Cultura

'Air': Ben Affleck convierte en epopeya el multimillonario contrato que cambió las reglas del deporte

Matt Damon, Jason Bateman y el propio director protagonizan, entre otros, la historia que cambió el rumbo de las marcas deportivas y los beneficios de las estrellas

A mediados de los años 80, el mercado de las zapatillas deportivas estaba liderado por Converse, seguido no tan de cerca por Adidas y lejos, con una cuota de mercado de apenas el 17%, se situaba Nike. La marca preferida del running y de los deportistas de élite no conseguía salir de las canchas de baloncesto, así que su influencia en la calle era casi nula, hasta que un buen día llegaron a las tiendas y los anuncios publicitarios las Air Jordan.

El camino que la marca recorrió desde que los jugadores se quitaban sus deportivas cuando terminaba el partido hasta que el mejor jugador del mundo prestó su nombre para bautizar las icónicas zapatillas de Nike se convierte casi en una gesta en Air, la nueva película dirigida por Ben Affleck que protagonizan Matt Damon, Jason Bateman, Viola Davies y el propio Affleck, entre otros.

Esta emotiva película narra los esfuerzos ímprobos del ejecutivo de la marca Sonny Vaccaro (Damon) para hacer realidad su corazonada: conseguir fichar a Michael Jordan, un jugador de apenas 18 años en quien veía un futuro prometedor en la NBA. A pesar de las dudas del CEO de la empresa, Philippe Knight, a quien en esta película interpreta Affleck, Vaccaro, junto al responsable de marketing, Robert Strasser (Bateman) y el diseñador de la marca, Peter Moore (Matthew Maher) consiguieron hacer una oferta que el deportista no pudo rechazar.

'Air' cuenta la hazaña de una empresa por conseguir desbancar del podio a las marcas deportivas más exitosas con las artimañas comerciales y marketinianas más clásicas, hasta que se toparon con la madre que lo cambió todo

La acción se desarrolla en 1984, año en el que Bruce Springsteen publicó Born in the USA y en el que en las emisoras de radio sonaba el rock alternativo de Violent Femmes. Con esta banda sonora, Air convierte en una epopeya conmovedora la hazaña de una empresa por conseguir desbancar del podio a las marcas deportivas más exitosas con las artimañas comerciales y marketinianas más clásicas. Hasta que se toparon con una madre. La madre de Michael Jordan, Deloris Jordan, que logró cambiar las reglas del juego.

El punto de inflexión consistió, como ya se ha contado en otros documentales, como One man & his shoes (2020), en un requisito fundamental por parte de los Jordan: si el nuevo diseño de playeras iba a llevar su nombre (Air Jordan), entonces, el jugador debía recibir un porcentaje de cada venta. Así, el negocio que hasta entonces no contemplaba beneficios para el patrocinado derivados de las ventas, no tuvo otra opción que aceptar.

Air Jordan supuso una revolución, porque no solo se modificaron las condiciones para los deportistas, sino que la marca consiguió cambiar las reglas en la cancha de baloncesto. Hasta entonces, la NBA solo permitía jugar con calzado blanco, pero Nike asumió las multas solo para poder vestir al jugador con su diseño. Solo en el primer año, la marca consiguió unos beneficios de más de 160 millones de dólares y hoy en día supera los 4.000 millones de dólares con su marca Air Jordan.

Air: dinero, baloncesto y nostalgia

Michael Jordan es un mito del deporte, como recuerda este documental, en el que, sin embargo, no tiene rostro ni tampoco voz, algo que encaja bastante con sus escasas apariciones en otros documentales, como el alabado The last dance (2020), centrada en la temporada 1997-1998 de los Chicago Bulls, la última de Jordan en el equipo . Sus decisiones y sus caprichos, como vestir un chándal de Adidas o incluir un Mercedes rojo en el contrato definitivo, se transmiten en este documental a través de su agente, sus padres y otros allegados, mientras que él asiste como un busto inanimado a las reuniones y tan solo ladea la cabeza ante las propuestas.

Air es una película emotiva e incluso conmovedora, pero si hay algo que se puede criticar es el ansia de esta película por dotar de un aura humano los objetivos más materialistas. Se trata, al fin y al cabo, de lograr un acuerdo económico exitoso para la marca, de medrar en una industria competitiva y de lograr los mejores resultados a partir de una inversión arriesgada. Dinero, ni más ni menos, incluso a pesar de la entrañable manera en la que la cabeza de familia negocia para obtener un acuerdo digno y a la altura del futuro prometedor de su hijo. Lo que continuó fue un consumismo salvaje que se aleja bastante de las mejores historias heroicas, pero eso es otra historia que se cuenta mejor en los documentales.

Por lo demás, se trata de una película muy entretenida, inspiradora a pesar de todo, con un gancho nostálgico muy agradable y un buen puñado de buenas actuaciones (Matt Damon y Viola Davies están brillantes). Con permiso de la taquillera Super Mario Bros: la película (record del año en su estreno) y de la excelente El imperio de la luz, Air es una de las mejores opciones entre las producciones potentes que han llegado a los cines en los últimos días.

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