La película documental elBulli: Cooking in Progress, del alemán Gereon Wetzel, llega este viernes a los cines españoles para desvelar a los espectadores el ingente proceso creativo y de investigación que existía tras el establecimiento de Ferran Adrià, cinco veces elegido el mejor restaurante del mundo.
"No es una película de cocina, sino de creatividad. Es fantástica para que la vean emprendedores, para transmitir que esto no es tan difícil, no hay tantas historias, es tener pasión por lo que haces, ser valiente, arriesgar", ha afirmado a Efe el cocinero Ferran Adrià, quien cree que la cinta ha logrado captar la esencia del restaurante de Cala Montjoi.
A lo largo de casi dos horas, los espectadores recorrerán todo el proceso creativo necesario para poner en marcha una nueva temporada en elBulli: el cierre del restaurante y traslado de todos los aperos al taller barcelonés, donde el equipo de Adrià se "encerraba" durante seis meses a crear nuevos platos para el año siguiente.
"Se ve el proceso de desarrollo de las ideas. Al principio pensé que los primeros 15 minutos podían resultar aburridos... pero es que esto es así, es que crear es aburrido, el 'eureka' es cuestión de prueba-error, prueba-error. Está muy bien que la gente vea que hacemos mil cosas para que salgan bien dos", ha argumentado el cocinero.
Durante quince meses y sin ningún tipo de censura, las cámaras filmaron al equipo de elBulli, encabezado por los jefes de cocina Oriol Castro y Eduard Xatruch, a quienes se ve desarrollar nuevos platos, experimentar con distintas texturas y cocciones de boniatos y champiñones, discutir, planear, crear...
Porque uno de los aspectos destacados de esta película es precisamente que pone el foco sobre el núcleo del equipo del restaurante, eslabones fundamentales a los que el "gran público" no conoce tanto como a Adrià, según ha indicado a Efe el director de la cinta, Gereon Wetzel.
"El papel de cada uno en el equipo es fundamental. Me gusta cómo interactúan, cómo generan nuevas ideas a una velocidad vertiginosa. La relación entre ellos me recuerda a los matrimonios que llevan mucho tiempo juntos, con sus roces y su complicidad", ha destacado.
Al cineasta alemán le fascinó "la idea de apartarse del mundo durante 6 meses y meterse en una cocina-laboratorio". Sin embargo, en la cinta no se muestra a gente comiendo en elBulli, ya que "sería un poco obsceno mostrar la comida para dar hambre a la gente".
"Nosotros mismos nunca probamos nada en el tiempo que estuvimos en el taller, porque son pasos de trabajo. Estoy contento de que a la gente no se le haga la boca agua con la película, quiero que sea el proceso creativo lo que está en primer plano", ha subrayado.
Lo que más llamó la atención del director fue "la sencillez de las cosas" y cómo una buena idea y pocos ingredientes bastan "para crear un plato excelente", como ocurre con un postre llamado "estanque helado" a base de hielo y menta.
"He querido mostrar que la creatividad y las buenas ideas son lo que está detrás de estos restaurantes, mucho más que la química. Esperas llegar y encontrar un laboratorio de alquimia y no es así, no se trata de brujería tecnocrática, son cosas que salen de la mente, del intelecto, ha agregado Wetzel.
Tras cerrar elBulli sus puertas el año pasado como restaurante para reabrir convertido en fundación en el 2014, el director alemán cree que su cinta puede entenderse como "un réquiem" y que la comercialización será "rara, porque se ha convertido en una película sobre algo que ya no se puede experimentar".
Antes de llegar a España, "elBulli: Cooking in Progress" se ha estrenado en Estados Unidos, Japón y varios países europeos, además de mostrarse en la sección Cine y Gastronomía del Festival de San Sebastián.
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