Cultura

Amaral: "Es bueno reírte de ti mismo porque eso te hace tomarte la música más en serio"

"Gracias a todos los que aún soñáis con cambiar el sistema desde dentro y a los que miráis hacia el cielo pensando que la verdad está ahí fuera, más allá

"Gracias a todos los que aún soñáis con cambiar el sistema desde dentro y a los que miráis hacia el cielo pensando que la verdad está ahí fuera, más allá del manto nocturnal". Estas palabras de agradecimiento envuelven la última página del pequeño librito que acompaña al último disco de Amaral'Nocturnal' (2015). Un disco oscuro, pero con tanta vida que no solo ha llenado 60 conciertos, sino que ha estado un año y medio recorriendo el mundo -Europa y Latinoamérica-. Eva Amaral y Juan Aguirre despiden su tour con un final especial. 

Este sábado 28 de octubre, Madrid se vestirá de gala para celebrar lo que es un regalo para los melómanos y amantes del directo. La capital se engalana para ser testigo de la grabación del último concierto de la gira que lleva por nombre el mismo que el álbum, 'Nocturnal'.

Amaral nació hace dos décadas en las maravillosas calles de la ciudad del Pilar, la elegante Zaragoza. Son dos décadas en las que Eva y Juan han creado y se han desnudado para sacar lo que llevan dentro a través de letras y acordes. 

Un par de días antes de su última gran cita llegan al madrileño Café de la Luz. Puntuales, con gorra beige y boina negra, conversan en un pequeño salón con un aura de clasicismo antiguo y luz tenue. Dejando a un lado Amaral, se descubren como Eva y Juan, incluso, se les olvida hablar del concierto, pero bromean, "menudos vendedores estamos hechos". Aún así, reconocen que están nerviosos, que aún les recorren esos nervios antes de una cita importante. Tienen ganas de que llegue y también de contar qué narran las canciones de su séptimo álbum. 

Hablan de cuando comenzaron, de que en ningún momento buscaron el éxito, y de que si son el símbolo de una generación, o varias, gracias a 'Marta, Sebas, Guille y los demás", les ha pillado por sorpresa. Dicen que no son un ejemplo y niegan que hayan conseguido nada glorioso. 

Los que dan vida a Amaral han vivido momentos duros, en los que se han planteado dejar de ser 'héroes' para volver a estar 'entre bambalinas', pero si tienen que quedarse con algo es con el poder de la música y con los conciertos que parecen reuniones de amigos, aquéllos en los que la magia es especial. 

Juan Aguirre y Eva Amaral

Empiezo con el tema ‘Lo que nos mantiene unidos’ (2015) del último disco. Cantáis: “La última especie en extinción, eso es lo que somos y seremos”. ¿Cómo se mantienen unidos Eva Amaral y Juan Aguirre 20 años después?

Eva: Yo creo que no hay ningún secreto para haber mantenido la química y el entusiasmo por hacer música. Precisamente creo que eso es lo que nos ha unido, la pasión por seguir haciendo canciones juntos y por seguir viajando a través de nuestra música y es eso básicamente. Yo creo que el secreto de que se mantenga un proyecto o una relación es cuando no hay que hacer un esfuerzo para que se mantenga, sino que sale de manera natural.

¿A quiénes escuchaban Eva y Juan hace dos décadas y a quiénes escuchan ahora? ¿Qué queda del Amaral de hace dos décadas?

Juan: La verdad es que la música que escuchamos siempre ha sido muy variada y de estilos muy diferentes. Escuchamos música electrónica, música de guitarras, música acústica más tranquila… Más bestia, más agresiva. Yo creo que los dos siempre nos hemos dejado llevar por una canción cuando nos entusiasma.  De hecho, Eva, que pincha con Xabi con un amigo nuestro, el chico que hace nuestra web, es una fuente de descubrimiento para mí, sobre todo en música electrónica. Pero, como te digo, siempre hemos sido bastante variados en cuestión de música.

Sobre cómo hemos evolucionando a lo largo de estos años y de los siete discos, yo creo que ha sido de una forma bastante normal, obviamente, creo que nos ha dado un punto de evolución los viajes continuos, porque no hemos dejado de viajar desde que empezamos a tocar juntos y yo creo que eso se nos ha tenido que colar de alguna manera, aunque no nos demos cuenta, ¿no? También creemos que somos como grupo bastante curiosos, en el sentido de escuchar cosas nuevas o emplear ritmos que nunca hemos probado o a escribir de manera diferente…

En ‘Nocturnal’ (2015) decís: “Cuando has tocado fondo de una mala racha”; y en ‘La ciudad maldita’ (2015): “Te vi caer de bruces para increpar el cielo”. ¿Ha habido momentos en vuestra carrera en los que no sabíais si continuar?

Eva: Momentos en los que dudas un poco de si el camino que llevas es el correcto hay un millón porque somos personas inseguras pero a la vez somos impulsivos. Entonces, tendemos a tirar hacia adelante y si cometemos un error, será nuestro error. Así que experimentamos eso en nuestras carnes.

Si hablamos de algún momento en concreto que fuera más intenso, yo creo que fue antes de entrar a grabar ‘Gato negro, dragón rojo’ (2008), porque unos meses antes había fallecido mi madre y fue de una manera muy repentina. Para nosotros fue un momento muy doloroso en el que realmente yo no tenía ganas de nada. Pero bueno, realmente, precisamente al entrar en el estudio y comenzar a grabar esas canciones, fue la mejor terapia para seguir adelante.

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Ligado a esos momentos de dudas, en ‘500 vidas’ (2015) se escucha: “Unas donde sea heroína, otras donde esté entre bambalinas”. ¿Alguna vez os habéis cansado de ser ‘héroes’ y habéis deseado estar ‘entre bambalinas’?

Juan: Es que nosotros nunca nos hemos sentido ‘héroes’ ¿no? Empezamos a tocar siendo adolescentes, bastante ignorantes en cuestiones de música y hacíamos lo que nos gustaba. Después, es cierto que el proyecto nos ha superado porque todavía flipamos de la cantidad de gente a la que hemos podido llevar y la cantidad de gente que viene a nuestros conciertos cuando realmente nosotros empezamos sin pensar en que todo esto iba a venir. Siempre hemos querido que la música fuera por delante de nosotros.

Tendemos a reírnos bastante de nuestros propios personajes, incluso cuando nos han parodiado o nos han imitado. Creo que es bueno reírte de ti mismo porque eso te hace tomarte la música más en serio. Intentamos hacer nuestra música de la mejor manera posible, pero nunca nos hemos sentido ‘héroes’.

Hay una letra que llama especialmente la atención porque no se sabe si es una metáfora de algo concreto, ‘Cazador’ (2015)…

Eva: ‘Cazador’ en realidad es una canción que comenzamos a escribir porque nos inspiró algunos amigos y amigas que hablaban de salir los fines de semana y andar flirteando y ligoteando por los bares, pero que no llegaban a consumar con nadie (ríe), solamente era por el hecho de jugar. A esto lo llamaban “pesca deportiva”, corrígeme si me equivoco –se dirige a Juan Aguirre-. Era todo una inmensa broma, pero a mí me hizo mucha gracia esa metáfora que utilizaban porque muchas veces ellos eran el cazador cazado. Decidí hacerles una canción, es una especie de canción juguetona acerca de las relaciones de los seres humanos por la noche y lo que a veces se pueden llegar a complicar.

Cuando trabajamos juntos no hay géneros. Nos hemos dado cuenta que a veces esto sorprende, pero para nosotros siempre ha sido normal"

Eva Amaral se ha convertido en una de las mujeres esenciales de nuestra cultura, una de las que ha logrado esa igualdad entre géneros en la música. Además, hace poco pusiste voz al himno del Zaragoza Club de Fútbol femenino. ¿Algún día será posible esa igualdad?

Eva: Yo espero y deseo que sí que llegue esa igualdad entre géneros. Creo que hemos avanzado mucho con respecto a hace 10 años o a hace 20. Cuando yo era pequeña, mi hermana mayor, en los años 70, no podía abrir una cuenta en el banco sin permiso de su marido, para que nos hagamos una idea del mundo en el que estábamos viviendo. En ese sentido ha habido muchísimo avance, pero realmente faltan muchísimas cosas por lograr y creo que últimamente hay más sensibilización con este tema y que estamos siendo todos más conscientes incluso de pequeños detalles que se convierten en grandes actos. Situaciones del día a día que hemos ido tolerando y que ahora cada vez más somos conscientes de que no es lo correcto.

Juan: Yo pienso igual que Eva, quiero pensar que la humanidad va hacia adelante, aunque a veces dé la sensación escuchando algunas noticias de que no es así.  Yo creo que al final el progreso de la mente humana siempre es hacia adelante. Yo nunca he pensado en esto demasiado porque desde que empezamos a tocar juntos no nos planteamos que ella era una chica y yo un chico, simplemente hacíamos las cosas entre los dos. Siempre hemos funcionado desde un punto de vista de igualdad, cuando trabajamos juntos no hay géneros. Nos hemos dado cuenta que a veces esto sorprende, pero para nosotros siempre ha sido normal. Ojalá se normalizaran las cosas no solo en España o el mundo occidental, sino en países de otras culturas.

Amaral toca el próximo sábado 28 de octubre en un gran concierto en el WiZink Center de Madrid –el antiguo Palacio de los Deportes-; habéis sido seña de calidad en el también 20 aniversario del Festival Sonorama… ¿Si os diesen a elegir entre grandes conciertos, festivales o pequeñas salas?

No nos pongas nerviosos –bromea Juan, y sigue Eva-. No sabría con qué quedarme, prefiero no decidirme, sino tener la suerte de poder estar unas veces en un escenario en una pequeña sala como estamos hoy aquí, en esta especie de salón de casa (ríe), y tener a la gente tan cerca como si se tratase de una reunión de amigos, que la verdad es que tiene una magia verdaderamente especial. En el inicio de nuestras vidas como músicos dimos así muchísimos conciertos y de ahí salieron canciones, de esas noches mágicas. Pero claro, luego llegan las grandes audiencias y la experiencia también era increíble. Lograr esa conexión que habíamos tenido en lugares más íntimos con un público de miles de personas era un impacto, impresiona a cualquiera. Y por otro lado, tocar en festivales es increíble porque conoces a otros grupos, estás en convivencia con músicos de otros estilos o que tienen vivencias distintas y en común tienes también muchas cosas, ponerlas en común, charlar, es una experiencia muy bonita. Además, en los festivales a lo mejor van personas que no habrían ido a un concierto tuyo y te descubre ahí y eso para nosotros es maravilloso.

En esta gira ‘Nocturnal’, recuperáis temas en la Setlist como ‘Kamikaze’, ‘Moriría por vos’, ‘El universo sobre mí’, ‘Como hablar’ o ‘Sin ti no soy nada’. ¿Son temas que os acompañarán siempre? ¿Son la esencia de Amaral?

Juan: Respecto a los setlist van evolucionando conforme sacamos discos. Lo que intentamos hacer es tocar canciones de todos los discos y muchas veces no sabes muy bien cómo elegirlas. Hay giras en las que decidíamos las canciones un poco antes de salir al escenario, eso tenía el inconveniente de que los técnicos de luces se volvían loquísimos. Para nosotros era divertido pero ahora intentamos dejar momentos para la improvisación pero hacer un cuerpo del concierto.

Referente a las canciones que casi siempre tocamos, ‘Hacia lo salvaje’ (2011), por ejemplo, es una canción de nuestro penúltimo disco que siempre suena y me da la sensación de que de ‘Nocturnal’ (2015) hay canciones que no van a faltar. De discos anteriores pues ‘El universo sobre mí’ (2005), por el ritmo que tiene, nos da bastante subidón de adrenalina. Pero ya te digo, los setlist van cambiando, cada vez que va habiendo más discos se pone más difícil crear las setlist o que los conciertos se alarguen para que puedan entrar canciones de todos los discos.

Nunca nos planteamos si íbamos a llegar a alguna parte con esto o no, porque para nosotros era un modo de escape de otras realidades que vivíamos"

¿Y si hablamos de ‘Marta, Sebas, Guille y los demás’ (2005)? “Vuestros amigos” se han convertido en un himno por la amistad de una generación…

Eva: Guau… la verdad es que no nos sentimos símbolo de nada ni representación de nada ni quisiéramos ser ejemplo ni es nuestra intención, porque somos humanos ¿no? Y no somos ciudadanos ejemplares (ríe), simplemente hacemos música. Con nuestras canciones hay gente que se siente más identificada y hay gente que menos, pero tampoco estamos haciendo nada glorioso ni inventando la pólvora ni descubriendo la vacuna contra la malaria. Simplemente disfrutamos haciendo música y disfrutamos viendo que a la gente le gusta. Para nosotros eso es importantísimo, pero no es lo más importante de una sociedad, nosotros le ponemos música a algunos momentos.

Es impresionante que empezamos a hacer música porque éramos fans de otros músicos y empezamos como intentado emular a nuestros ídolos, por eso nunca nos planteamos si íbamos a llegar a alguna parte con esto o no, porque para nosotros era un modo de escape de otras realidades que vivíamos que no nos llenaban tanto. Como nosotros hemos tenido nuestra banda sonora con otros artistas, pues que una canción como ‘Marta, Sebas…’ pase a serlo de alguien nos impresiona y la gente nos dice cosas muy bonitas con canciones. La música lo más bonito que tiene es que puede cambiar el estado de ánimo de las personas. Eso es algo muy poderoso, muy bonito.

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¿Y qué explicación veis en gustar a generaciones tan distintas?

Juan: Siempre nos ha sorprendido que gustásemos a personas tan distintas, de tantas generaciones y con formas de pensar tan distintas. Yo siempre, por buscar una explicación, creo que tiene que ver con que las canciones van por delante de nosotros. Nunca hemos querido ser populares ni hacernos famosos. Creo que hacer canciones tiene que ver con observar lo que pasa en tu calle, salir a dar una vuelta por Zaragoza por ejemplo, o Madrid y ver lo que se respira y con eso escribimos canciones. A mí se me escapa el ver a niños pequeños a los que les gusta una canción, no entienden la letra y a lo mejor para ellos la letra dice algo terrible ¿no? Pero o les llega la voz de Eva o el ritmo o la melodía. Me recuerda a cuando empecé a escuchar música y lo hacía en inglés, no lo entendía y no sabía muy bien lo que me llegaba: o el sonido de las guitarras o el ritmo… No tenemos explicación, pero creo que es mejor no saberlo.

Se podría decir que habéis conseguido algo ideal: caláis en tanta gente por vuestra música y no por vuestra vida personal.

Eva: La verdad es que siempre hemos sido muy celosos de nuestra faceta personal, como decía Juan, queríamos que nuestras canciones fuesen siempre por delante, nuestro sonido, pero en nuestros planes no han entrado nunca parámetros de celebridad, de formar parte de ningún ‘celebrities’ (ríe). No nos sentimos cómodos en esas situaciones, nos hemos escondido siempre un poco de eso. Para nosotros es intimidad y creo que debe quedar ahí.  

Los conciertos de este tour los termináis con ‘Nadie nos recordará’ (2015). Habláis de que “todo lo que fue no volverá”. ¿Entre los artistas existe ese miedo a caducar?

Juan: La verdad es que nunca hemos tenido miedo a nada de lo que pudiera pasarnos, porque como empezamos sin hacer ningún tipo premisa, empezamos a tocar porque nos conocimos y nos hicimos muy amigos, no pensamos en vamos a juntarnos y vamos a comernos el mundo. Nunca fue una decisión como tal. Todo lo que ha venido ha sido una especie de regalo que nos ha mandado la música y simplemente lo hemos cogido y aparte de reírnos de todo esto y tomarlo con humor, hemos intentado hacer canciones que a nosotros nos gusta escuchar. ‘Nadie nos recordará’ es como una canción de amor escondida dentro de una peli de ciencia ficción, ahora que han hecho la secuela de ‘Blade Runner’. En el fondo es la sensación de que no sabes muy bien qué va a haber después. La única manera con la que podemos agradecer lo que nos ha dado el público es dándoles más canciones.

Eva: En ‘Nadie nos recordará’ también hay un mensaje que tiene que ver con esa especie de historia de amor, pero también tiene que ver con esa sensación de prepotencia que tiene la humanidad en este momento, de pensar que todo es eterno, que todos los imperios van a mantenerse y a permanecer y a prevalecer cuando en realidad si la naturaleza decide borrarnos de la faz de la Tierra, probablemente nadie nos recordará, no quedará ni rastro de nosotros ni de toda la belleza que fuimos capaces de crear… Es un canto a un poco más de humildad por nuestra parte y a intentar conservar el equilibrio con esa fuerza que en un momento dado nos puede llevar por delante de un soplidito…

¿Y qué me decís de ‘Laberintos’ (2015)? Va muy unido a esa situación de la sociedad en la actualidad. Cantáis: “Si estamos dormidos o estamos sedados, si somos muertos vivientes o somos esclavos”. ¿De qué somos esclavos actualmente?

Juan: Laberintos empieza planteándose dónde está el verdadero amor. Cuando decimos amor no es tanto como dónde están las cosas que realmente importan para nuestras vidas. En realidad el disco entero habla de los pequeños encuentros entre personas, además de las grandes noticias de los medios de comunicación. Tiene que ver con que a veces las cosas más importantes para la vida ocurren en círculos muy pequeños, entre la gente que nos rodea. Imagino que sobre todo somos esclavos de las cosas que necesitamos, de lo que necesitamos para vivir.

Eva: Y muchas veces en el primer mundo somos esclavos de las necesidades que nos creamos ¿no? Al hilo que dice Juan, muchas veces somos esclavos de las cosas que necesitamos y otras muchas de las necesidades que nos creamos. La tela de araña en la que de repente nos hemos envuelto en este primer mundo en el que vivimos… Ahí lo dejo…

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