Cultura

Shanon Hayes: "El 15-M ha transformado el uso político del espacio público"

La artista norteamericana,  que inaugura hoy la muestra Habla en el Reina Sofía, lleva más de 20 años trabajando la naturaleza colectiva e individual del discurso político. Desde hace tres semanas está en España donde, afirma,  ha encontrado en el movimiento del 15-M más preguntas que en toda su carrera artística.

Shanon Hayes se lanzó a la calle a mediados de los noventa y desde entonces no la abandonado.  Lo hizo, a veces, de la manera convencional: con una pancarta y un micrófono en medio de Times Square; en otras optó por metáforas, como cuando pinchó una sesión entera con discursos de Ronald Reagan, e incluso llegó a pasar horas en una calle de Manhattan leyendo  a los viandantes cartas de amor a un destinatario desconocido. A día de hoy habrá quienes todavía piensen que el asunto resumía unadeclaración  de amor en tiempos de la guerra de Irak. Pero no se trataba de eso. Había mucho más.

A mitad de camino entre el arte y el activismo,  Sharon Hayes (Baltmore, 1970) ha dedicado su carrera como creadora a la reflexión sobre ese lugar del discurso político -la protesta- donde coinciden la historia, la lingüística y la política.  No puede Hayes sentirse “en un sitio mejor para continuar reflexionando sobre la naturaleza del discurso político”, dice la artista, que en  Madrid, ciudad en la que se encuentra desde hace tres semanas para preparar la muestra Habla, la primera individual que se dedica en Europa a su trabajo y que estará expuesta en el Museo Reina Sofía hasta septiembre de este año.

Interesada en la naturaleza individual y colectiva del discurso político y  de la protesta, Shanon Hayes ha trabajado desde sus primeras obras toda la esfera política del discurso. “No lo he hecho desde un punto de vista necesariamente irónico o paródico, sino experimental. Con el paso de los años, los espacios y significados de mis performance muestran de qué manera se modifican no sólo ciertas ideas sino las maneras de expresarlas”.

"Sharon Hayes: El 15-M tiene mucho que enseñarnos. Ya no se trata de un discurso, sino de una forma de crearlo"

Hayes ha hecho de todo: desde preparar video instalaciones donde ella misma ejecuta protestas extemporáneas hasta sembrar un jardín completo con pancartas reivindicativas. “ A raíz de la primavera árabe y del movimiento de los indignados y del 15M el espacio público como lugar de protesta se ha profundizado. En ese sentido, los activistas del 15M tienen mucho qué enseñarnos. Ya no se trata de un discurso, sino de una forma de crearlo, por ejemplo las redes sociales. En ese aspecto, Europa está mucho más avanzada que los Estados Unidos”, dice.

Hayes, quien desde hace años vive y trabaja en Nueva York, ve en la ocupaciones de Wallstreet un campo fértil que hace años era imposible de percibir. “Cuando comencé a hacer performance con temas de protesta, la calle prácticamente estaba desprovista de significado. Las personas pensaban que se trataba de un acto con un comienzo y un final. Protestamos, sí, contra la Guerra de Irak  en 2003 pero, hoy, día los discursos se han complejizado y muestran un predominio mayor de la acción individual transformada en protesta colectiva.  No es un líder, son muchos”, dice mientras última los detalles de la exhibición comisariada por Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía.

La exhibición Habla está justamente centrada en eso: en cómo y de qué menare se han articulado los mensajes ante las distintas opiniones públicas –la calle, el museo, el lenguaje oral o escrito-, sólo que desde el punto de vista de los individuos. En ese sentido, Hayes explica cómo, para poder exhibir su obra ante un público que no habla español, ha echado mano del Curso general de Lingüística (1926)  de Ferdinand Saussure, uno de los semiólogos fundamentales del siglo XX.

La razón por la cual Hayes hace un guiño a Saussure tiene que ver con una de las dicotomías más importantes que realiza el autor en el que se considera uno de sus libros fundamentales:  separar el lenguaje en  langue (sistema de signos) y en habla o parole (manifestación particular de ese sistema en el acto de comunicación).

“Es imposible no estar influenciado por Holzer o Kruger, pero mi trabajo se diferencia del suyo porque sobrepasa el nivel del texto"

Parole, como ha titulado Hayes una de sus instalaciones, surge sin la internalización. Se trata de una división  donde se separa a la vez lo que es social de aquello individual y lo que es esencial de lo que es accesorio o accidental. La parole es un acto individual y voluntario y que se da de forma diferenciada en cada sujeto. Y es ésa la dimensión que Hayes rescata desde el arte contemporáneo. “El museo es un lugar visitado por miles de perdonas de procedencia y orígenes distintos; y si es posible reflexionar sobre la protesta en un medio como éste, son muchos los significados que podemos extraer de ella”, dice.

En muchas de sus obras, Sharon Hayes, quien se ha mostrado interesada en la naturaleza performativa del lenguaje, reutiliza textos y declaraciones públicas de diversos actores políticos ligados a acontecimientos históricos recientes. Como ejemplo de lo anterior se encuentran,  por ejemplo, los discursos Patty Hearst tras integrarse al Ejército Simbionés de Liberación, un grupo de activismo de izquierda que le había secuestrado en 1974.

Al volver a poner en escena estos textos, es decir al recrearlos y (re) presentarlos en un contexto nuevo, en este caso e Museo reina Sofía,  Hayes lleva a cabo lo que ella describe como un acto de "traducción oral", que invita al espectador a repensar y reinterpretar tanto el histórico en el que se formularon como el propio presente.

"Hayes ha hecho de todo: desde pinchar sesiones con discursos de reagan hasta plantarse en Manhattan leyendo cartas de amor"

Al ser preguntada sobre de qué forma pudo haber influido en su trabajo el discurso de artistas como Jenny Holzer o Barbara Kruger, Hayes declina la influencia directa de ambas y se reconoce más bien en el escenario del video-arte de Nueva York en los años 90. “Es imposible no estar influenciado por Holzer o Kruger, pero mi trabajo se diferencia del suyo porque sobrepasa el nivel del texto para intentar adentrarse, a través de la performance, en el lugar donde ocurren la mayoría de la interacciones política: el lenguaje como lugar de encuentro social”.

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