Unos 2.000 activistas se han manfiestado este sábado contra la cumbre de los líderes de las siete economías más importantes del mundo, el conocido como G-7, reunidos en Taormina, Sicilia. La marcha ha transcurrido entre fuertes medidas de seguridad y de forma pacífica, pero tras el fin del recorrido, un grupo de manifestantes ha intentado romper un bloqueo policial, lo que ha derivado en disturbios.
Los agentes han empleado gas lacrimógeno para dispersar a aproximadamente un centenar de manifestantes que se han separado de la marcha principal para enfrentarse con los antidisturbios. Cuando los manifestantes han intentado sobrepasar el control policial por uno de sus laterales, por la playa, los policías han cargado y empleado gas lacrimógeno. Los manifestantes han empleado agua para lavarse los ojos y una ambulancia se ha llevado a al menos un herido.
La protesta se ha desarrollado de forma pacífica en la localidad de Giardini Naxos, situada en la costa, muy cerca de Taormina, donde se reunieron los dirigentes del G-7. Los manifestantes acusan a los dirigentes mundiales de ignorar los intereses de la gente corriente.
La mitad de los esperados
Los convocantes de la marcha esperaban congregar a unas 3.500 personas, pero han participado aproximadamente la mitad de esta cifra. Uno de los manifestantes, Salvatore Giordano, profesor de instituto siciliano, ha atribuido la baja participación a las medidas de seguridad y ha relatado que la Policía le ha parado en varias ocasiones y que ha estado media hora retenido en una autopista antes de poder llegar al lugar. Además, los policías han parado autobuses y los han registrado a fondo.
"Están criminalizando la disidencia. Somos pacifistas. No rompemos ventanas, sino que protestamos para que Sicilia no se convierta en un portaaviones gigante para las potencias militares del mundo", ha argumentado.
En concreto, ha expresado su rechazo al Sistema Móvil de Objetivos (MUOS, por sus siglas en inglés), una red ultrarápida de comunicación por satélite de Estados Unidos y cuya instalación en Sicilia podría suponer un riesgo para la salud de sus habitantes.
El coordinador del Partido Comunista Italiano (PCI) en Sicilia, Alessandro D'Alessandro, también presente en la marcha, ha denunciado una campaña del miedo de los medios de comunicación contra las protestas, lo que habría causado la baja participación. "Ha sido difícil llegar, pero hemos venido para decirle a las personas más poderosas del mundo que estamos en contra del militarismo y el capitalismo. Estamos aquí para defender a los más débiles", ha argumentado.
En la última cumbre del G-7 celebrada en Italia, en Génova en 2001, se produjeron violentos disturbios y el miedo a que se volvieran a registrar incidentes ha hecho que el Ayuntamiento de la Giardini Naxos ordenara el cierre de todos los comercios durante la jornada. En Génova se produjeron dos días de intensos disturbios y la Policía mató a un manifestante antiglobalización.
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