y observan la intervención de los bomberos en uno de los puntos más abarrotados de la capital en estas fechas.
Desde Doña Manolita, donde esta temporada han instalado un sistema para evitar colas que los aficionados a la tradición prefieren ignorar, explican a Efe que la administración volverá a abrirse en cuanto lo autoricen los bomberos y no se cerrará hasta las 20.30, como cada día.
Tras la caída de algunos cascotes, que no han provocado heridos, los bomberos han acudido a esta calle comercial para sanear la cornisa y retirar los elementos inestables, evitando así males mayores en esta arteria de compras de la capital. Esta intervención, que ha empezado a las 11.30 de este sábado, se alargará previsiblemente durante dos horas más, según explican a Efe desde Emergencias Madrid.
Tras el temporal de lluvia de los últimos días, este sábado la Agencia Estatal de Meteorología ha decretado en Madrid el aviso amarillo por rachas de viento que pueden alcanzar los 70 kilómetros por hora en la mayor parte de la región, mientras que en la sierra hay alerta naranja ante la previsión de que el viento alcance los 100 kilómetros por hora.
El viento y la lluvia mantiene cerrados desde el pasado jueves el parque del Retiro y otros siete parques de la capital. El desprendimiento de una cornisa en la sede de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, en la calla Alcalá, provocó el fallecimiento de una mujer coreana de 32 años que sufrió un traumatismo craneoencefálico por el golpe de los cascotes.
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