Cultura

El museo Carlos Amberes expone más de 30 grabados flamencos del siglo XVII

38 grabados de diversos autores (Rembrandt, Sadeler, van Uden, van Ruysdael) procedentes de la colección Deltoro-Vives y la Biblioteca Nacional de España podrán verse hasta el próximo mes de septiembre, junto con los óleos y tapices de Rubens, Van Dyck, Teniers II y otros maestros flamencos del siglo XVII.

El Museo Carlos de Amberes, en Madrid, presenta El auge del paisaje. Grabados holandeses y flamencos del siglo XVII, su segunda exposición temporal de obra gráfica tras su reciente inauguración en 2014. La muestra exhibe piezas de diversos autores (Rembrandt, Sadeler, van Uden, van Ruysdael) procedentes de la colección Deltoro-Vives y la Biblioteca Nacional de España.

La potente colección de grabados -organizados todos alrededor del tema del paisaje- podrán verse hasta el próximo mes de septiembre junto con los óleos y tapices de Rubens, Van Dyck, Teniers II y otros maestros flamencos del siglo XVII que integran la colección permanente del museo, el cual está dedicado -como la fundación que lo impulsa- a la difusión del arte flamenco de los siglos XVII y XVIII.

El auge del paisaje es una muestra conjunta y en ella se exhiben dos grabados de Rembrandt pertenecientes a la BNE así como 36 de la Colección Deltoro-Vives, los cuales han sido seleccionados por Concha Huidobro, quien fue jefa de Grabados de la Biblioteca Nacional y aprovecha el montaje para elaborar una proposición de la estampa natural como género pictórico.

El paisaje como tema

El planteamiento que hace Concha Huidobro se basa en el hecho de que, aunque el paisaje aparece en el arte desde tiempo inmemorial, lo hizo normalmente como fondo de escenas religiosas, mitológicas o históricas. Será a finales del siglo XV y comienzos del XVI, con el pintor flamenco Joachim Patinir (Dinant, ca. 1480-Amberes 1524), cuando pasará a ser principal el protagonista del quehacer plástico.

Para defender esa tesis, Huidobro señala cómo dos de las figuras más representativas de las escuelas flamenca y holandesa, Rubens y Rembrandt, mostraron un gran interés por este arte. Rubens en sus lienzos, que reprodujeron magníficos grabadores, y Rembrandt, quien realizó pinturas y grabados que ejercieron una enorme influencia en muchos paisajistas posteriores.

A partir de esa tesis, Concha Huidobro despliega una estructura discursiva distribuida en cuatro secciones temáticas. La primera es Paisajes naturales, una selección de escenas que capturan la naturaleza sin la intervención de la mano del hombre; siguen Paisajes con edificios, grabados y aguafuertes todos situados en Flandes y Holanda en el siglo XVII y Paisajes con figuras, que incorporan a la figura humana. Por último, el espectador se encuentra con Paisajes con animales, un capítulo que incluye -en su mayoría- escenas de caza o pastoriles.

Además de incluir piezas magníficas, como los aguafuertes de Rembrandt, destacan otras curiosas: es el caso de Gertruydt Roghman

Además de incluir piezas magníficas, como los aguafuertes de Rembrandt, destacan otras, acaso especialmente curiosas, es el caso de Gertruydt Roghman, quien junto a su hermana Magdalena, se convirtió en una de las pocas grabadoras de la época. Radicada en Ámsterdam, esta dibujante y grabadora realizó con su hermano y maestro Roelant Rohgman la serie Plaisante Lantschappen, de la que se incluye en esta muestra una vista de Spaarnwoude. Sin embargo existen muchos otros nombres que ilustran no sólo ese período, sino las conexiones estilísticas e influencias de unos sobre otros.

En ocasión de la muestra, el museo organiza un ciclo de conferencias que continúa el próximo 18 de mayo, Día Internacional de los Museos, con el diálogo que sostendrá el filósofo Javier Gomá sobre sobre la representación de la virtud en el arte. El autor de la Tetralogía de la ejemplaridad, estará en auditorio de la Fundación Carlos Amberes (Calle Claudio Coello, 99), a partir de las 19.30 horas

Inaugurado en noviembre de 2014, el museo que depende de la Fundación Carlos de Amberes acoge en su sede madrileña una amplia colección dedicada a los maestros flamencos y holandeses del Siglo de Oro. La institución recoge una larga historia que comienza hace 420 años, cuando el propio Carlos de Amberes cedió sus posesiones en Madrid para establecer un hospital destinado a los viajeros procedentes de las antiguas 17 Provincias de los Países Bajos que llegaban a la capital del imperio.

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