Este sábado se cumplen 35 años desde que la obra de Picasso, el Guernica (1937), regresara a España tras décadas de ausencia. El lienzo, que permaneció en el MoMA de Nueva York desde 1939, llegó a España en un avión de Iberia que aterrizó en el Aeropuerto de Barajas el 10 de septiembre 1981. Su primer destino fue el Casón del Buen Retiro de Madrid, donde permaneció hasta el 26 de julio de 1992. Entonces fue trasladado al Museo Reina Sofía, como joya y reclamo esencial de su colección permanente.
En 2016 se celebran dos aniversarios: el de los 35 años de su llegada y los 79 años de la fecha en que Picasso pintara el Guernica para denunciar la brutalidad del bombardeo.En ocasión del aniversario, el Museo Reina Sofía ofrece a las visitantes la posibilidad de visitar el museo de forma gratuita desde las 19 hasta las 21 horas. Las visitas podrán realizarse a partir del sábado y se extenderán durante el resto de la semana.
Guernica: la polémica de quién debeconservarlo
Todo comenzó el lunes 26 de abril de 1937, a las tres y media de la tarde, cuando la Legión Cóndor de la aviación nazi abrió fuego. A las siete, Guernica estaba totalmente destruida. Exactamente cinco días después, el 1 de mayo de 1937, Pablo Picasso ensayaba a lápiz sobre papel azul el primero de los 45 estudios y bocetos que tomarían forma final en una pintura que no sólo recogió el espíritu de lo ocurrido en el pueblo bilbaíno, sino que además dividió en dos el siglo XX. El Guernica debía estar listo cuanto antes, ya que era el cuadro del Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1937.
A mediados de junio de 1937, Guernica fue embalado y entregado al pabellón español. Según el crítico e historiador Manuel Llano Gorostiza, el pintor Julián Tellaeche y un grupo de políticos vascos solicitaron la sustitución de Guernica por obras de Aurelio Arteta, autor del tríptico de la guerra española. La propuesta alternativa no fue tomada en cuenta. El lienzo de Picasso sería la obra elegida. Una vez en sala, expuesto justo frente a La Fuente de Mercurio de Alexander Calder, Guernica fue manifiestamente ignorado, al punto de no dedicarle reproducción alguna en el catálogo de la exposición. El 30 de septiembre de 1938, el día de la firma del Pacto de Munich, Guernica viajó a la White Chapel Art Gallery, en Londres, donde se expondría con la ayuda y apoyo de una serie de figuras, entre ellas el crítico británico Herbert Read.
Tras la solicitud en 1969 del gobierno del general Franco para que Guernica fuese devuelto a Madrid, tanto el MoMA como Picasso se negaron rotundamente
En 1939, Picasso cedió la pintura al MoMA de Nueva York en calidad de préstamo. Tras la solicitud en 1969 del gobierno del general Franco para que Guernica fuese devuelto a Madrid, tanto el MoMA como Picasso se negaron rotundamente, al punto de que el propio artista dejó por escrito en su testamento de 1973 que el cuadro no volvería a España hasta que ésta no fuese una república. Muerto Franco, España reinició gestiones. A pesar de las negativas de Richard Oldeburd, director del MoMA, y Wiliam Rubin, director de pintura y escultura, el 25 de octubre de 1981, luego de 44 años y protegido por un vidrio antibalas,Guernica fue expuesto en Casón del Buen Retiro, en el Museo del Prado, junto a 62 bocetos preparatorios y los dos grabados Sueño y Mentira de Franco.
En 1992 se encendió nuevamente la polémica cuando se solicitió el traslado de Guernica al Museo Reina Sofía de Madrid. El mismísimo Rubin, a la sazón ex director del MoMA, objetó y criticó la medida por considerar al Reina Sofía un museo menor. El traslado suponía no sólo temas políticos, sino problemas de conservación. Dadas las numerosas fracturas y grietas, no podía ser desmontado del bastidor. Aún así, en septiembre de 1992, el cuadro fue expuesto junto a otros 350 lienzos en la inauguración del Museo Reina Sofia de Madrid, donde permanece hasta la fecha.
El peso simbólico del Guernica
El Guernica provino de un mundo que iba cambiar, de un mundo que ya era otro. El año de su aparición fue clave. La Guerra Civil española había comenzado en julio del año anterior; la II Guerra Mundial estaba por estallar. Velásquez había pintado Las Lanzas, Goya Los fusilamientos del 3 de mayo y Pablo Picasso estaba en trance de acometer la que sería una de las grandes pinturas del siglo XX: el Guernica. En el pabellón español de la Exposición Mundial, los espectadores se toparon con lienzo que habría de convertirse en el símbolo de la guerra moderna; la historia del arte también.
No sería hasta el boceto número 15, fechado el 9 de mayo de 1937, cuando Picasso culminaría el bosquejo más cercano a lo que hoy se conoce como Guernica. En él se encuentran cinco de los nueve símbolos esenciales: el toro, el caballo a punto de desbocarse, el guerrero muerto, la madre con el niño en brazos y la mujer que ilumina la escena con una lámpara de aceite. Dos días después, el 11 de mayo de 1937, Picasso mandó a traer el bastidor sobre el que estamparía la versión a escala del boceto. Inmediatamente pidió a Dora Maar que comenzara a fotografiar el proceso.
No sería hasta el boceto número 15, fechado el 9 de mayo de 1937, cuando Picasso culminaría el bosquejo más cercano a lo que hoy se conoce como Guernica.
Picasso fue siempre hermético y tajante: no se pronunciaría sobre el significado de los símbolos principales de Guernica. No lo hizo en el proceso de creación, tampoco después. Si se analizan los primeros estudios, saltan a la vista los cambios en el caballo (cuya torcedura del cuello reproduce el esquema de Las Señoritas de Avignon) y el guerrero yaciente, las únicas figuras (junto con la madre con el niño en brazos) que permanecen de manera constante en las siete versiones previas, a diferencia del toro, el cual fue modificado por Picasso en cuatro ocasiones. La figura del toro y el caballo, a las que se han adjudicado sinfín de representaciones políticas alusivas al pueblo español, pertenecen según el autor Carsten Peter al círculo de temas Minotauro y lidia de toros, de la década de 1930, más específicamente a la Minotauromaquia de 1935.
Para ensayar los cambios en cada una de las versiones de Guernica, Picasso utilizaba papel en las zonas críticas y los retiraba después de confirmar el efecto. A partir de la sexta versión, Picasso cesó los cambios formales para centrar su atención en los aspectos lumínicos del cuadro. Transcurrieron sólo dos semanas desde la sexta versión, realizada a finales de mayo de 1937, hasta la versión conclusiva del 4 de junio de 1937: la última fecha de la se tiene registro fotográfico. Es decir: Pablo Picasso pintó el Guernica en menos de un mes.
Este sábado se cumplen 35 años de la llegada del Guernica a España https://t.co/9l2BIbccp6 vía @voz_populi @museoreinasofia
— Karina Sainz Borgo (@karinasainz) September 9, 2016
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación