Cultura

Año Negro para la Academia Sueca: Sin Nobel y con cada vez menos miembros

La filósofa Jayne Svenungsson, elegida en septiembre de 2017 para ocupar el asiento número 9, ha anunciado este miércoles su renuncia a causa de la crisis interna de la institución. 

  • La entrega del premio Nobel de Literatura se ha pospuesto hasta 2019.

Ha sido un año negro para el Nobel de Literatura. Se suspendió su entrega para 2018, algo que sólo había ocurrido en las ediciones que coincidieron con la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Los motivos de fuerza que justificaron semejante medida apuntaban a la pérdida de la "confianza" en la institución, debido a la crisis desatada tras las denuncias por acoso sexual contra  Jean-Claude Arnault, un personaje muy vinculado a la institución a a través de su club literario, además de ser esposo de una de sus miembros, Katarina Frostenson.

Pero las cosas no se detuvieron ahí. Un nuevo cascote del prestigio de la institución ha caído sobre el nombre de la Fundación que lo concede.  Ya son cinco los miembros de la  Academia Sueca han abandonado su cargo a raíz de este escándalo. En esta oportunidad se trata de la filósofa Jayne Svenungsson, elegida en septiembre de 2017 para ocupar el asiento número 9, ha anunciado este miércoles su renuncia. Se suma así a Lotta Lotass, Klas Östergren, Sara Stridsberg y Kerstin Ekman. "Que la abandone en este momento obedece a que quería asegurarme primero de su supervivencia y futuro votando en las últimas elecciones de nuevos miembros", señaló la profesora de Teología en la Universidad de Lund (sur de Suecia) a través de un comunicado.

La Academia Sueca aprobó el mes pasado la entrada de tres nuevos miembros, que se hará efectiva en unas semanas: el catedrático Mats Malm, el jurista Eric Runesson y la escritora Jila Mossaed. En las votaciones participaron, para facilitar el cuórum, tres académicos que han abandonado la institución temporalmente, entre ellos sus dos últimos secretarios, Sara Danius y Peter Englund. Queda por resolver la situación de la poetisa Katarina Frostenson, cuyo esposo - el francés Jean-Claude Arnault - es el origen del escándalo y a la que la Academia pidió la renuncia voluntaria, opción que ella ha rechazado, lo que ha desencadenado una investigación por violar los estatutos de la institución.

Desde hace un año, la institución sufre un proceso interno de crisis y desgobierno gracias a las de filtraciones sobre acoso. Fueron las denuncias de 18 mujeres en un diario de los abusos cometidos por Arnault. La Academia cortó la relación y encargó una auditoría, que concluyó que Arnault no había influido en decisiones sobre premios y ayudas, aunque el apoyo económico recibido por su club incumple las reglas de imparcialidad al ser su esposa copropietaria.

Presionada por la Fundación Nobel, la Academia Sueca ha impulsado varias reformas en los últimos meses, como un cambio en los estatutos para posibilitar la renuncia real de sus miembros y la elección de nuevos; y recurrir a un grupo externo de expertos en derecho, resolución de conflictos, organización y comunicación. Una de las medidas más recientes fue el anuncio de posponer la entrega del premio Nobel de Literatura de este año. 

El secretario provisional de la Academia Sueca, Anders Olsson, resaltó en entonces en un comunicado que la crisis actual implica "exigencias altas para un trabajo de cambio a largo plazo y contundente". La Fundación Nobel apoyó la resolución de la academia de no conceder el galardón, ya que la crisis compretía la credibilidad del premio. Acosada por sus propios errores e incluso por el cada vez más débil impacto intelectual de las decisiones asumidas, fue necesario dar un paso atrás. Lleva un año derrumbándose la Academia Sueca y la salida de Jayne Svenungsson es uno más de los trozos que se desprenden. 

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