“Volveré”. Este 26 de octubre se cumplen 40 años de una de las frases más míticas de la historia del cine. James Cameron marcó un antes y un después en la ciencia ficción con las películas de ‘Terminator’, popularizando narrativas donde las máquinas dominan el mundo y utilizando un tono sombrío y realista.
A pesar de que antes de 'Terminator' ya hubo varias producciones impactaron en la ciencia ficción -como 'ET' o 'Blade Runner'-, el rostro metalizado de T-800 es considerado como un icono del terror tecnológico y su gran éxito ha servido para producir seis películas, una serie, dos webseries y cientos de cómics, novelas, figuras de acción, videojuegos y merchandising. Este éxito viene dado, en parte, a los avanzados y realistas efectos especiales -para la época- utilizados en las cintas, especialmente en la secuela.
"Con 'Terminator 2' entramos, por decirlo de algún modo, en un nuevo tipo de realismo", dice el Dr. Arnau Vilaró, Director de HUMA – Centro de Estudios de la Facultad de Artes, Humanidades y Comunicación en la era digital de VIU a Vozpópuli. El experto explica que se trata de un "realismo ambiguo" que "niega el artificio" y "señala la sofisticación, la producción, el coste…".
En ‘Terminator’ (1984), Cameron únicamente recurrió a efectos prácticos como el stop-motion para revelar el endoesqueleto (técnica desarrollada por primera vez por el cineasta español Segundo de Chomón a principios del siglo XX). Seis años después, en ‘Terminator 2: el juicio final’ (1991) pudo perfeccionar diferentes herramientas de CGI -Computer Generated Imaginery-.
El director canadiense usó morphing, esta tecnología permitió “transformar el personaje real en lo que todos conocemos en el metal”, comenta Carlos Serrano a Vozpópuli, coordinador general de contenidos de VFX en la ECAM. El éxito que tuvo Cameron con esta técnica se trasladó a los videoclips, ejemplo de ello es 'Black and White' de Michael Jackson. Cabe destacar también que ‘Terminator 2’ fue la primera película en construir un personaje con CGI que aparece durante todo el filme.
James Cameron se ha caracterizado por ser un director siempre a la vanguardia de las CGI desde sus inicios. Así ha quedado demostrado en su cinematografía con títulos como Avatar (2009) y su secuela de 2022 o Aliens (1986), entre otros. Su fascinación por la tecnología lo ha llevado a ser contratado este pasado mes de septiembre por StabilityAI, donde investigará sobre los usos de la Inteligencia Artificial (IA) en los efectos especiales.
El uso de tecnologías como la IA está popularizándose cada vez más, y el ámbito del cine no es menos. Sin embargo, hay varios directores, como Guillermo del Toro, Michael Bay o Hayao Miyazaki, que se oponen a ellas. “Hay una corriente que lo que quiere es desprestigiar un poquito el trabajo que hacen todas las máquinas”, dice Carlos Serrano, pero “en ningún caso va a desmerecer al director”. “Es una herramienta más, igual que la cámara”, añade, además, sirve para “abaratar costes en la producción”.
"Lamentablemente, en gran parte promovido por los contenidos de plataformas, estamos en un momento de una homogeneización audiovisual muy grande y en muchos sentidos (en los relatos, en los ritmos, en el color, la música…) y si se utiliza la IA de forma instrumental, será para seguir contribuyendo a esta homogeneización", declara el Dr. Vilaró. El director de HUMA insta a que los cineastas exploren las posibilidades de la IA "de forma audaz e inventiva".
Aunque los avances tecnológicos han ayudado al cine a representar mejor las ideas de los directores, las narrativas en donde las máquinas amenazan la existencia de la humanidad han contribuido a crear una imagen negativa de la tecnología en la sociedad. No obstante, hay autores que han explorado la Inteligencia Artificial desde un ángulo más realista y menos apocalíptico, por ejemplo, Spike Jonze con ‘Her’ (2013) o Alex Garland con ‘Ex machina’ (2014).
El uso de CGI en el cine
El uso de imágenes generadas por ordenador en el cine se remonta a mediados del siglo XX con los títulos de crédito de ‘Vértigo’ (1958, Alfred Hitchcock). Poco a poco las técnicas se fueron perfeccionando en busca de la representación más realista posible.
‘Westworld’ (1973, Michael Crichton) fue la primera película en simular la visión de un androide mediante la pixelización de una imagen durante dos minutos. En su secuela, ‘Futureworld’ (1976, Richard T. Heffron), se desarrolló el primer modelo informático realista de un rostro humano en 3D.
Anterior a James Cameron, George Lucas consiguió posicionarse como uno de los directores pioneros en el uso de efectos especiales. La saga de ‘La guerra de las galaxias’ es un gran hito de la historia del cine. En su primera entrega -‘Episodio IV – Una nueva esperanza’ (1977), se utilizó CGI para mostrar el sistema de puntería a bordo de los cazas X-Wing en la batalla de Yavin.
Las complejas batallas espaciales fueron técnicamente posibles gracias al control electrónico de movimiento, desarrollado por el supervisor de efectos visuales de ILM, John Dykstra. En el ‘Episodio VI: El retorno del Jedi’ se realizó una de las tomas compuestas ópticamente más difíciles hasta la fecha: más de 300 elementos cinematográficos separados para una imagen de batalla espacial.
En la década de 1980, los avances tecnológicos progresaron a mayor velocidad. En 1982 se pudo ver la primera secuencia generada íntegramente con CGI en ‘Star Trek II: La ira de Khan’. Ese mismo año, ‘Tron’ realizaba todos sus efectos visuales mediante ordenador y los grandes estudios comenzaron a abrir sus propios departamentos de efectos especiales.
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