Ninguno estamos libres de acabar un día en el psiquiátrico. Es más, las cifras en Occidente de ingresos en instituciones mentales crecen cada año. Pero a veces, uno encuentra la libertad en los sitios más inesperados, y de la misma forma que puedes sentirte menos solo en un pequeño pueblo que en una gran ciudad, puedes ser más libre en un hospital que en tu propia casa. Las jaulas, muchas veces son mentales. Esta semana, en Cine en Blanco y Negrete, un clásico de los 70: Alguien voló sobre el nido del cuco.
Alguien voló sobre el nido del cuco es la adaptación de una novela de Ken Kesey dirigida por el checo Milos Forman. Cuenta la llegada de Randle McMurphy, un hombre condenado por asalto sexual, a un hospital psiquiátrico. McMurphy es un espíritu libre que se rebelará una y otra vez contra la inflexible disciplina del centro. La severa enfermera Ratched será su mayor enemigo.
El film ganó 5 Oscar, incluyendo el de mejor película. Durante la ceremonia, Jack Nicholson bebió champán del zapato de tacón de Louise Fletcher, la actriz que interpreta a la enfermera Ratched. Su foto está inmortalizada en uno delos pasillos del Dolby Theater, donde se han celebrado numerosas galas de la Academia.
La película es una apología de la rebelión contra el poder, pero también de las cadenas mentales que nos impiden trascender a nuestro día a día. Muchas veces, vivimos lobotomizados y somos incapaces de escapar a nuestro propio laberinto. La libertad no es elegir dónde y qué nos compramos. Libertad es romper con los moldes de lo imposible.
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