En su más reciente novela, Aires de Dylan, la segunda que publica con Seix Barral tras romper con Jorge Herralde, Enrique Vila-Matas narra la "autobiografía falsa de un escritor llamado Juan Lancastre".
Fiel a su estilo del intratexto y la “autobiografía falsa” propone esta vez una estructura distinta en la que la novela llega a tocar otros géneros, entre ellos el teatro. Vertebrada por tres capítulos que son como monólogos teatrales, el último título del novelista, muestra cómo, en la vida, todos "representamos un papel".
"Unos al darse cuenta, continúan actuando en la obra, mientras que otros quieren salir de ella. Estos últimos se equivocan porque no hay nada fuera del escenario. El espectáculo es lo único que hay en la cartelera", enfatiza.
"Todas las autobiografías -asevera- son falsas, porque son una impostura. No pueden ser otra cosa que una impostura. En este caso, el escritor Juan Lancastre tiene muchos puntos en común con un escritor arrepentido, una figura poco conocida en la novela".
Por otra parte, con el título Aires de Dylan, que alude al parecido que tiene el hijo de Juan Lancastre, Vilnius, con el cantante estadounidense, dice que ha tratado de atrapar "el aire de nuestro tiempo. Las máscaras de nuestro tiempo. El aire de nuestra época. Apático y gris".
El fracaso, el éxito, la cultura de la indolencia, la del esfuerzo, la necesidad de buscar el paraíso perdido son otras cuestiones que sobrevuelan la novela, igual que un escritor como Francis Scott Fitzgerald.
"En toda novela -prosigue- hay siempre un fracaso con respecto a lo que hubiera podido hacerse y a lo que se consigue. No hay ninguna que haya alcanzado lo que se había propuesto". Asume Vila Matas que en el texto tiene su peso la figura de Hamlet, porque, a su juicio, "todos somos Hamlet, todos somos Dylan y entre ellos hay muchos más parecidos de lo que pueda parecer, como su ambigüedad en la forma de ser".
Respecto a nuevos proyectos, el novelista señala que tiene alguna idea nueva en la cabeza y no descarta "volver al núcleo duro" de su narrativa, con una obra menos ligera que Aire de Dylan, que cuenta con un personaje muy parecido a Montse, la librera en silla de ruedas que regenta la "Bernat" y que acaba de preguntar si estamos cómodos en su local de la calle Buenos Aires.
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