El Museo del Prado acoge la exposición El trazo español en el British Museum. Dibujos del Renacimiento a Goya, una selección de 71 obras procedente de la colección de dibujos de artistas españoles que atesora la pinacoteca británica y que está considerada una de las más importantes del mundo.
La muestra, que abarca desde mediados del siglo XVI hasta el XIX, está compuesta por 66 dibujos y cinco estampas, muchas de las cuales salen por primera vez del British Museum. En la selección destacan artistas como Murillo, de quien esta muestra incluye un total de seis piezas: tanto apuntes, como dibujos preparatorios o recuerdos de otra pintura entre los que destacan San Miguel Arcángel. Otros de los grandes artistas incluidos en este recorrido cronológico son Velázquez, Zurbarán, Ribera o Goya, a través de algunas de sus obras clave, por ejemplo: Santo atado a un árbol, de Ribera, o Don Quijote acosado por los monstruos, de Goya.
La exposición está dividida en seis secciones y arranca con los ejemplares más antiguos, correspondientes a artistas del siglo XVI que desarrollaron su actividad en Castilla, como Alonso Berruguete, a los que se unen otros extranjeros que participaron en la decoración del Monasterio de El Escorial, como el italiano Pellegrino Tibaldi. La segunda parte de esta visita está dedicada a la obra de algunos de los pintores más importantes del siglo XVII y su trabajo en los distintos centros neurálgicos del país: Madrid, con Carducho, Alonso Cano o Francisco Rizi; Sevilla, con Murillo o Zurbarán; o Ribalta en Valencia.
La exposición cierra su recorrido con un epílogo dedicado a Goya. En total, siete dibujos y una estampa muestran la evolución del artista, su imaginación, su visión artística y su humanidad. El director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, ha señalado que esta muestra refuta el supuesto desinterés de los artistas españoles por el dibujo, al poner de manifiesto que la consideración de esta técnica pictórica estaba bien establecida en el arte español desde el Renacimiento hasta el siglo XIX. Su "singularidad" radica, según José Manuel Matilla, jefe del Departamento de Dibujos y Estampas del Museo del Prado, en el "diálogo" que entablan algunos de los dibujos con su equivalente en algunas pinturas que forman parte de la colección permanente de la pinacoteca madrileña.
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