Todo comenzó en 2008, cuando la dirección de la Feria Arte Contemporáneo ARCO pasó de manos de Lourdes Fernández a Juan Carlos Urroz, luego de que ésta presentara su dimisión por desacuerdos con el Comité Ejecutivo de Ifema. A partir de ahí, y tras participar durante 20 años en la cita internacional, la galería valenciana My Name´s Lolita Art no fue seleccionada para formar parte de la edición. Sus responsables aseguraron no haber recibido ninguna información que justificara la decisión. Ocurrió lo mismo durante los años siguientes, hasta que en 2014, y a la vista de una nueva resolución del Comité Organizador de ARCO Madrid 2015, decidió recurrir. El comité rechazó la apelación de la galería, cuyos responsables acudieron ante la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Fue ahí cuando surgió la acusación acerca la poca transparencia y buen hacer del Comité organizador.
"Se veía perfectamente que todas las galerías del Comité Organizador a la vez se auto seleccionaban para ser expositoras en ARCO 2015 y sin ningún pudor, con las puntuaciones más altas"
Tras revisar el expediente administrativo que serviría para formular la demanda, los abogados de la galería My name is Lolita Arte se dieron cuenta de que faltaban todas las deliberaciones a partir de las cuales el comité asigna puntuaciones de las galerías aspirantes. Es decir, "no había análisis alguno que sustentara la elección de las galerías seleccionadas y además”, según los portavoces de la galería valenciana."Se veía perfectamente que todas las galerías del Comité Organizador a la vez se auto seleccionaban para ser expositoras en ARCO 2015 y sin ningún pudor, con las puntuaciones más altas".
El programa general de la Feria Arco depende del Comité Organizador, conformado por un grupo fijo de galerías: Josep Aloy (Galería Polígrafa, Barcelona), Mira Bernabeu (Galería espaivisor gallery, Valencia), Eduardo Brandao (Galería Vermelho, Sao Paulo), Vera Cortés (Galería Vera Cortés Art Agency, Lisboa), Christopher Grimes (Galería Christoper Grimes, Santa Mónica, CA.), Alex Mor (Galería Mor.Charpentier, Paris), Íñigo Navarro (Galería Leandro Navarro, Madrid), Silvia Ortiz (Galería Travesía Cuatro, Madrid), Guillermo Romero (Galería Parra & Romero, Madrid), Thomas Schulte (Galería Thomas Schulte, Berlin). Ese comité valora cada solicitud en función de una llamada Ficha de participación, que toma en cuenta los siguientes elementos, a los que se le atribuye una puntuación que cada aspirante debe completar:
Proyecto para participar en ARCO Madrid (30 puntos)
Programa de la Galería (30 puntos)
Presencia de artistas en instituciones y museos (20 puntos)
Participación en Arco Madrid (5 puntos)
Participación en otras ferias Internacionales (10 puntos)
Presencia en listados, planos de la galería, Web, edición de catálogos y a aparición en prensa especializada (5 puntos)
El proceso pasó a manos de un Tribunal Contencioso. Según la justicia, se trataba de una decisión que involucra a un ente público, en este caso Ifema, organismo dependiente del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad de Madrid que organiza año tras año la feria internacional de arte en función de un procedimiento de concurso público. Sin embargo, y según explicaron los portavoces de la galería de arte), fueron derivados a otra jurisdicción. "Nos dictó un auto dándole la razón a IFEMA, quitándose también el tema de en medio, obligándonos a recurrir en apelación ante el TSJ de Madrid (el primero que se quitó el tema de encima) y simultáneamente a presentar demanda ante la jurisdicción civil", aseguraron los portavoces legales de la galería. Al ser consultados por Vozpópuli, IFEMA prefirió no pronunciarse al respecto.
Al ser consultados por Vozpópuli, IFEMA prefirió no pronunciarse al respecto
"Aclaramos que lo hacíamos obligados puesto que no nos habían dejado otra vía pero que nosotros entendíamos que estamos ante un concurso cuyo proceso de selección es público y tasado (esto es evidente) conforme a unas normas administrativas que se han incumplido flagrantemente por IFEMA y el control de eso y su revisión corresponden a la jurisdicción contenciosa no a la civil. En efecto, corresponde a la Jurisdicción contencioso-administrativa comprobar si en su elección de las galerías IFEMA ha incurrido en arbitrariedad porque es un proceso de carácter administrativo y público no privado como pretende IFEMA”, explicaron a Vozpópuli los abogados. Luego de la intervención de la Fiscalía, el Tribunal Contencioso tuvo que asumir la demanda para comprobar si, en efecto, el Comité de Arco elabora un proceso de selección apegado o no a las normas. El proceso ha sido largo y lento, entre otras cosas, aseguran los representantes de My name is Lolita Art porque a IFEMA quiere evitar a toda costa que el asunto trascienda.
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