Cuando Eduardo tuvo un brote psicótico, nadie en mi pueblo se enteró. Lo que sí vislumbramos fue que algo raro pasaba cuando aquel Eduardo que conocíamos de toda la vida era otro. Aquel era un espectro de Eduardo; medicado hasta las cejas, deambulaba como un zombi y ninguno sabíamos muy bien cómo hablarle. Meses después nos explicó que había sufrido un brote, aunque sin dar muchos más detalles. Leer 'Por si las voces vuelven' (Planeta), de Ángel Martín, me ha ayudado a entender mucho mejor a Eduardo.
Ángel Martín estuvo loco. Sí, loco. Lo dice sin eufemismos en su libro y a lo largo de la entrevista, ya que es una de esas personas que guarda la sana costumbre de llamar a las cosas por su nombre. Escuchó voces, creyó que podía volar, mantuvo un diálogo con la muerte y el universo, tuvo superpoderes para cambiar la realidad, pudo hablar con su yo del pasado y del futuro, viajó en una nave espacial hacia un nuevo planeta -la Tierra era la nave-, el universo le mandaba señales a cada instante... Todo regado con grandes dosis de alcohol, marihuana y éxtasis. Ángel Martín acabó ingresado en el área psiquiátrica del Hospital Puerta de Hierro. Creyó que su habitación era un escape room y le tuvieron que atar en una cama cuando cogió un tornillo y gritó: "¡Os juro que no me voy a suicidar".
La experiencia de Ángel Martín con la locura cabe en un párrafo. Escribir es fácil. Pero la recuperación de todo lo que sucedió ha durado ya cuatro años. Es un proceso que sigue su curso. No hay palabras mágicas, libros de autoayuda, ni homeopatía capaces de reconstruir a alguien desde cero, como tuvo que hacer después de derrumbarse del todo.
En su libro, el humorista asegura que fue capaz de reconstruir su personalidad desde cero, algo que puede hacer despertar las alarmas. Eso de ser capaz de construir tu propia personalidad como el que crea un personaje en un juego online de rol, eligiendo 'skills' y armaduras, suena raro. Pero en la entrevista con Vozpópuli, Ángel Martín despeja la incógnita, y su "reconstruir desde cero la personalidad" tiene que ver con ser verdaderamente honesto con uno mismo. Con que nos pasamos la vida soportando al amigo 'Abelardo', cuando en verdad es alguien que nos parece un gilipollas desde hace una década, pero no nos atrevemos a cortar la relación para evitar un conflicto.
El libro del cómico va mucho de voces, a veces es la muerte, otras el universo y otras el señor Gris -algo así como esa voz tocapelotas que todos llevamos en nuestro interior y que se empeña en jodernos el día-. Esta conversación también va de voces, sobre todo porque tiene lugar por vía telefónica mientras Ángel conduce -impresionante su capacidad para conducir y hablar al mismo tiempo sin titubear ni un instante-. Dos voces, en esta ocasión reales, intentando destripar el misterio de la salud mental y la locura:
¿Eres Ángel? -me pasan con él desde la Editorial Planeta y no reconozco su voz por el ruido del coche.
¿Te imaginas que no? Sería la leche que la editorial pagase a un tío con mi voz para hacer las entrevistas. Me gustaría llegar a ese nivel. Un tío que me preguntase solo si tuviese muchas dudas con una respuesta.
Tampoco estaría mal que nosotros os mandásemos preguntas pregrabadas.
Eso estaría muy bien. Llegar a un acuerdo entre entrevistador y entrevistado para que así no trabajase nadie y todos contentos. Cada uno a lo suyo.
Sí señor. Por cierto, yo también he leído el libro con tu voz.
No esperaba menos. A mí me pasa con libros de amigos. Si te sirve de consuelo, no estás mal.
Genial, eso me hace sentir mejor, aunque no estaría yo tan seguro (Risas). Vamos al tema. Echo en falta en el libro que expliques qué situación personal te llevo a consumir muchas drogas, algo que pudo haber influido en el brote psicótico. Si estabas mal por algo, triste por la falta de trabajo...
Qué va. Para nada. En mi caso, el consumo de drogas y alcohol no surge como una vía de escape de nada. Surge por no tener una obligación laboral con otros. Al no tener que responder ante nadie laboralmente tu vida se convierte en un fin de semana. Empiezas a consumir y beber porque no necesitas rendir cuentas con nadie, no tienes que estar bien al día siguiente.
Al no tener que responder ante nadie laboralmente tu vida se convierte en un fin de semana
En el momento en que te ingresan en el hospital, ¿entablas relación con algún otro paciente? ¿Recuerdas a alguno que te ayudase?
No. Del hospital recuerdo sensaciones. Eres como un zombi que va para arriba y para abajo sin saber muy bien por qué. También recuerdo la sensación nerviosa de no saber por qué estás allí... Pero no conversaciones. Sí me acuerdo de un paciente que era más mayor que los demás. Debía rondar los 60 y pico. Desde el lugar en el que yo estaba, lo miraba, y me daba la sensación de ser muy culto. Siempre le veía jugando al ajedrez o leyendo. Cosas de gente culta. Igual no sabía jugar al ajedrez y se inventaba lo que hacía cada puta ficha, pero era la sensación que me daba.
En el libro cuentas una experiencia muy mala con un psicólogo. Cuentas cómo fuiste a hablar con él, te derrumbaste, te abriste por completo, lloraste... y él te contestó con un: "Se ha terminado tu tiempo. Nos vemos la semana que viene". No fue lo único que te pasó, pero la gente que no ha leído el libro puede hacerse una idea de que la experiencia no fue buena. ¿Has vuelto a ver a algún psicólogo desde entonces?
No. Tras esa experiencia di por zanjada mi relación con los psicólogos. Seguí viendo a mi psiquiatra, eso sí, y le conté lo que me pasó.
Le comenté a un amigo psicólogo lo que te ocurrió y me dijo que esa práctica era habitual entre los lacanianos.
¿Los lacanianos? ¿Qué es eso, tío?
Es una corriente del psicoanálisis fundada por Lacan, un francés.
Pues es una puta mierda, ya te lo digo. Como desconocedor del movimiento lacaniano, te adelanto que para un paciente o alguien que busca ayuda el movimiento lacaniano es la mierda más grande que ha engendrado Dios (Risas).
La salud mental, seamos honestos, se está empezando a poner de moda. ¿No crees que los políticos exageran a veces problemas de la vida cotidiana para subirse al carro de la salud mental?
La línea es delicada. Creo que lo peligroso es banalizar sobre el tema. Que se hable mucho no me parece preocupante. Lo que es peligroso es que se banalice el tema. Que crucemos la línea del "hostia no sabía como mencionarlo" al "me la sopla muchísimo, ya todo es enfermedad mental". Pero creo que es pronto para saber si se está banalizando o si es una moda. Es muy reciente la sensación de que se ha puesto sobre la mesa el tema.
Vi el acto en el que participaste con Espido Freire y dijiste algo que me parece clave, que es que los problemas de salud mental no están relacionados con la renta per cápita.
Claro, lo que yo trataba de explicar es que, por esa regla de tres, sería súper fácil detectar al 97% de personas que van a sufrir problemas de salud mental. Quien está mal pertenece a cualquier nivel de renta. Cuando el discurso se convierte en que la solución para la salud mental es más dinero, me preocupa. Porque hay muchos pasos previos y el primero tiene que ver con la empatía. Y no me refiero a nivel social, a preocuparte de la humanidad. Me refiero a cuidar a la persona que está contigo, al lado. El primer paso indispensable es mimar mucho lo que tienes en casa.
Cuando el discurso se convierte en que la solución para la salud mental es más dinero, me preocupa
¿Crees que tiene algo que ver el estilo de vida occidental con estos problemas que estamos viendo para la salud mental?
No he hecho un análisis de eso. Imagino que vivimos en un momento en que nos preocupamos mucho por parecer mejor que otros. Estamos muy preocupados por el escaparate, y no prestamos mucha atención al interior, lo que de verdad tenemos o queremos. Es probable que si estás siempre luchando sin saber muy bien por qué, es fácil que petes. Estás enfocado en llegar a lugares donde a lo mejor ni quieres llegar.
Voy a ser un poco políticamente incorrecto. No comparto mucho lo que dices de "reconstruir tu personalidad desde cero". ¿Puedo elegir ser quien soy? Tengo unas experiencias vitales que me condicionan.
En mi caso no me quedó más remedio. Mi personalidad toca fondo, llega al vacío y no sé quién soy. Cuando no sabes quién eres tienes dos opciones; o buscar quién eras antes, tratando de encontrar las cosas que otros te digan que eras; o decidir cómo quieres ser tú de forma consciente. Que diga que se pueda hacer no quiere decir que sea fácil. Vas a tener que tomar decisiones muy grandes. Tú hasta ahora eres lo que eres por lo que has vivido, pero probablemente no te has planteado si estás de acuerdo con cómo eres. De forma honesta y en todas las facetas.
Cuando tomas decisiones de forma consciente encuentras explicación para todo lo que has hecho. Jamás me había planteado algo así antes. Yo era un tío que salía en la tele y que hacía programas divertidos. Hasta mucho después no me pregunté: ¿Pero tú de verdad querías estar sentado en la silla de aquel programa de televisión? Si me preguntas ahora la respuesta es no, yo no quería. Pero, ¿por qué llegué ahí? Porque no pensé. Estaba en una espiral donde lo que me gustaba era hacer comedia, y como desde fuera parece que lo más grande que puedes hacer en el ámbito de la comedia es trabajar en un programa de televisión, pues me metí.
Hasta mucho después no me pregunté: ¿Pero tú de verdad querías estar sentado en la silla de aquel programa de televisión? Si me preguntas ahora la respuesta es no
Entonces, cuando digo que puedes reconstruirte es que puedes tomar la decisión de que todo lo que haces lo vas a hacer de forma consciente. La dificultad que tiene es que te vas a enfrentar a momentos incómodos. Y te va a pasar hasta con cosas pequeñas. Si te llama un colega para tomar una cerveza mañana, tú vas a decir que sí porque has procesado que es un colega y tienes que hacerlo. Pero luego llegas a casa y te dices a ti mismo: "Yo para qué he quedado con este gilipollas, si a las 2 horas ya estoy hasta el rabo".
El proceso es largo y doloroso. Mucha gente de tu entorno, como empiezas a cambiar ciertas cosas, te dirá: "¿Oye, tú por qué no vas con Abelardo, si erais súper amigos?". Ya, pero es que me he dado cuenta de que es un gilipollas. Eso es algo que podemos hacer todos, sin necesidad de hundirte como yo. Yo llegué a la conclusión de que todo lo que he sido hasta ahora me ha llevado al psiquiátrico. No me apetece repetirlo, la verdad.
Hay que ser muy valiente para hacer eso. Al final cada uno se monta su universo, como hiciste tú pero a menor escala, y salir de ese bucle cuesta.
Es un proceso de curro. Es como quitar los platos del lavavajillas. Si los quitas en cuanto ha terminado en vez de esperar dos putos días porque te da pereza te habrás ahorrado 48 horas de darle vueltas a "qué coñazo que tengo que quitar el lavavajillas". Si Abelardo te parece un imbécil vas y le dices: "Oye, mira, no me apetece que quedemos. Me sabe fatal y sé que es muy raro, pero no estoy muy cómodo". Vas a tener que enfrentarte a cosas muy incrustadas en tu vida por rutina pero luego tendrás tu recompensa y oye, Abelardo te dejará de llamar, qué puta calma.
Te pasa un poco como cuando te haces mayor, que haces y dices lo que realmente quieres.
Eso es. Sabes exactamente lo que quieres. Sabía que decir ciertas cosas en el libro podía hacer que lo relacionasen con Mister Wonderful y no es así. Mi intención no es engañar a nadie y decirles que sueñen fuerte ni ninguna mierda así. Esto es doloroso, cuesta un huevo y no lo descubres justo al salir del hospital.
¿Crees que ya estás curado?
Quiero pensar que sí y sospecho que sí. Y si hablamos en un par de años seguro que estoy mejor. Hay días que te acuestas jodido o que estás de bajón pero tienes las herramientas para no quedarte ahí.
¿Cómo estás viviendo la situación actual que estás viviendo con el libro y con todo el cariño que te está llegando?
Nunca antes me he sentido así. Es como si nos hubiéramos entendido todos. Todo lo que he llorado de tristeza y dolor podría llorarlo ahora de agradecimiento.
Todo lo que he llorado de tristeza y dolor podría llorarlo ahora de agradecimiento.
No quiero dejar pasar la entrevista sin que le digas algo bonito a Eva, tu chica, que una vez leído el libro creo que se lo merece.
No tienes espacio suficiente, ni memoria en el disco duro o la grabadora que estés usando para que quepa todo el agradecimiento que tengo para Eva.
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