La historia no es nueva. Ya en noviembre del año pasado Vozpópuli había adelantado la existencia del contrato que ahora salta a la palestra pública por la filtración de la respuesta parlamentaria al diputado Antonio Trevín a la Agencia Europa Press.
Cuando Francisco Álvarez-Cascos abandonó su despacho en el Ministerio de Fomento durante el último mandato de José María Aznar, tuvo que gestionar quién sería el artista encargado de retratarle para el acostumbrado lienzo que se incorpora después a la galería del Ministerio. Suele ser tradición de que sea el propio exministro quien escoja al pintor. Sin embargo, Cascos no se decidió por uno cualquiera, sino por el mismísimo Antonio López, el genio de Tomelloso, uno de los artistas españoles vivos mejor cotizados. Y así fue.
La petición quedó hecha, así que en abril de 2010, con José Blanco al frente del Departamento, el Ministerio de Fomento firmó un contrato por 165.000 más IVA (aproximadamente unos 190.000) para la realización del retrato de Francisco Álvarez-Cascos a manos de Antonio López. Este hecho fue confirmado ayer por el Gobierno a la agencia de noticias Europa Press, que tuvo acceso a la respuesta parlamentaria del Gobierno al diputado socialista asturiano Antonio Trevín. Según la información oficial, como el retrato no ha sido entregado, el Ministerio no ha abonado ninguna cantidad.
Ayer mismo, en alusión al tema, el semanario El Cultural, del diario El Mundo, recogía unas declaraciones del pintor Antonio López, en las que el artista fijaba posición sobre el encargo de Francisco Álvarez-Cascos e incluso adelantaba cuál era su disposición real de tiempo para hacer frente al compromiso de entrega.
En sus declaraciones, reconoció el artista el encargo que le hizo el Ministerio de Fomento “hace tiempo” (en abril de 2010). Sin embargo, López se mostró reticente y mucho más interesado en otros proyectos, como por ejemplo, el retrato de la familia real en el que todavía trabaja y que actualmente ocupa la mayor parte de su tiempo.
Sobre el retrato de Francisco Álvarez Cascos dijo: “Hay cosas mucho más importantes, esto es sólo una pintura”. La afirmación fue complementada, además con el condicional: “Si es que lo hago y lo cobro, entonces ya hablaremos”. El precio del retrato de Cascos, si llega a realizarse, supera en más del doble al que el socialista José Bono encomendó al artista hiperrealista madrileño Bernardo Torrens ( (82.600 euros, con IVA incluido).
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