Muchas personas tildan de "triste" a Andrés Suárez, pero acudir a uno de sus conciertos es hacer un recorrido emocional por nuestras propias historias a través de las letras de sus canciones.
Entre el público había muchas parejas de enamorados, personas de todas las edades e incluso procedentes de otros países. En las primeras filas se leía un cartel que decía: "desde Suiza solo para verte a ti".
Eran las 21.06 cuando las luces se apagaron y empezaron a salir los músicos, unos segundos más tarde lo hacía el gallego. Acaba de arrancar su gira con un disco donde hace varios guiños a la pandemia y en el que reivindica la vida. "Esta noche es para los que no están, para los que dieron la vida por nosotros", decía en la presentación del concierto.
La noche empezaba con 'Herbeira', seguida de 'A través de los ojos'. Sin embargo, el público enloqueció cuando el cantante tocaba los primeros acordes de 'No diré' y 'No te quiero tanto', dos de sus grandes éxitos.
Triple V de vida
El cantante se burlaba de que este seguramente es su disco más alegre, pero también es uno de los más reivindicativos. El concierto seguía con 'Nuestra generación', donde el gallego apela a luchar por un mundo mejor.
Una de las características que define los conciertos de Andrés Suárez es su elocuencia con la palabra. Además de las propias letras, que muchos consideran poesía moderna, al cantautor le gusta hablar bastante entre canción y canción.
Este se trataba de un concierto lleno de emociones, ya que el disco es un canto a la vida. "Juré que si salía vivo iba a hacer un disco con una triple V de vida, y aquí estamos", explicaba el cantante.
De hecho, era esa V la que predominaba en el escenario. Una puesta de escena sobria donde los protagonistas eran los músicos y su voz.
Victor Manuel, la gran sorpresa de la noche
Tras cantar algunas de sus canciones más conocidas como 'Vuelve', 'Te doy media noche' y 'Números Cardinales', llegaba la gran sorpresa de la noche.
Suárez hace un discurso reivindicando a los "maestros" de la música. "Hoy en día un niño de 14 años no sabe quién es Pablo Milanés, pero sí que conoce a todos los influencers. Nos estamos olvidando de los maestros. Nos olvidamos de la palabra y nos quedamos en el retuit o en el tiktok".
En ese momento aparecía en el escenario Victor Manuel. Juntos interpretaron el tema 'Rosa y Manuel'. Se trata de una canción dedicada a los abuelos del artista gallego y se centra en una de las enfermedades más crueles que existen: el alzhéimer.
Tras este homenaje llegaba el momento de 'Teresa y Andrés'. Esta canción cuenta la historia de cómo se conocieron sus padres, que durante esta noche tan especial se encontraban entre el público.
"Es un honor llorarte Madrid"
Se acercaba el final del concierto y los momentos cargados de emociones seguían. Con su canción "Valientes" Andrés Suárez cuenta la historia de Almudena, una mujer que convive con Parkinson. "Seamos un poco más conscientes de la gente que convive con nosotros con ese infierno y luciendo una sonrisa".
Tras esta canción llegaba uno de los momentos más conmovedores de toda la noche. El gallego cantaba en acústico 'Benijo'. Como cada vez que visita el Wizink se lanzó a cantar a capela. El palacio de deportes se quedó totalmente en silencio y fue su voz la que hizo que cada uno de los rincones del recinto vibrara.
Sin dudas, en un momento en el que la industria musical solo piensa en puestas en escenas hechas para viralizarse en redes subirse a un escenario con solo una guitarra y la voz es la verdadera revolución.
En repetidas ocasiones el gallego daba las gracias a los asistentes y hablaba del amor que siente hacía la capital, la ciudad que le ha permitido cumplir su sueño: "es un honor llorarte Madrid".
Tras dos horas de concierto el cantautor ponía final al concierto con 'Será', el single de presentación de este noveno disco.
Fue una noche llena de sentimientos, entre parejas que celebraban el amor y algún que otro corazón roto que le dedicaba esas letras a ese amor que no pudo ser. Al final, el gallego pone letra a lo que todos sentimos y muchas veces no sabemos cómo decir. Es la banda sonora del motor que mueve el mundo: el amor.
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