Cultura

'Asedio': una metáfora de España en un 'thriller' policíaco asfixiante

Natalia de Molina protagoniza esta película, dirigida por Miguel Ángel Vivas y que se estrena este viernes a los cines españoles

Con más o menos acierto, el cine francés se ha convertido en una de las filmografías europeas que mejor y con más asiduidad retrata desde el thriller lo que ocurre en los suburbios de sus grandes ciudades, donde afloran problemas sociales derivados del narcotráfico, la mala gestión de la llegada de emigrantes, peleas entre bandas y conflictos con la policía. Destaca el clásico El odio (1995), de Mathieu Kassovitz, o Dheepan (2015), de Jacques Audiard, así como las más recientes Los miserables (2019), de Lado Ly, y Atenea (2022), de Romain Gavras.

En España, a cineastas como Alberto Rodríguez (Grupo 7, 7 vírgenes), experto en mirar a los suburbios desde el policial, o Carlos Salado (Criando ratas, 2016), uno de los artífices del neoquinqui, se suma ahora Miguel Ángel Vivas con Asedio, un thriller policial que bebe del cine social galo.

Natalia de Molina es la protagonista de esta asfixiante película, en la que da vida a una antidisturbios que se enfrenta a varios dilemas morales. Tras un desahucio con trágicas consecuencias, afronta un nuevo lanzamiento en un edificio de un barrio marginal, donde descubre una trama corrupta entre sus propios compañeros en la que también se ve envuelta. Como una antiheroína, tratará de huir con un dinero sucio que ha encontrado, pero necesitará la ayuda de los habitantes del territorio hostil del que trata de escapar.

"Dani representa lo que somos todos y habla mucho de esta sociedad equivocada. Somos todos culpables del mundo en el que vivimos, todos hemos aceptado mirar a otro lado, asumir que se puede echar a la gente de sus casas. Siempre tenemos excusas para aceptar y no hacer nada. En este mundo, si no somos parte de la solución, es que somos parte del problema", afirma a Vozpópuli Vivas durante una entrevista con motivo del estreno de Asedio que, aunque no está basada en hechos reales, sí se enmarca en "un contexto bastante real".

Siempre he visto ese edificio como una metáfora de España, desde las plantas altas, donde está la corrupción, al sótano, donde se encuentran esas personas a quienes no queremos ver", afirma el director

"¿Qué es ser español?", se pregunta el director. Esta película, que se presentó en la pasada edición del Festival de Málaga, habla de un falso patriotismo, ese que confunde el hecho de servir a la ley como un sinónimo de ser un buen español. "Siempre he visto ese edificio como una metáfora de España, desde las plantas altas, donde está la corrupción, al sótano, donde se encuentran esas personas a quienes no queremos ver, esas personas sin papeles a las que ni miramos, y cada piso representa un estrato social del país", cuenta el director de Asedio.

Del mismo modo que ocurrió con la serie Antidisturbios, de Rodrigo Sorogoyen, el Sindicato Unificado de Policía ha criticado la visión corrupta y criminal de algunos personajes de esta película. "Cuando alguien hace una crítica tiene dos opciones: escuchar y entender para hacerlo mejor la próxima vez, o puedo enfadarse y decir que le atacan y no aceptar la crítica. Ofenderse es no hacer autocrítica, y así nunca mejoraremos, ni como personas ni como sociedad", ha zanjado Vivas sobre este asunto.

Asedio: sin fronteras entre el bien y el mal

En Asedio, que parte de una idea original de Miguel Ángel Vivas y José Rodrigo y cuenta con guion de Marta Medina, se diluyen las fronteras entre el bueno y el malo, no hay héroes ni villanos claros, y las soluciones siempre traen consigo dilemas morales. De esta manera, esta película bebe en cierto modo de los hard boiled, un subgénero que apareció tras el crack de 1929 en el que se habla del malestar social y emergen los "antihéroes", todos perfilados en una "gama de grises".

"Como decía John Wayne, 'un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer'. Son personajes que, aunque no sean buenos del todo, harán lo que corresponde, al igual que le ocurre a Dani. Durante toda la película está siempre tirando balones fuera y es parte del problema, y en un momento dado se convierte en parte de la solución y se da cuenta de que no es la buena. Todos son malos hasta que deciden dejar de serlo", agrega el director de Asedio.

Para la recreación de este edificio, el equipo de producción se pasó meses buscando un bloque que reuniera las características que necesitaban, y lo encontraron en una calle de Parla. Allí, y gracias al formato elegido, el equipo de rodaje consiguió "dar vida al edificio" y acercarse a la realidad con un aspecto cercano al "documental", al tiempo que buscaron una "claustrofobia" y un aspecto laberíntico en el que el espectador no sabrá nunca "dónde están las entradas y dónde están las salidas".

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